Media votos
5,3
Votos
5.009
Críticas
111
Listas
8
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de migfersaav:
7
16 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es magnífica, y está centrada en la hazaña del perro Togo, en la histórica carrera del suero de Nome, en 1925. La película refleja bastante bien la historia de Togo, el perro guía del trineo que recorrió la mayor distancia y la más complicada de la carrera por llevar la antitoxina de la difteria hasta Nome, donde varios niños habían enfermado y muerto por este motivo.
La historia de este magnífico perro, se narra en la pelÍcula con pulso firme, mucho corazón, y con una sencillez y humildad que se agradecen, centrada en el vínculo entre el perro y sus dueños, el matrimonio Seppala, que llega a emocionar.
Con una fotografía vibrante y unos acertados efectos especiales, una inspirada banda sonora, unos magníficos actores y unos perros impresionantes, la pelicula resulta muy interesante. Togo es el sueño de cualquier amante de los animales, y de cualquiera que quiera conocer algo de la historia de este asombroso animal.
La película se beneficia de un Willem Dafoe y una Julianne Nicholson que dan una gran humanidad a sus personajes, sin robarle protagonismo al verdadero héroe de esta historia, Togo.
Lógicamente, ya que carece de interés para la pelicula, el final no explica lo que realmente sucedió con Togo y Balto tras la carrera, y que desvelo en la zona spoiler, para quien le interese.
La historia de este magnífico perro, se narra en la pelÍcula con pulso firme, mucho corazón, y con una sencillez y humildad que se agradecen, centrada en el vínculo entre el perro y sus dueños, el matrimonio Seppala, que llega a emocionar.
Con una fotografía vibrante y unos acertados efectos especiales, una inspirada banda sonora, unos magníficos actores y unos perros impresionantes, la pelicula resulta muy interesante. Togo es el sueño de cualquier amante de los animales, y de cualquiera que quiera conocer algo de la historia de este asombroso animal.
La película se beneficia de un Willem Dafoe y una Julianne Nicholson que dan una gran humanidad a sus personajes, sin robarle protagonismo al verdadero héroe de esta historia, Togo.
Lógicamente, ya que carece de interés para la pelicula, el final no explica lo que realmente sucedió con Togo y Balto tras la carrera, y que desvelo en la zona spoiler, para quien le interese.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Togo y Leonhard Seppala (su dueño), fueron homenajeados posteriormente, al año siguiente, en 1926, en varios lugares, y aunque la historia de la estatua de Central Park y Balto es cierta, la historia de Togo también fue conocida, y se extendió por varios lugares.
Un año después de la carrera de Nome (en 1926), Leonhard Seppala, Togo, y su equipo de perros hicieron una gira desde Seattle (Washington) a California. Seppala y Togo llevaron grandes multitudes a los estadios y grandes almacenes, e incluso aparecieron en una campaña de cigarrillos de Lucky Strike. En Nueva York, Seppala condujo a su equipo desde las escaleras del Ayuntamiento a lo largo de la Quinta Avenida e hizo un paseo a través del Central Park. Togo fue incluso galardonado con una medalla de oro por el reconocido explorador noruego Roald Amundsen (el primer hombre que llegó al polo sur).
En Nueva Inglaterra, Togo compitió en varias carreras de trineos tirados por perros, y ganaron por márgenes enormes.
Togo se retiró en Maine, donde se le practicó la eutanasia el 5 de diciembre de 1929 (4 años después de la carrera), a sus 16 años. El titular de The New York Sun Times al día siguiente fue: "Perro heroico parte a su muerte". Togo fue elogiado también en muchos otros periódicos y, como dice la pelicula, en el año 2.011, la prestigiosa revista Time nombró a Togo como el perro más heroico de la historia.
Seppala hizo disecar a Togo, y hoy en día se encuentra en exhibición en una vitrina en el museo Iditarod Trail Sled Dog Race en Wasilla, Alaska. El Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale tiene su esqueleto en su colección.
La célebre carrera de perros de Iditarod, se basa en la hazaña de la carrera del suero de Nome, también conocida como la carrera de la misericordia.
Todos los "mushers" (término que designa a los conductores de los trineos de perros) de aquella época en Alaska, sabían la realidad de la historia y el mérito de Togo en aquella proeza. Muchos mushers compraron los perros de Seppala, que pasó a ser una especie de raza de perros de trineo muy apreciada en la zona.
Con todo, es cierto que la historia de Togo no tuvo el reconocimiento que merecía, pero con el tiempo se ha ido reconociendo el verdadero mérito de su historia y se le ha hecho justicia.
Curiosamente, la historia de Balto no fue tan bonita, y no tuvo mucha suerte. Poco tiempo después, tras algunas giras intentando explotar el inmerecido éxito que se le atribuyó en aquella proeza, su dueño se cansó de Balto y los otros perros, y todos fueron vendidos (no se sabe bien por quién) a un espectáculo secundario de vodevil. Allí Balto sufrió maltrato animal hasta que una recaudación de fondos consiguió que lo admitieran en el Zoo de Cleveland, donde vivió hasta el fin de sus días.
Un año después de la carrera de Nome (en 1926), Leonhard Seppala, Togo, y su equipo de perros hicieron una gira desde Seattle (Washington) a California. Seppala y Togo llevaron grandes multitudes a los estadios y grandes almacenes, e incluso aparecieron en una campaña de cigarrillos de Lucky Strike. En Nueva York, Seppala condujo a su equipo desde las escaleras del Ayuntamiento a lo largo de la Quinta Avenida e hizo un paseo a través del Central Park. Togo fue incluso galardonado con una medalla de oro por el reconocido explorador noruego Roald Amundsen (el primer hombre que llegó al polo sur).
En Nueva Inglaterra, Togo compitió en varias carreras de trineos tirados por perros, y ganaron por márgenes enormes.
Togo se retiró en Maine, donde se le practicó la eutanasia el 5 de diciembre de 1929 (4 años después de la carrera), a sus 16 años. El titular de The New York Sun Times al día siguiente fue: "Perro heroico parte a su muerte". Togo fue elogiado también en muchos otros periódicos y, como dice la pelicula, en el año 2.011, la prestigiosa revista Time nombró a Togo como el perro más heroico de la historia.
Seppala hizo disecar a Togo, y hoy en día se encuentra en exhibición en una vitrina en el museo Iditarod Trail Sled Dog Race en Wasilla, Alaska. El Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale tiene su esqueleto en su colección.
La célebre carrera de perros de Iditarod, se basa en la hazaña de la carrera del suero de Nome, también conocida como la carrera de la misericordia.
Todos los "mushers" (término que designa a los conductores de los trineos de perros) de aquella época en Alaska, sabían la realidad de la historia y el mérito de Togo en aquella proeza. Muchos mushers compraron los perros de Seppala, que pasó a ser una especie de raza de perros de trineo muy apreciada en la zona.
Con todo, es cierto que la historia de Togo no tuvo el reconocimiento que merecía, pero con el tiempo se ha ido reconociendo el verdadero mérito de su historia y se le ha hecho justicia.
Curiosamente, la historia de Balto no fue tan bonita, y no tuvo mucha suerte. Poco tiempo después, tras algunas giras intentando explotar el inmerecido éxito que se le atribuyó en aquella proeza, su dueño se cansó de Balto y los otros perros, y todos fueron vendidos (no se sabe bien por quién) a un espectáculo secundario de vodevil. Allí Balto sufrió maltrato animal hasta que una recaudación de fondos consiguió que lo admitieran en el Zoo de Cleveland, donde vivió hasta el fin de sus días.