Emma Thompson y Emma Stone lucen en la nueva adaptación de Disney de Cruella.
Arropadas por un excelente vestuario (uno de los símiles propio al utilitario del Tercer Reich) y un vibrante diseño de producción, unos de los mayores logros por los que, pienso, merece la pena ir a verla.
Así como los temas musicales que se adhieren en los momentos clave del filme.
En cuanto al guionizado del producto y sus hábilmente camuflados 'Deus Exmachina', diré que es una constante habitual que, perse, no molestan. Sin embargo recomiendo hacer la vista gorda.

Con una duración de casi 2 horas y 20 min, metraje del cual podría ser descartable en varios tramos pienso, llega a ser simpática de ver. Como también lo es el ingerir una rodaja de plátano que explica y mucho del personaje que da título a esta nueva visita a los cines.

Craig Gillespie. Quien fuera el responsable de YO, TONYA, suele situar la cámara en entornos públicos. Está bien manejada, no aburre, favorece el sillón.
Con todo, pienso que es un producto familiar y por esa razón, es mejor que el menor perciba estabilidad en lo que ve.

En mi búsqueda, reconozco que no es mi producto, pero me ha gustado bastante. Lo suficiente para darle, a mi juicio, la nota que merece.

Y porque ver a Emma Stone siempre es un placer.

Nota: 6'5