Me he estado entreteniendo esta mañana con este film de acción y, por tanto, me he entretenido. Pocas películas de Terror, Comedias y Acción me entretienen hoy en día. Aunque mis géneros favoritos son otros, nunca le haré ascos a una película de acción decente. Y esta es una de ellas.
Conocida en otros círculos, sobre todo franceses, con el título de "The Bouncer" (en nuestra patria tendría un significado de "gorila" de discoteca o de lo que sea), ha hecho las delicias de los fans del musculitos belga. A pesar de su pésima carrera, en especial desde el 2000, ellos/as no han tirado la toalla y no ha mermado nada su pasión por este actor que metió en occidente, por la puerta grande, a varios directores orientales de la talla de John Woo, con ese cine tan súper taquillero que nació con "Contacto Sangriento" (Newt Arnold, 1988) o con "Kickboxer" (Mark DiSalle, David Worth, 1989).
Y es que en este film, Van Damme ha cambiado su registro, esa carita de guapito que apenas siente y apenas padece, que recibe la mitad de hostias de las que reparte, que ya es decir, sin decaer apenas... más bien al revés, pues se viene arriba a medida que le machacas. Aquí, en "Lukas", asume un decente papel de padre coraje, sin disimular en absoluto su edad ni la del personaje, y se resiente realmente de las palizas y de los actos contrarios a su moral. La película, gracias principalmente a él, cobra una gran verosimilitud, y gracias también a una historia sólida que aunque común, se narra originalmente, con final sorprendente incluido. Todo ello sin regocijarse en detalles, ni en subtramas (las cuales quedan en todo momento a buen recaudo de los personajes), ni siquiera en esa niña que, al principio, iba a darnos problemas argumentales. Todo se resuelve satisfactoriamente.
Y los varios registros de Jean-Claude Van Damme, que ya consigue llevarnos de la sonrisilla ladeada de picarón, a la descomposición de rostro fruto de circunstancias que a priori parecían superarle. Más humano, más dulcemente frágil, más emotivo... más maduro.
Guion de Jérémie Guez, novelista francés que está causando furor en Francia por un film que ha producido, dirigido y escrito, "A Bluebird in My Heart" (2018).
El realizador se mantiene en buena forma y no decae su arte para el cine de acción. Julien Leclercq dirigió también "Atracadores" (Braqueurs, 2015), peli que también me gustó mucho, quizás más que esta, porque fue más potente, y muy muy muy bien interpretada, con actores franceses de esos que me gustan a mí... verosímiles, feos, salvajes.
Y nada más. Ya os digo que en este género me tienen que sorprender mucho, porque a mi modo de ver este género se mueve por unos cánones muy rígidos que impiden la originalidad y apenas permiten la sorpresa emocional. A veces, muy pocas veces, alguien realmente genial, tiene el don de introducir sutilmente elementos nuevos en el género, y eso me fascina. Las pelis de Acción canónicas son todas iguales, y únicamente las puede diferenciar la Calidad. Como es el caso que nos ocupa.