Me sorprende que la trilogía de Bourne sea considerada como una gran compilación del cine de acción.

En las dos películas anteriores se dejaba de lado el patriotismo americano, pero en esta útlima vuelven a caer en los mismos clichés de siempre...el héroe perdonavidas, el salvador de la patria, etc.

Y no solo pierde credibilidad en este sentido, sino que las escenas de acción, tales como el robo de cohes, motos, análisis de datos, vigilancia por visores, saltos, supervivencia a los más graves accidentes, vuelven a rememorar a los grandes "hitos" del cine como La Jungla De Cristal, Rambo, Speed. Toda una consecución de hechos exagerados e increibles.

Ni qué decir tiene que las escenas no resultan más creibles al rodarse "cámara en mano". El efecto debe utilzarse en su justa medida y en los momentos adecuados (sirva como ejemplo la grandiosa escena de 15 minutos, y sin cortes, de "Hijos de los Hombres"...posiblemente la mejor secuencia que se haya hecho en la historia del cine de accion).

Por todo ello, y nunca mejor dicho, este film ha sido el ultimatum de Bourne (aunque huele a que no es la última parte). La idea de un nuevo James Bond solo dejó un buen sabor de boca en su origen. Ahora el buen cine de acción ya no se hace de este modo.

Lo Mejor: la música es la única que aporta algo de acción.
Lo Peor: un flojo desenlace, construido con un guión y un montaje de primerizos, a base de exageraciones de un héroe venido a menos.