Con la atmósfera tensa y un terror contenido, Just Philippot teje un drama agrícola de superación y obsesión. Las alegóricas referencias al autónomo son el motor de una historia que ve como su protagonista se desangra hasta niveles enfermizos y se desconecta de sentimentalismos que atenúen su dedicación.

Una familia disfuncional superando los inconvenientes del día a día. La relación de personajes y su tratamiento sosegado mantienen el equilibrio necesario para evitar la caricatura.