Independientemente de lo característico en este tipo de películas de gran presupuesto, su alto nivel de espectacularidad sonora e intensa dependencia de pretenciosos efectos CGI, evidencia que en todo momento se pensó en impactar al público y sacudir en alguna proporción un letargo taquillero existente a un año de la pandemia del coronavirus.

Pese a ciertas fallas lógicas y cronológicas en el guión escrito por Eric Pearson y Max Borenstein, el director Adam Wingard muestra agilidad y firmeza en sus decisiones, así como cuidado en los detalles gráficos y sonoros. Puede decirse que salió airoso de esta primera superproducción que pasa por sus manos, ya que previamente se había destacado más por películas independientes que dependieron más de su ingenio como realizados, que altos presupuestos para impactar.

Independientemente de subtramas que le restaron velocidad y lógica en su construcción general, Godzilla vs. Kong es una película entretenida dirigida casi a toda la familia, excepto a un público infantil que protegido por una clasificación PG-13, es cuidado de los altos niveles de destrucción y violencia mostrada.

Francisco Maldonado: MúsicaCineTV