Taisto Kasurinen es un minero de carbón finlandés cuyo padre acaba de suicidarse y al que se le incrimina por un crimen que no cometió.

El patetismo dramático de Kaurismäki es directo y paradójico. Un chiste triste de humanidad deformada. Conciso, sin retórica innecesaria ni planos reflexivos. Perfila a sus personajes a través de situaciones. No los juzga, los muestra. Los abandona al hostil sistema que denuncia y los compensa con huidas de esperanza.