Y lo cierto es que no es difícil extrañarse, porque es una película, sencilla, pero bien planteada, logrando crear tensión, pese a que todos nos podamos llegar a imaginar qué es lo que va a suceder. Pero tal es la seguridad y talento con el que se construye, que hasta te invita a creer en el espejismo de esas gloriosas y agradables vacaciones de los simpáticos Kurt Russell y Kathleen Quinlan, siendo además el primero objeto de mi abierta y entregada simpatía. Pero lo cierto es que todo el elenco está inspiradísimo... Se va construyendo un interesante y tenso juego psicológico, que insisto en que es tópico, pero cuya honesta narración hace creíble y lleva al espectador a hacerse cómplice, involucrándolo del todo.

Los momentos cumbre se alcanzan en el nudo, hasta los cuáles el interés prosigue un ritmo creciente, y hasta la rutina del desarrollo, que incluso se podría denominar tramitario; porque en realidad eso es lo que es un trámite, toda historia por muy bien que se desarrolle necesita tener un final, pero la variedad de desenlaces muchas veces no es tan variada como la de argumentos y sus múltiples maneras de desarrollo, de ahí muchas veces la decepción cuando se resuelve el quid de una intriga, te has quedado con hambre de más novedades y más inquietud y sorpresas, (ahí es cuando quizás entran en juego películas que se encuentran en un nivel por encima, como la brillante 'U Turn', de Oliver Stone, cuyas insólitas propiedades son muy difíciles de describir, pero lo que tienes claro es que te maravillan, que además del mismo año, es inevitable pensar en ellas en esos momentos) pero aún así esta gestiona muy bien dicha etapa de la película, por lo que el resultado es muy digno y absolutamente recomendable.

Lo mejor: Un elenco muy bien escogido y que ha completado un trabajo extraordinario, gran argumento y virtuosa gestión de la intriga, y que tiene todo lo que te esperas de una road movie para que esta te resulte satisfactoria.

Lo peor: Nada en particular, es una gran película.