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España España · Burgos
Voto de Pogna:
10
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
31 de agosto de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desasosiego, impotencia, fascinación. Todo esto y mucho más me suscita esta película cada vez que la veo.

Empezando por los títulos de crédito y la oposición tan acertada de la música, que resume la irrupción de la violencia desde el exterior en una familia normal.
Sigo con algo que creo que Haneke maneja con virtuosismo. Se trata de las ideas preconcebidas que nuestra sociedad tiene de la buena educación. Si alguien juega al golf con los vecinos, no puede ser mala gente ¿no? Si me pide las cosas por favor, entonces será que es de fiar. El punto de inflexión de la película es soberbio: toda la escena en la que el espectador pasa de pensar un: "Joder, qué torpe es este tío" a un "No me gusta nada esta situación. ¿Por qué no se va ya?" me resulta lo más inquietante que he visto en mi vida en una película.

El mensaje de Haneke está claro (ya aparecía en "El video de Benny"). Nuestra visión de la violencia está banalizada por el trato que recibe en los medios de comunicación y distorsionada por el que recibe en el cine. En el cine un personaje puede caerse desde 5 metros de altura, o incluso recibir un balazo en una pierna, y tras un quejido teatral y cojear unos segundos, puede seguir corriendo. No vamos a parar la acción sólo por un balazo. Pero en la vida real, un golpe con un palo de golf en una pierna se hincha y duele muchísimo, y te deja paralizado para el resto de la... película.

Por eso nos muestra lo que podría llamarse "violencia en estado puro", violencia a secas, porque sí, porque me apetece, porque me aburro, porque puedo. Arno Frisch encarna aquí la falta total y absoluta de cualquier rasgo humano (su elección como protagonista no es aleatoria: ya protagonizó "El video de Benny". ¿Será que el pequeño Benny ha crecido y se ha convertido en "esto"?). Su amiguito, un mero comparsa. Dos malnacidos manejando la situación a su antojo (incluso a los espectadores).

Entiendo que haya gente que no soporte esta película. Que no aguante un plano larguísimo donde lo único que se ve es la desolación tras el paso de la violencia, que NUNCA se nos muestra en el cine comercial.

Una tele ensangrentada ¿acaso no da que pensar?
Pogna
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