Poca gente se acuerda a día de hoy de esta película y es una pena tan grande que debería hacerse algo. Una buena historia con un plantel actoral que sólo hay que mirarlo de soslayo para darse una cuenta de lo grande que es. Patric es el único que actúa mal, porque no es buen actor. El resto está de maravilla. De Kevin Bacon decir que es un actor de categoría suprema y de gente como Robert De Niro o Dustin Hoffman ya está todo dicho. Una historia de abusos dura, nada explícita pero muy dramática que ha quedado olvidada y que, como ya he escrito al principio de la crítica, ya casi nadie recuerda.

Pero reconozco que me puse a verla con la idea de que sería un film legendario al estilo "Cadena Perpetua" (1994) o, siguiendo con el tema de las cárceles, "La milla verde" (1999), y no vi eso. Conforme los chicos de Hell's Kitchen se largaron del reformatorio para chicos problemáticos Wilkinson y llegó ese Otoño de 1981 donde se cometió esa merecida venganza en Nokes (un Kevin Bacon sublime), se va perdiendo esa magia y entran en acción actores que se notan falsos, impostados: Un Patric muy poco expresivo y un Brad Pitt sin pulir aún, sin hablar de aquellos dos mendrugos que hacen de asesinos de Bacon (puff). Su primera parte, donde los chicos juguetean por el barrio lleno de gentuza que es Hell's Kitchen y cometen aquel intento de asesinato por una chiquillada se ve con gusto, la parte del reformatorio es estupenda, pero la parte final donde entran actores que no cuadran bien en el papel y donde se lleva a cabo una venganza que me resultó demasiado artificial, me resultó poco convincente y quitó más de tres puntos a una historia que podría haber sido de nueve o diez. Por otro lado; Decir que las canciones que pueblan el film son muy buenas, pero no arreglan ese tramo final tan poco convincente.

Nunca he odiado tanto a un personaje como el que interpreta Kevin Bacon. Lo peor es que aquel que se sonríe maliciosamente cuando entra en el bus de vuelta a casa o él que es tu camarero puede llevar dentro un tipo igual de miserable que este Nokes. Yo tuve de director de una Escuela Superior de Arte Dramático en Valladolid, a un tipo que tenía poco que envidiar a este Nokes y que todavía dirige la citada escuela (al menos éste cabrón no abusaba de niños, ni les pegaba, pero tenía una maldad que daba miedo con sólo oírle hablar). La vida a veces da miedo, por eso prefiero la ficción y dormirme soñando con que los buenos ganamos siempre. Te recomiendo "Sleepers", aunque le falte cerrar la función como se debe.