Otto Bathurst se ha ganado un lugar como uno de los realizadores televisivos más laureados y apreciados de los últimos años. No puede ser de otra forma, cuando dirigió uno de los capítulos más alabados de Black Mirror, el primero e inefable "National anthem", y también se ha puesto tras la cámara al servicio de series tan prestigiosas como Peaky Blinders o La Materia Oscura. Sin embargo, su debut cinematográfico no ha podido ser más desgraciado y equivocado.
Este Robin Hood no es Robin Hood. De hecho, se podría haber llamado de cualquier otra manera, porque no recuerda ya nada, ni en la sombra, al arquetípico personaje del héroe del pueblo, que roba a los ricos para dárselo a los pobres.
Para empezar, es imposible aclararse sobre la época en que está ambientado esto. A ratos parece el medievo, por los decorados, pero de repente van todos vestidos de raperos, surferos, moteros o unas especies de curas modernos. Un pastiche difícilmente digerible. Y nos quejábamos del Robin Hood moderno de Guy Ritchie. Madre mía. Aquello era Shakespeare comparado con esta película. Pero lo peor no es esto.
Lo peor es sin duda una historia absurda, unos diálogos francamente lamentables y una aventura que se extiende hasta las dos horas, imperdonable si tenemos en cuenta que no sólo no nos están contando nada, sino que los personajes además son ridículos y apenas están esbozados. Una pena ver al gran Taron Egerton en esto, tan perdido entre la ropa motera y el carácter adolescente de este Robin de Loxley. La pobre Ewe Hewson directamente tiene cara de no saber muy bien qué hace allí, la presencia de Jamie Dornan es casi testimonial, y Jamie Foxx, pese a haber recibido alguna nominación como peor actor, por lo menos pone algo de ganas, teniendo en cuenta que de inicio no pega ni con cola en una película así. En general, esto ocurre con todo el reparto: todos están como un pulpo en un garaje en esta suerte de cinta épica futurista tan extraña y pobre en lo narrativo.
En definitiva, una cinta fallida de principio a fin, un pastiche incomprensible y un insulto a la memoria de tan queridos personajes.

Lo mejor: Jamie Foxx, sorprendentemente criticado cuando es de largo lo mejor.
Lo peor: Casi todo.