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España España · Málaga
Voto de Lukas:
6
Drama. Romance. Thriller Relata el despertar sexual de Connie, una joven de 15 años. La situación se le va de las manos una vez que el misterioso Arnold Friend, un hombre varios años mayor que ella, se interesa por la joven... (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2023
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Qué bonitos eran los años 80. Cómo nos divertíamos. En 1985 tenía trece años. Connie, en esta película, se supone que tiene 15. Quince años tiene mi amor.

Quince (Quince)
Años (Años)
Tiene mi amor
Le gusta (Gusta)
Tanto (Tanto)
Bailar el rock
Es una chiquilla tan divina y colosal
Tiene una mirada que nadie puede aguantar
Esa (Esa)
Chica (Chica)
No tiene igual
Y cuando (Cuando)
Baila es (Baila es)
Sensacional

La canción del Dúo Dinámico le va que ni pintado a la protagonista de esta historia, basada en un relato de Joyce Carol Oates, que no he leído. Porque la canción sigue:

Un ángel es mi amor
Sus cabellos rubios son
Bonita y caprichosa
De un jardín, la mejor rosa
Pero cuando más me gusta es bailando este rock

Lo mejor de esta cinta casi olvidada, de Joyce Chopra, es sin duda la interpretación de Laura Dern. Asistimos al nacimiento de una actriz, y eso es siempre maravilloso. Laura Dern se convertiría poco después en la tentación rubia de Blue Velvet de David Lynch, en 1986. Desde luego, prefiero mil veces antes la cinta de Lynch a esta de Chopra, que decidí ver anoche porque “le quedan 9 días” en MUBI. La plataforma de cine de autor e independiente está dedicando un ciclo, muy interesante, titulado Reencuadre: Mujeres Directoras. Seguiré viendo pelis del ciclo, porque me encanta la mirada femenina en el cine. En fin, es una peli de mujeres: guionista, directora, actrices protagonistas (Laura Dern, Mary Kay Place, Elizabeth Berridge, más las dos amigas de Connie). No sé bien aún a qué viene eso del título original, Smooth Talk (Palabras suaves), tal vez si leyera el relato de Joyce lo entendería.

La película no es gran cosa, la historia no es nada del otro mundo, y supongo que la olvidaré en pocos días. Pero cuando la estás viendo, notas el magnetismo que desprende Laura Dern, una incipiente actriz, rubia y hermosa como ninguna (sólo le puede hacer sombra Cybill Shepherd, que es otra de mis rubias favoritas de siempre). Todo el tiempo está ella ante la cámara, por lo que la peli se sostiene gracias a su presencia, su fotogenia y, por supuesto, su saber actuar. Lo que nos cuenta es la vida aburrida de una adolescente, en pleno verano, cuando el único plan es ir a la playa, al centro comercial a tontear, salir con las amigas a tomar una hamburguesa o escuchar música y bailar. Como toda adolescente, está llena de hormonas, y la chica quiere estrenarse. Pero claro, no es un hombre, es una mujer, y tiene que tener cuidado. Eso pasaba en 1966, pasaba en 1985 y sigue pasando en 2023. Es el problema de ser mujer, ya lo sabemos.En la presentación de MUBI se dice que “las protagonistas de Joyce Chopra anhelan escapar y están llenas de angustia y deseo adolescente”. ¿Escapar, de dónde? Por supuesto, de las garras de una madre-cocodrilo, ya lo sabemos. Ese tira y afloja entre madre e hija queda muy bien retratado en esa primera hora. También aparece muy bien mostrada esa mezcla fatal de angustia y deseo adolescente. Es decir, ese ir hacia el macho, y ese recelo por el peligro que comporta, el acercamiento. He leído en una reseña lo de león rondando a la delicada gacela, y me parece una comparación estupenda…

Ahora viene el problema, que otros han señalado. La última media hora. Qué es lo que pasa aquí. Es cierto que ese giro es un poco forzado, aunque tampoco lo veo tan así. De hecho, se veía venir, con todo lo anterior. Digamos que es una consecuencia, incluso lógica, del coqueteo y las tonterías de Connie, en la hora anterior de cinta. Cuando miras fijamente al abismo, el abismo te mira a ti. “Te estoy vigilando”, fue la advertencia. Es lo que pasa en los pueblos, que por el aburrimiento, la gente se dedica a espiar a los vecinos, a llevarle la vida, y se sabe todo, no hay in intimidad. Connie quiere algo (todos quieren algo, como en la cinta de Linklater), y en cierto momento se lo confiesa a su hermana June. Pero, de ahí a que coincida con lo que quieren ellos… En fin, que es una secuencia demasiado larga y teatral, aparece como algo forzado, y aquí la fluidez se estanca, digamos. Hay también ahí una especie de moraleja, que no me gusta nada, pero bueno. Incluso en esa subida de la tensión dramática, hay una coherencia que no desentona con el resto, y todo, hasta la música, cumple muy bien su papel. Es verdad que Treat Williams (Arnold Friend) no está a la altura de Laura Dern, y es por eso que el espectador se puede sentir un poco decepcionado. Pero, como sucede en La Muerte y la Doncella, relato en que también se basa la Oates, tiene que haber la confrontación con las fuerzas del Mal, para que la doncella aprenda la lección. O no.
Lukas
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