Una película que nos brinda un total realismo de lo que es escalar el Everest, lo duro que es enfrentar el frío extremo, la máxima altura, después de visionarla te preguntas si vale la pena llegar a la cima o cuales son las necesidades de muchas personas de tratar de lograrlo o si son conscientes de lo que puedan llegar a perder. Es una trama que en general carece de sentimentalismo, todas las personas que encaran dicha expedición tanto los que se quedan como los que suben saben con que se topan y las posibles consecuencias, por momentos sientes cuando van llegando a la cima que están en otro mundo y ya el planeta no les pertenece, terminando de tocar el cielo o el otro mundo, quizás esa sensación es la que motive a muchos tratar de escalar la montaña. Las actuaciones son correctas, sin lograr destacarse ninguna, pues el paisaje y las inclemencias climáticas se imponen al ser humano. El director también ha querido mostrar todo lo que se necesita para poder lograrlo. La recomiendo totalmente y a sabiendas de que la naturaleza es implacable y en este largometraje lo vemos.