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Colombia Colombia · Bogota
Voto de fortiz:
10
Drama En un accidente de coche, Julie pierde a su marido Patrice, un prestigioso compositor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfrutaba. Olivier, el ayudante de Patrice, intenta sacarla de su aislamiento. Olivier está enamorado de ella desde hace muchos años y acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para ... [+]
30 de diciembre de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi por primera vez Azul a los 17 años y no entendí nada. Salí del cine con esa sensación de haber estado frente a una gran película que no lograba conmoverme. Después mi padre la compró y la vi muchas veces en casa. Poco a poco Kieslowski se me metió en los huesos y no salió nunca más. Mi interpretación personal es que Azul es una música convertida en imágenes. Pero es más que eso. Si las películas que conocemos son historias que duran dos horas, y al ser historias se parecen a los cuentos o a las novelas, porque se construyen personajes, y tienen una introducción, nudo y desenlace; Azul con su collage de diálogos, fotografía y música, mucha música, está mucho más cerca de la poesía, que no es acerca de contar historias sino de transmitir emociones, o mejor: la poesía (o Azul) es acerca de transmitir y crear belleza. Punto. Estética pura, sin caer en la exageración de Los Sueños de Akira Kirosawa, porque las imágenes, las escenas, deben tener un orden, una coherencia, una estructura, que en el caso de Azul es la historia de Julie.
¿Por qué uno puede oír una canción mil veces, pero las películas se ven una o pocas veces? En parte por la longitud, es posible, pero también y sobre todo, porque en las películas queremos saber el final de la historia. Una vez vista, la película es parte de nosotros. “Ya me la vi”. Es un sentimiento parecido al que uno tiene después de haber terminado una novela: ya es de uno. Con la música y con la poesía nunca ocurre esto. Incluso, uno podría decir que entre más se escucha una canción o se lee un poema, más nos emociona cada vez. Lo mismo ocurre con Azul.
La película es azul y es una obra de arte. La música abarca toda la película pero hay algo más y es la conciencia de la música que tiene Julie como compositora. Los momentos en los que intuye una variación, el descubrimiento que hace gracias a un mendigo de una flauta en medio de la sinfonía, y el mejor momento, cuando transforma al lado de Olivier la sinfonía magistral en un concierto mucho más íntimo, personal.
No traten de entender la película, al final no hay respuestas, no hay algo que realmente se resuelva, los personajes siguen en tensión. Kieslowski no nos da una respuesta, pero nos regala la música y la fotografía y a Juliette Binoche.
Hay algunas películas que se supone son obras maestras, pero que por algún motivo no logran cautivarnos. Algunas veces no me siento capaz de calificarlas porque me pregunto: ¿será mala la película o seré yo? Puede pasar con Azul, pero si tienen paciencia y abren sus sentidos, Azul los atrapará y esa música los acompañará siempre, como me ocurre justo ahora, quince años más tarde.
fortiz
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