Se trata de una fallida película de terror producida por Blumhouse y dirigida por Roxanne Benjamin que intenta una reflexión sobre el deseo de tener hijos (o su falta). Muestra demasiado y gira sin sentido después de un planteo interesante.

Por Nicolás Bianchi

Cada vez que una película de terror emplea niños como monstruos resulta inevitable pensar en ¿Quién puede matar a un niño? (1976), film español de Narciso Ibáñez Serrador. Y, por lo general, todas usan los mismos recursos. Los niños son difíciles de agredir o atacar por lo que simbolizan. Además, son siempre el objetivo ideal de una pareja de jóvenes. ¿Qué mejor que tener un par de niños sanos para formar una familia? Bueno, quizás sea posible (y mejor) vivir sin ellos.

En There´s something wrong with the children dos parejas de amigos pasan un fin de semana en una bonita cabaña en un bosque. Margaret (Alisha Wainwright) y Ben (Zach Gilford) no tienen hijos y, en principio, no planean tenerlos. En cambio, Thomas (Carlos Santos) y Ellie (Amanda Crew) son padres de Spencer y Lucy, un varón y una niña que completan el modelo familiar ideal.

En el punto de partida de la historia, la pareja sin hijos está feliz mientras que la otra atraviesa una crisis. A medida que avanza el relato, Margaret y Ben comienzan a dudar sobre si deberían o no intentar ser padres, mientras los otros recomponen su relación después de una noche sin los niños, en la que sus amigos se hacen cargo del cuidado. Antes, durante una excursión en el bosque los 6 personajes habían ingresado a una construcción abandonada donde algo evidentemente siniestro afectó a los pequeños.

Como se trata del tipo de película en la que descubrir qué es lo que va pasando es parte de la propuesta no conviene contar más. A favor del film de Blumhouse es posible mencionar un estilo estético y musical coherente con reminiscencias ochentosas, sobre todo por el sintetizador que produce las notas musicales que se pueden escuchar en algunos momentos puntuales. El tema no deja de ser interesante y, además, lateralmente se tocan otros como la posibilidad de abrir una pareja, y las consecuencias que esto puede traer.

Ahora bien, la película falla en lo más esencial, que es el relato de terror. Es lo que hubiera hecho funcionar de maravillas a todo el resto pero aquí sufre por decisiones que, en definitiva, son erradas. En este sentido, durante la segunda mitad del film, cuando la tensión aumenta, la narración pierde sustancia por la caracterización de los niños poseídos. En la película española citada en el primer párrafo los niños no hablan, simplemente hacen. Aquí, la situación de posesión de los pequeños cuenta con demasiados adornos. Otro facto que atenta negativamente contra la película es la muy pobre calidad de las actuaciones, sobre todo de los adultos.

En la secuencia final There´s something wrong with the children retoma su hilo original y, de manera también innecesaria, resalta lo que había sugerido antes. Hay algo que está mal con los niños. Existe una vida posible sin ellos. Pero hay algo que está mal también con esta película. Mejor volver a la de Ibáñez Serrador.

Disponible en distintas plataformas de Estados Unidos. Se consigue online. Contacto: [email protected]