Para empezar, reunir semejante reparto de actores y poder manejarlos a todos sin que sus egos entren en conflicto ya es todo un logro. Además, Soderbergh ha sabido crear una película divertidísima y con mucho, mucho estilo.

George Clooney y Brad Pitt son los que más llenan la pantalla y con razón, no sólo por su impecable estilo y saber estar, sino por sus actuaciones. No se quedan atrás los demás del grupo de los once, que cada cual tiene lo suyo. No puedo dejar de mencionar a una preciosa Julia Roberts y a un elegante villano (que no es tal, realmente, tan sólo lo pintan como tal) como es Andy Garcia. Genial también.

Además, la película no se hace tediosa en ningún momento. El guión está resuelto con eficacia y relata un robo creíble dentro de los límites de la fantasía que implica una película de este estilo.