A comienzos de los ochenta Spielberg era el rey de Hollywood y 1982 iba a ser un año especialmente fructífero. Mientras dirigía E.T., se encargó de supervisar el rodaje de Poltergeist dirigida por Tobe Hooper aunque las malas lenguas dicen que fue él quien realmente la dirigió, que Hooper era un lacayo obediente que se limitó a obedecer sus "consejos". Y probablemente fuera así porque Steven produjo y co-escribió el guión. La película rápidamente se convirtió en un gran éxito y dio origen a dos secuelas.

Cuenta la historia de una familia cuya casa es invadida por espíritus de otra dimensión. Ante la imposibilidad de que la policía y sus vecinos les tomen en serio contratan a un equipo de parapsicólogos que trataran de limpiar su casa de fantasmas. La película está por encima de la media de otras del mismo género gracias a un guión que combina hábilmente el terror con la fantasía y ciertos toques de humor. Spielberg plasma sus miedos infantiles sobre objetos de lo más insignificantes, como el armario, el árbol o el payaso de juguete, y consigue contagiar al espectador con sus fobias gracias a unas escenas cuidadosamente planificadas. Estos son los momentos de terror más conseguidos de la película pero a medida que avanza la trama la historia se decanta más por los efectos visuales que en su día fueron pioneros.

Probablemente si el proyecto fuese exclusivamente de Tobe Hooper el film sería muy distinto. Estaríamos ante una obra de terror para adultos. Sin embargo, Spielberg aporta ese toque de fantasía que contrarresta las partes más duras de la cinta ofreciendo una historia más blanda y para todos los públicos.

Los efectos especiales fueron realizados por los expertos más reconocidos del gremio y aunque en su día causaron furor, en la actualidad están algo desfasados. Otro de los atractivos del film es la entrañable banda sonora de Jerry Goldsmith y las interpretaciones de la familia protagonista. Nelson y Williams al igual que sus hijos pequeños, convencen y resultan creíbles con sus estupendas actuaciones.

Yo en su día era demasiado pequeño para verla pero sí recuerdo que causó cierto impacto. Y la propagación, que se extendió como la pólvora, del rumor acerca de la maldición de sus protagonistas hizo que temiera todo lo que tuviese que ver con molestar a los espíritus. Recuerdo intentar ver la secuela pero fui incapaz de tragármela entera porque en cuanto aparece en escena el anciano y demacrado religioso me dio tan mal rollo que me largué.