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Voto de Javi McClane:
5
Terror El Capítulo 5 continúa con la familia Lambert casi diez años después de los eventos del Capítulo 2. Para poner finalmente a sus demonios a descansar, Josh (Patrick Wilson) y su hijo Dalton (Ty Simpkins), ya un universitario, deben de ir más profundo hacia "el Más Allá" de lo que nunca habían ido, encontrándose con el pasado oscuro de su familia y un sin número de espantosos terrores que se esconden detrás de la puerta roja. (FILMAFFINITY) [+]
8 de agosto de 2023
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2010 se estrenaba Insidious, cinta de terror dirigida por James Wan, y que se convirtió instantáneamente en un clásico del terror. Y no me extraña, declarándome absoluto fan de esa primera entrega. Unos años después, nos llegó una secuela que, si bien no estaba tan acertada e inspirada, perdiendo el factor sorpresa, tenía puntos muy interesantes y suponía un buen cierre para los personajes. Por cierto, quedaros con lo del cierre de personajes. La tercera ya era una precuela con puros fines lucrativos, aunque entretenía y no hacía daño a nadie, y la cuarta era directamente infumable, una horrenda propuesta de terror que todo el mundo ha olvidado, y casi que mejor.

Pues bien, creada ya la marca, los productores jamás tienen suficiente, y sin que nadie lo haya pedido, aquí tenemos una quinta entrega de la saga, en esta ocasión recuperando a los protagonistas del clásico, siendo una secuela directa de la segunda entrega. En esta ocasión el señor James Wan se limita a producir, dándole la batuta de la dirección a su actor fetiche Patrick Wilson, protagonista de tres entregas de la saga, y siendo este su debut, en lo que sólo se puede considerar como un movimiento tan curioso como arriesgado.

La crítica ha machacado sin piedad esta quinta entrega, porque últimamente no están para demasiadas historias, pero el público, como de costumbre, no les ha hecho ni caso, convirtiendo a esta quinta entrega en la más exitosa de la saga, algo surrealista, se mire por dónde se mire. Es obvio que se ha visto beneficiada por la nula competencia de terror en pleno verano, pero ya os adelanto que no merece tales números, porque estamos ante una cinta que, si bien funciona como producto de terror, no lo hace como secuela de la saga, al ser totalmente innecesaria. Bueno, como la tercera y la cuarta.

La película supone el gran debut de Wilson tras las cámaras, notándose que ha tomado buena nota de su amigo James Wan, al ofrecer una serie de imágenes truculentas y un par de momentos que erizan el pelo, confirmando que está película tiene un pase como producción de terror. Son momentos puntuales, pero ya ofrecen lo que el espectador espera de una propuesta de estas características. Wilson es consciente de que es su gran oportunidad, y los resultados no pueden ser más alentadores. No es Wan, pero apunta maneras.

Y hablando de Wilson, también está fabuloso con su interpretación, desplegando sus dotes dramáticas (atención al momento del coche) y entregándose por completo a la cinta al ser su primera película como director. Siempre lo he considerado un gran actor, pero ya es hora de que el resto de la humanidad también lo haga.

Eso sí, aparece mucho menos de lo esperado, ya que el protagonista es otro, concretamente el joven Ty Simpkins, el niño de las dos primeras entregas. Le hemos visto crecer en Hollywood, interviniendo en infinidad de producciones conocidas, pero ha llegado a ese punto en el que tiene que quitarse la losa de niño prodigio y dar el salto hacia la de actor con tablas. Esta no será la película que no los confirme, porque su personaje no acompaña demasiado, al ser algo comedido, pero cumple, que no es poco. Personalmente, tengo esperanzas en él.

Lo de Rose Byrne roza el cameo, por lo que ni me molesto, y Sinclair Daniel, la nueva incorporación, aporta frescura a una película que lo está pidiendo a gritos, porque el drama campa a sus anchas, devorando al terror en casi todo el metraje.

Y es que el guionista de esta nueva entrega ha querido priorizar los aspectos dramáticos de la historia, rompiendo un equilibrio entre lo emotivo y lo terrorífico que sí funcionaba en las dos primeras entregas, pero que aquí se hace añicos con un conflicto familiar tan evidente como manoseado, y que no es otro que el de los eternos problemas paterno filiales.

Odio las secuelas que se sacan conflictos familiares de la chistera con tal de justificar el argumento de una nueva entrega, en una excusa muy burda para captar la atención del espectador, y traicionando a las anteriores películas en el proceso. No, no es necesario, y menos cuando la segunda parte tenía un desenlace tan satisfactorio para los personajes y para el espectador.

Y para más inri, la película no tiene ni suspense ni sorpresas, siendo los espectadores plenamente conscientes de lo que está sucediendo, al contrario que los protagonistas, siendo una elección artística un tanto extraña, porque nos privan de la fiesta al ser saber por dónde van los tiros. ¿Tiene sentido que lo sepamos todo y que vuelvan a contarnos exactamente lo mismo? Todos conocemos la respuesta, en una película que vuelve al mismo punto en el que estaba. ¿Para qué? Ah, sí, la taquilla…

Como película de terror independiente de la franquicia te la puedo comprar, por un par de instantes, una buena dirección y un reparto entregado, pero como entrega de la saga no, porque todo ya quedó bien cerrado y atado al final de la segunda, y aquí nos confirman que el interés en traer de vuelta a la familia es puramente por motivos económicos, como en la mayoría de secuelas del género. Tendrían que haber dejado en paz a estos personajes, pero la codicia de Hollywood no conoce límites.

En fin, que la primera y la segunda siguen siendo recordadas, la primera como un merecido clásico de culto, mientras que la tercera y la cuarta ya han sido olvidadas. Adivinad en qué grupo acabará estando esta innecesaria secuela. Sí, es la más taquillera de la franquicia, lo que es una buena noticia para los productores, pero pésima para los fans, porque vamos a tener más entregas de una saga que exige parar. Pero eh, el negocio no se detiene, pero yo sí lo hice en la segunda entrega, con un cierre que no necesitaba continuación, por lo que la existencia de esta entrega no tiene sentido alguno. No es el desastre que podría haber sido, pero mañana la habremos olvidado todos. De hecho…

Más críticas: ocioworld.net
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Javi McClane
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