Secuela anunciada de lo que supuso el éxito garantizado en esa reunión de veteranos del cine de acción del cine de los ochenta y convocados en “Los Mercenarios” (The Expendables, 2010). Con Sylvester Stallone encabezando de nuevo un grupo suicida de soldados de fortuna y que cumplen las misiones más dispares y secretas que se suceden en distintos lugares del globo terráqueo, la franquicia parece tomar forma con el fin de entretener al público aficionado al cine más comercial y palomitero, sin obviar a los nostálgicos que consumían las viejas cintas de VHS de la Cannon.

Stallone relegó la dirección a todo un especialista en blockbusters como Simon West (rodó la primera adaptación del videojuego “Tomb Raider” en 2001 con Angelina Jolie) para centrarse en la interpretación (tan por debajo de la media y limitada en sus lapidarias frases de tipo duro así como su acierto en la puntería y los puños o su capacidad de ser esquivo de las balas). En ésta ocasión tienen que recuperar un maletín con unos planos que desvelarían la localización de un antiguo almacén de plutonio en las fronteras de Rusia y Afganistán, sin caer en la cuenta de que se les adelanta el villano de turno (interpretado por Jean Claude Van Damme).

El equipo se reúne nuevamente en ésta previsible entrega donde la sangre, el sudor y las balas cumplen su cometido. Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Dolph Lundgren y un setentón Chuck Norris secundan ésta carga pesada de exhibicionismo destroyer junto con los consolidados Jason Statham, Randy Couture, Terry Crews y Nan Yu.