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Voto de Ferdydurke:
3
6,0
8.791
Intriga. Thriller
El coche de una pareja que viaja por el suroeste de Estados Unidos sufre una avería en una carretera desierta. Un camionero se ofrece a llevar a la mujer a un restaurante cercano mientras él espera en la furgoneta. Pero cuando él llega al restaurante nadie ha visto a su mujer... (FILMAFFINITY)
3 de setiembre de 2015
5 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que suele pasar tantas veces, infinitas; una buena idea que deriva en una grotesca, imposible sucesión de idioteces.
Una vez descubierto el misterio (¿por qué tanta prisa si era la única carta que teníais? Haber aguantado más, por favor), el resto es pavoroso, groseramente majadero.
"El diablo sobre ruedas", "Perros de paja" y "Giro al infierno" tienen que ver, pero estas fueron mejores, por mucho.
Una vez descubierto el misterio (¿por qué tanta prisa si era la única carta que teníais? Haber aguantado más, por favor), el resto es pavoroso, groseramente majadero.
"El diablo sobre ruedas", "Perros de paja" y "Giro al infierno" tienen que ver, pero estas fueron mejores, por mucho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Ya sabemos, si se te ocurre coger el coche y perderte en algún pueblo de los USA, conocerás el infierno, paleto. Pero si, por lo que sea también (paro, vacaciones, dolor de muelas... ), en una ciudad cualquiera te desvías de tu barrio, el horror se te comerá vivo. Si vas al Oeste, sol y asesinos locos, si el Este tal vez, frío y locos asesinos, al Sur, calor, humedad y pantanosos matarifes, al Norte, escarcha, témpanos y gélidos sicarios.
Conclusión irrefutable: En los USA hay más homicidas que ciudadanos, armados hasta los dientes y siempre con ganas de juerga, de alargar la noche hasta rayar el alba.
Consejo: Que no te dé un mal aire y cojas el avión en un descuido con destino americano. NO, mejor abstenerse y quedarse aquí (donde sea), con nuestros inmarcesibles políticos y nuestro amado fútbol, todos arrejuntados y salerosos, disfrutando de la vida.
Aclaración fundamental: Que no os engañen. J.T. Walsh, por mucho que se pongan o insistan en ese final tan luminoso, NO muere; ese que perece desbarrancado, espatarrado en ese charco que parece río, es en verdad su propio hijo, la confusión es debida a un efecto óptico traicionero. Lo dicho, este gordo camionero tan sandunguero, y avieso como un siniestro roedor, se ha transformado en un orondo dónut. Y en la segunda parte contratante de este clásico en ciernes, que pronto llegará a nuestras mejores salas y grandes pantallas, atacará en pleno desayuno a nuestra pareja feliz (sí, el Russell y la Quinlan, ahí es nada). A él se le atragantará, en toda la glotis, y morirá (para resucitar pocos días después transformado en rueda, de camión, faltaría más); ella no lo resistirá, también fallecerá, de la impresión o susto, de puro amor loco (volverá al mundo de los vivos con forma de espejo retrovisor, del mismo camión). Su amor será inmortal. Surcarán así, sin fin, las hermosas carreteras del sueño americano, de su patria indeleble.
Conclusión irrefutable: En los USA hay más homicidas que ciudadanos, armados hasta los dientes y siempre con ganas de juerga, de alargar la noche hasta rayar el alba.
Consejo: Que no te dé un mal aire y cojas el avión en un descuido con destino americano. NO, mejor abstenerse y quedarse aquí (donde sea), con nuestros inmarcesibles políticos y nuestro amado fútbol, todos arrejuntados y salerosos, disfrutando de la vida.
Aclaración fundamental: Que no os engañen. J.T. Walsh, por mucho que se pongan o insistan en ese final tan luminoso, NO muere; ese que perece desbarrancado, espatarrado en ese charco que parece río, es en verdad su propio hijo, la confusión es debida a un efecto óptico traicionero. Lo dicho, este gordo camionero tan sandunguero, y avieso como un siniestro roedor, se ha transformado en un orondo dónut. Y en la segunda parte contratante de este clásico en ciernes, que pronto llegará a nuestras mejores salas y grandes pantallas, atacará en pleno desayuno a nuestra pareja feliz (sí, el Russell y la Quinlan, ahí es nada). A él se le atragantará, en toda la glotis, y morirá (para resucitar pocos días después transformado en rueda, de camión, faltaría más); ella no lo resistirá, también fallecerá, de la impresión o susto, de puro amor loco (volverá al mundo de los vivos con forma de espejo retrovisor, del mismo camión). Su amor será inmortal. Surcarán así, sin fin, las hermosas carreteras del sueño americano, de su patria indeleble.