Los filmes postapocalípticos con supervivientes siempre se presentan de la misma manera: el o la protagonista, a veces unos pocos, sin conocimiento de la existencia de otros, se enfrentan, en soledad, a la supervivencia, hasta que, por diversas vicisitudes aparecen otros. Esto lo hemos visto en "Five", "The quiet earth", "Mecanoscrito del segundo origen", "Animales racionales", "Soy leyenda", "Bokeh", "The aftermath" "Callejón infernal" o "Io", entre otras muchas. Todos los filmes analizan como se enfrentan y reaccionan los personajes a la soledad impuesta e inesperada.

Para ambientar el mundo post-apocalíptico, estos supervivientes suelen enfrentarse a peligros, sean radiación, plagas o monstruos asesinos. Los otros humanos con los que se encuentra el protagonista pueden ser asesinos violadores, bandas de motoristas, dictadorzuelos, siempre gente maaaaala. Así que la gracia en este tipo de filmes, sabiendo lo que va a pasar, es que resulte interesante para el espectador y, si puede ser, sorprendente, para no caer en el tópico mil veces visto ¿Lo consigue? Pues va a ser que no. Posiblemente, para alejarse de escenarios más propios de Mad Max, el guionista prefiere acercarse más a la situación expuesta en "Bokeh", un aburrido filme en Islandia sobre una pareja de turistas que un dia se despierta y todo el mundo ha desaparecido, y acaban dando tumbos por la isla sin saber bien que hacer. ¿Y que obtiene? Algo mediocre y aburrido, que puede verse pero poco más, con un peligro de pandereta y bastante ridículo. Es más, diría que el malo del filme es el protagonista, viendo el último tramo final (ver spoiler). Para ver en una tarde de verano.