He visto… El Mundo Está Loco, Loco, Loco… Y me he llevado una sorpresa. La daba como vista, y realmente no sé si la había visto o no, pero sí sé que no la he reconocido en absoluto. Así que, si la había visto, también la había olvidado.

Y el olvidarla del todo, lo interpreto como que no hubo nada que me interesara o me gustase. Y, tras un montón de años de haberla visto –o de no haberla visto, quién lo sabe–, ha vuelto a ser algo que no me ha interesado más allá de la curiosidad por verla e intentar reconocerla, de principio a fin, sin éxito.

El caso es que me he acabado viendo las tres películas propuestas, entre las que salió esta como elegida en esta Sesión del CineClub, y esta es la que menos me ha gustado. Y no sólo porque el humor se haya quedado anticuado, sino también por el tipo de humor, con personajes que tienen cierta canallesca.

Me ha recordado un poco, al humor canallesco de Álex de la Iglesia, pero sólo un poco. Humor que, no es de mi gusto. De hecho, aunque he visto varias películas, la única película que he valorado en 7 o más, es El Día De La Bestia, que me encanta. Un 9. El resto no pasan del 6.

Pero en esta película hay ese toque de humor basado en el abuso, el supremo egoísmo, la traición y la perversidad del ser humano. No es de mi gusto, y si la vi en su día, seguro que por eso no recuerdo ni un ápice.

Intentando sacar algo que decir, diría que me he encontrado varias cosas destacables… Una es lo ya mencionado sobre lo mal que ha envejecido este tipo de humor. Supongo que esto va por fases, y ya está completamente superada la que corresponde a esta película. Otra es cómo se hacía humor con gags machistas, que hoy en día no sólo no se toman como graciosos, sino que no son en absoluto políticamente correctos. Y Por otra parte, sí hay un trozo –durante las persecuciones, y con la escalera de bomberos– que me ha recordado al cine mudo, y a algunos planteamientos de películas de Chaplin y de Buster Keaton.

Todo esto, me hace verla también como la más viejuna de las tres películas propuestas, porque, aunque las otras dos también se han quedado desfasadas, al menos intentan “innovar” un poco, aunque sea en las formas.

Creo que tuve mala suerte con la elección. De hecho, esta es la película que peor valoro de las tres. Aunque por redondeos se van a quedar todas igual. Pero digamos que, como “no la había visto”, me ha venido bien verla. Así que, la doy por buena.

Una cosa a destacar es que las tres películas distan un par de años como mucho, pero el enfoque, respecto a la modernidad, es distinto en cada una. Y con todo, las tres tienen formato de las películas de entonces, con una obertura de presentación y un intermedio para descanso.

Eso era lo típico en la sesión continua de cine, donde no tenías un horario concreto para entrar, sino que entrabas cuando fuera, y veías la película ya empezada, quedándote hasta llegar a lo que habías visto… o más. De hecho, podías pasar la tarde entera en el cine, viendo varias veces la película.

No estoy muy contento con cómo me está quedando esta reseña, pero no se me ocurre cómo rehacerla. Así que, la voy a concluir. La película se lleva un 5,5. Pero cualquiera a quien le guste más que a mi el humor canalla, seguro que la puede disfrutar en mayor medida. Y diría que este tipo de humor le gusta más que a mi a la casi totalidad de la población.