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Voto de Sergio Berbel:
2
Drama En 1969 se celebró uno de los juicios más populares de la Historia de Estados Unidos, en el que siete individuos detenidos durante una manifestación en contra de la guerra de Vietnam fueron juzgados tras ser acusados de conspirar en contra de la seguridad nacional. Su arresto se produjo a consecuencia de unos disturbios contra la policía y el juicio, impulsado por el nuevo fiscal general, fue claramente político, dando lugar a una serie ... [+]
21 de marzo de 2021
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix tenía que ser. No la hace nunca limpia. Nadie puede dudar a estas alturas que la edición de los Oscars 2021 es la más floja de la historia. Confiemos en que las circunstancias pandémicas lo justifiquen, porque cualquier otra razón sonaría seriamente indigna. Estamos ante un páramo absoluto que ni tan siquiera es capaz de justificar la inclusión de una basura cinematográfica con la pestilencia que derrocha “El juicio a los 7 de Chicago” de Aaron Sorkin entre las candidatas al Oscar a la Mejor Película. Para que encierren a una Academia capaz de vomitar tamaña decisión.

Sólo existe una cosa más patética que constatar con terror que unos terribles acontecimientos históricos dan lugar a una comedia absurda, y es que dicha comedia no sea capaz de arrancarte una sonrisa en ningún momento. La comedia menos divertida de la historia del cine derrocha chistes de parvulario, inapropiados y fuera de lugar, por doquier en la primera mitad de esta aberración fílmica. Un despropósito absoluto que en su segundo acto trata de torcer a través de recalar en el puerto del drama, igualmente anodino e insípido, y con un aroma made in Hollywood manido, sobado y explotado hasta la náusea, que es justo lo que me ha producido la visión de este engendro.

Nada funciona en la película, absolutamente nada. El injusto juicio que el sistema preparó en 1969 contra la izquierda que tomó las calles durante la Convención Demócrata en Chicago para exigir el fin de la terrible y absurda guerra de Vietnam, que tantas vidas norteamericanas estaba costando para nada, por gusto y negocio de unos pocos, merecía una dignidad de la que carece absolutamente la cinta, esperpéntica de principio a fin sin pausa ni respiro.

Una dirección terriblemente espantosa de Aaron Sorkin (especialmente desagradable en su prólogo, pura adrenalina forzada en la sala de montaje tan del gusto contemporáneo) sin personalidad y con aliento de telefilm para sostener un guión lleno de tópicos, exageraciones que no funcionan, chistes que producen ganas de llorar, personajes estereotipados de cartón piedra y sin aristas que resultan increíbles y a ratos bochornosos… Un estropicio absoluto que no merecía el celuloide gastado en tan execrable resultado final.

Pero lo peor viene después, en las interpretaciones de su elenco actoral, todos ellos impresentables, fuera de juego, exagerados, incapaces de comunicar nada, excéntricos por vocación injustificada… en conclusión, insoportables.

Y me resulta un escupitajo en la cara y una acción que debería estar tipificada en el Código Penal haber nominado al impresentable y vomitivo Sacha Baron Cohen al Oscar al Mejor Actor de Reparto por una interpretación que produce vergüenza ajena, sobreactuada e intragable, con un pelucón comprado en el saldo del chino que hay enfrente del estudio en la cabeza… Un esperpento para vomitar y no parar, como el resto de la cinta.
Sergio Berbel
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