Tenía ganas de ver la última película de John Woo y Netflix me lo ha puesto en bandeja. Y es que hablamos de uno de los mejores directores de acción de todos los tiempos, le pese a quien le pese. Suyos son películas de culto como Cara a cara (Face/Off) o Hard Boiled... y bueno, otras como Misión Imposible 2, pero esa es otra historia.

El caso es que después de años inmerso en productos bélicos como Acantilado Rojo, por fin regresaba a lo que mejor se le da, que no es otra cosa que el thriller de acción trillado, plagada de balas y palomas, marca de la casa.

Tampoco iba con las expectativas disparadas, y sólo esperaba encontrarme con un simpático producto de acción que entretuviese. Lamentablemente, lo que me he encontrado es un infumable subproducto con uno de los guiones más mediocre y demenciales visto en años.

Me sorprende las positivas críticas vertidas por profesionales del sector, y es que estamos ante un refrito de El fugitivo, con exceso de tramas y personajes, y donde todo es alocado y desmedido, pero en el mal sentido. Es mala, pero no de esas donde te lo pasas bien. Ni eso te dan.

La dirección de Woo es, de lejos, lo mejor de la película, ya que nos regala un par de set pieces (la del asalto a la casa es una delicia) que están muy bien resultas y sorprenden, pero fuera de eso no hay nada más que rascar, ya que nada funciona, y bueno, tampoco es uno de lo mejores trabajos del director, ya que abusa de los efectos digitales y hay un bochornoso momento con palomas que parece más una parodia de su sello inconfundible que no un homenaje. 

En cuanto al guion, no sé ni por donde empezar. Como ya he dicho, la originalidad brilla por su ausencia, ya que estamos ante un inocente acusado falsamente de un asesinato, perseguido por un policía tenaz pero legal. Algo me suena... Si a eso le añadimos una corporación que coquetea con experimentos en humanos y personajes secundarios que no aportan nada y hace que la cinta se haga más larga de lo esperado, ya tenemos el pastiche de elementos imposibles y plagiados.

Y es que la película es un caos, ya que comienza como una cinta de acción, se convierte en un thriller con tintes de drama y acaba siendo una especie de ciencia ficción con peleas cuerpo a cuerpo que nada tiene que ver con lo mostrado hasta el momento. Es como si tres películas (o cuatro) conviviesen en en el mismo producto, siendo un híbrido fallido y defectuoso, y que me extraña que haya recibido tantos aplausos, cuando es mediocre como él solo, y digno de todos los anti-premios habidos y por haber.

Y del reparto, no hay mucho más que decir, solo que los actores se toman demasiado en serio sus papeles para estar en una aberración semejante, y de personajes quizás me quede con el inspector (que tampoco es el colmo del carisma, pero cumple), ya que el abogado al que persiguen actúa con el piloto automático. Nada a destacar en este aspecto, ciertamente.

En conclusión, estamos ante una basura indigna del director, con un guion perezoso y mediocre, digno de un niño pequeño que se basa en sus peleas con los juguetes y decide dar el salto al cine, y que ha recibido muchos más aplausos y mucho menos palos de los que merecía.

Luego bien que se pisa sin piedad a productos mucho más logrados y convincentes que el que nos ocupa, pero en fin, yo ya os he avisado con mi opinión. Una bobada mal planteada y ejecutada, donde sólo se salvan dos escenas y que es mejor olvidar lo antes posible, ya que no hace ni gracia, y mira que los elementos invitaban a ello, pero ni por esas. Woo... todavía estas a tiempo de regresar como corresponde a lo que mejor se te da, pero no mediante estas basuras sin sentido alguno. Unos mínimos, por favor.

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