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España España · Badajoz
Voto de Weis:
8
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
20 de junio de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El deathgrind, originario del grindcore, está considerado como el subgénero del metal mas agresivo e intenso que existe, y por tanto el subgénero musical mas radical de todos.
El deathgrind se fundamenta en la brevedad, tal es la brutalidad que desprenden sus canciones, que han llegado a superar en ocasiones los 140 decibelios de sonido, correspondiente al umbral de dolor. Si se prolongara el contacto mas de lo habitual, acarrearía unas consecuencias asequibles de imaginar. Por ello no es extraño escuchar temas de deathgrind que duran 40 segundos.
Este género demoníaco suele tener una baja popularidad, pero su escasa reunión de adeptos es incondicional a él.

Haneke nos presenta a una familia burguesa y acomodada mientras retumba el sonido infernal antes descrito. Paradigma del contraste tan profundo que vivirá el espectador los minutos siguientes en relación con todo el cine que haya visto antes.

La propuesta del austríaco no resultaría perversa tanto en la medida de su argumento, como en su ejecución. Una vez más, aquí no importa tanto el qué sino el cómo. Y el cómo es que un ser humano pueda matar a otro sin sentir remordimiento o miedo. Es ese trazo tan desangelado como los movimientos de cámara de Haneke lo que hace más insoportable la oquedad de la narración.
A diferencia del estilo musical, el juego no es en absoluto breve. Su duración es arbitraria y indefinida sobre las decisiones de los jugadores. El árbitro, de origen austríaco, permanece como testigo mudo. Es por ello por lo que el público comienza a sentirse mal.

Este juego suele tener poca popularidad, porque tiene unas reglas y parámetros mas independientes de los clásicos y los carísimos modernos. Sin embargo, a nivel general esa exigua cantidad de aficionados se muestra conforme y hacen eco del juego para que un público mas amplio pueda conocerlo.
Pero no hay que equivocarse: los juegos de Haneke quizá no existan. Quizá tanta frialdad ante la violencia solo provenga de la mente del árbitro, que utiliza la creatividad a su antojo antes de que los imitadores la consuman.
Y lo anecdótico es que esos juegos han intentado volver a repetirse (casos como "Hard Candy" o como la propia "Funny games U.S).
Pero ninguno de ellos ha sido tan divertido como el juego de origen.
Weis
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