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Voto de Javi McClane:
6
Ciencia ficción. Acción En las calles de Nueva Orleans, se empieza a correr la voz sobre una misteriosa nueva píldora que desbloquea superpoderes únicos para cada usuario. La trampa: no sabes cómo te afectará hasta que la tomes. Mientras que algunos desarrollan una piel a prueba de balas, invisibilidad y una fuerza sobrenatural, otros exhiben una reacción más mortal. Pero cuando la píldora eleva el crimen dentro de la ciudad a niveles peligrosos, un policía ... [+]
17 de agosto de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace algún tiempo, Netflix tiene una estrategia bien clara en lo que se refiere a sus grandes estrenos, propuestas de generosos presupuestos y siempre con llamativos repartos que llamen la atención (algo que ya no supone reclamo alguno en el cine sí lo es para las plataformas de pago... curioso, cuanto menos).

Y la verdad es que siempre les suele funcionar, ya que las películas de dicha índole acaban siendo las más vistas, por lo que la plataforma parece que ha encontrado la fórmula el éxito (cosa que no les sucedió con las cintas de corte independiente y de autor, en las que decidieron invertir pero que luego no vio nadie... hola, Roma...).

Lo que es seguro es que Netflix quiere sus propias franquicias, al estilo Marvel, y es por ello que están apostando por productos de este calado. El mes pasado trajeron la muy fallida y olvidable La vieja guardia, y ahora han estrenado Proyecto Power, film de gente con superpoderes (no confundir con superhéroes, por mucho que en la película se haga mención a éstos) y vendido como uno de los grandes blockbusters del verano.

La verdad es que debido a algunas decepciones (como la mencionada con Theron, aunque tampoco esperaba demasiado de aquélla... ni de ésta), no tenía muchas expectativas en el producto que nos ocupa, conformándome con pasar un rato entretenido y poco más. Y al final es lo que he obtenido, ni más ni menos, aunque no sería justo perdonarle sus muchos defectos y sus claras pretensiones, siendo una película de rápido consumo, de esas que se olvidan tan pronto como aparecen los títulos de crédito.

La dirección corre a cargo de dos directores, los mismos que nos trajeron la mejor entrega de la estirada saga Paranormal Activity, es decir, la tercera (la precuela, para que nadie se pierda), aunque también es cierto que poco después nos atormentaron con la cuarta. Fuera de eso, poco más han hecho a destacar. Aquí realizan una labor tan correcta como solvente, con unas escenas de acción destacables pero algo caóticas en no pocos momentos, y donde cuesta seguir el hilo. Se nota que quieren ofrecer un producto de acción en condiciones, pero no siempre lo logran.

También deberían haber recortado ciertas escenas que no aportan nada (como la de Gordon-Levitt en toalla), ya que las casi dos horas de duración se hacen algo excesivas y pesadas, dejando la sensación de que a la propuesta le habría venido de perlas durar apenas hora y media, pudiendo haber sido más ligera y evitando el relleno innecesario (como el comentado).

Y es que el guion tiene demasiadas cosas por pulir, siendo un batiburrillo de ideas y personajes que no acaban de funcionar, por no hablar de la cantidad de clichés de los que se abusa (madre con enfermedad, por poner un ejemplo claro). Desde luego, los personajes de Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt (éste demasiado desdibujado y sin apenas aportar mucho a la trama) podrían haber sido el mismo, que no habría cambiado mucho la cosa.

Y hablando de ambos actores, Foxx vuelve a derrochar carisma, engrandeciendo el cómputo final, mientras que Gordon-Levitt hace lo que puede con el personaje que le ha tocado, intentando aportar algunas dosis de humor al relato, pero cayendo en saco roto. La carrera del primero no está en su mejor momento, pero es que el segundo lleva años encadenando cintas que a nadie interesan y quedando relegado al olvido, viéndose obligado a aparecer en películas como la que nos ocupa. Que tampoco pasa nada, pero son dos actores capaces de más... mucho más.

Tampoco sería justo no mencionar a Dominique Fishback, con un personaje protagónico al inicio de la cinta pero con el que luego no saben que hacer (de nuevo, culpa del guion) o un muy desaprovechado Rodrigo Santoro (lo de Courney B. Vance mejor lo dejamos a un lado) como villano de pacotilla, cuando también es capaz de mucho más (como pudimos apreciar en la serie Westworld).

Los efectos especiales cumplen, pero son demasiado obvios y hay cierta escena en el ecuador de la cinta (que no revelaré y que podría haberse ejecutado mejor) donde da la sensación de que se quedaron sin dinero, porque parece sacada de una propuesta de directo al videoclub.

En resumidas cuentas: ¿Es una película entretenida? Sí, aunque no le habría venido nada mal tener una duración más reducida y un guion más pulido. ¿Se olvida tan rápido como se ve? Pues también, ya que no aporta nada al género y es un producto de usar y tirar, aunque sin que lamentemos su visionado.

Por lo tanto, estamos ante una producción que se queda a medio gas y que habría destacado mucho más de haberse estrenado en los 90, pero que hoy en día, con tanta competencia y con el abuso de este tipo de propuestas, poco tiene que decir al respecto. Tan correcta como del montón, pero podría haber sido peor. Esperando el próximo "blockbuster" de Netflix.

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Javi McClane
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