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Voto de Javi McClane:
1
Terror En la España de la posguerra, Narcisa (Aria Bedmar), una joven novicia con poderes sobrenaturales, empieza a trabajar de profesora en un antiguo convento, ahora colegio para niñas. Conforme pasen los días, los extraños sucesos y las situaciones cada vez más inquietantes que la atormentan terminarán por llevarla a desenredar la madeja de secretos que rodean al convento y acechan a sus moradoras.
28 de octubre de 2023
63 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahhh, Paco Plaza… qué hacemos contigo… Nos diste lo mejor, para luego arrebatárnoslo y castigarnos con lo peor. Pero mejor, empecemos por el principio. Paco Plazo, director español que saltó al Olimpo de los Dioses con OT, la película… No, es broma, lo logró con las dos primeras entregas de Rec, la primera un clásico, y la segunda una secuela infravalorada, ambas dirigidas junto a Jaume Balagueró. Después probó suerte en solitario con la estupenda comedia de terror Rec 3, una alocada cinta que casi nadie entendió, para después sorprendernos con la fabulosa Verónica, una cinta de terror que capturaba muy bien la esencia de los 90, y que estremecía al estar basada en hechos reales.

Ese es el punto de inflexión, o si lo preferís, de no retorno, ya que a continuación llegó el decepcionante thriller Quien a hierro mata, que no estaba mal, pero sí lejos de lo mostrado hasta el momento, para luego horrorizar al público con La Abuela, y lo de horrorizar no es un cumplido ni va por los sustos, lo digo porque la cinta es terrible. Algo pasaba con Paco, y lamentablemente, Hermana muerte es la confirmación de que el cineasta ha perdido su toque, porque ha hecho un clásico ‘sujétame el cubata que esto puede ir a peor’, y si bien no es peor que La Abuela, porque eso es complicado, si es igual de aburrida, pretenciosa y olvidable. Todo en uno.

Técnicamente la cinta luce de saldo, notándose que en Netflix no han sido muy generosos a la hora de abordar el proyecto, como si le hubiesen sacado un pequeño fajo de billetes al bueno de Paco, y le hubiesen dicho: haz lo que quieras con lo que tienes, que necesitamos un estreno de terror para Halloween. Y claro, se ve que Paco tenía ganas de contarnos un poco más de la monja que apenas aparecía unos minutos en Verónica, siendo ésta una precuela de aquella, sobre el papel una idea interesante, ya que personalmente me alegré cuando se anunció el proyecto, pero con una pésima ejecución en la pequeña pantalla, con una película que juega a ser intimista, rodada sin pulso, y con un guion sin garra ni interés, siendo cortesía del propio Plaza y del habitual colaborador de Álex de la Iglesia, lo que tampoco tiene ningún sentido.

Y es que estamos ante una propuesta sin alma, sin emotividad, donde todo nos importa un carajo, y con unos personajes que no nos transmiten nada, no siendo culpa de su correcto reparto, que hace lo que puede con los personajes sin vida que les han otorgado. Pero oye, si al menos me das un poco de diversión e instantes terroríficos, que es lo que hizo la también lamentable La Monja 2, pues tan amigos, pero no, amigos y amigas míos, ya que los instantes de terror caen en saco roto, con una película que no da miedo, y menos si tu mayor recurso es tirar constantemente una silla al suelo, siendo un elemento que huele a amateur que tira para atrás, porque esta película es tan floja, insípida y vacía, que parece obra de un estudiante con ínfulas de autor.

Y es que se nota que Plaza ha caído rendido a los pies de la petulancia, ese cine de autor, también conocido como terror elevado, donde se supone que imperan más las reflexiones y mensajes ocultos que no los sustos. Y oye, si tienes una buena historia que contar, me apunto, pero tampoco es el caso, con una simplona historia que ya hemos visto antes, y creo que Guillermo del Toro tendría algo qué decir al respecto. Por lo tanto, también podemos concluir que el guion es perezoso, no ofreciendo ni un solo elemento novedoso.

Entonces, recapitulemos… Si la dirección es pobre, el guion tan soporífero como pretencioso, y el reparto se esfuerza, pero no ilusiona, ¿qué nos queda? Una muy mala película de terror, de las peores del año, y que si por algo destaca es por una duración de menos de noventa minutos, siendo de agradecer al señor Plaza que no haya extendido la agonía. Otra mala película de Netflix, que espero que no reservéis para la noche de Halloween, porque en vez de sustos, vais a recibir una avalancha de bostezos que os confirmarán que Paco Plaza ya no es el que era. Hace unos años hubiese afirmado, sin reparo alguno, que es uno de los mejores cineastas españoles del momento.

Ahora no sólo no me atrevo a hacer tal afirmación, sino que opino todo lo contrario, con un director peligroso que ha cedido a la pretenciosidad de un cine que quizás embauque a los críticos, pero que hará arquear la ceja al gran público, olvidándose de lo más importante: entretener y no aburrir. En estos casos, suelo decirme a mí mismo aquello de la que la esperanza es lo último que se pierde, pero La Abuela y Hermana Muerte son tan horribles, que ya no me fío. Y es que al final, la que está muerta es la propia película…

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Javi McClane
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