Spielberg es uno de esos directores que gustan a todo el mundo, pero que es tan conocido y es tan "típico" que no es el favorito de nadie. Decir "Steven Spielberg es mi director favorito" da la impresión de no conocer casi nada de cine y quedarse en el blockbuster de turno, y por ello considero que el director está ciertamente infravalorado.

Mi Amigo el Gigante es, tras unos cuantos biopics buenos pero, no nos engañemos, un tanto aburrido, la vuelta de Spielberg a la "magia", a la fantasía, al cine familiar que enamoró con cosas como ET o Tintín. Bajo esta capa de animación y efectos tan obvia se encuentra un intento de reconciliarse con unos "niños" que probablemente hayan crecido demasiado. Lo dicho: BFG es un intento, pero desgraciadamente nada más.

Y es que uno le exige mucho más a un director como Spielberg. Una película bastante sosilla que enseña sus cartas muy pronto. Presenta a sus personajes muy rápido, y la "cosilla" de ver cómo una niña se encuentra con un gigante de fantasía se resuelve en los primeros cinco minutos. Lo que queda por delante no es, ni mucho menos, tan interesante como para aguantar las casi dos horas de metraje.

Es entretenida, pero tan vacía y tan poco interesante que cuesta creer que Spielberg no le haya dado un punto más de magia. Es esa película que ya has empezado a crear y que ya no vas a dejar a medio porque ya se ha dejado mucho tiempo -y pasta- en ella. Sencillamente, sin ser mala película, esperaba mucho más.