Teniendo poco o casi nulo interés por la política, los especiales de José Mota de los últimos años han caído en mí de diversa manera en función de lo mucho o poco que el especial estuviera politizado. Así, el de nochevieja de 2019 me pareció bastante menos anclado en asuntos políticos, y por tanto me gustó más que otros años, y también me pareció una buena excusa para hacer el enésimo homenaje al humor, siempre acertado.

Ahora bien, es un mensaje que de alguna manera llega un tanto repetido, y muchas veces el especial parece más un anuncio navideño de Campofrío. La sátira no desgarra demasiado, y el humor en general no está tan inspirado como en los mejores momentos del cómico.

Bien hilado, mucho autohomenaje de los presentes y buena opción para los nervios pre-uvas, pero Mota puede hacerlo mejor.