El niño que quería volar al final alzó el vuelo aunque no fuese en helicóptero.

La historia al principio se te plantea como una especie de fábula, siempre algo tierno o que te llega al corazón, pero pronto se convierte en un retrato del campo nicaragüense en plena revolución sandinista. La historia hasta al final queda a un lado y el metraje se centra más en mostrar la represión del régimen de Somoza, no olvidemos apoyado por el yanqui, y se convierte en un alegato en pro de los valores del sandinismo. Esto no está mal, pero tal vez se hubiese agradecido que la historia de Alsino se desarrollase un poco más, cosa que creo que se podría haber hecho sin restar protagonismo a la militancia.

Ante todo, cabe destacar que en alguna escenas "Alsino y el cóndor" muestra una sensibilidad especial.