En primer lugar, el filme tiene unas imágenes exquisitas, un colorido asombroso, me recordó a mis tiempos en los que jugaba al Yoshi's Island, además, todas las chicas son guapísimas.

Por otro lado la música hace que las situaciones de terror sean mucho más impactantes, y por si todo lo anterior fuera poco hay que decir que es una de las mejores películas de terror que he visto, destaca dentro del género más difícil del séptimo arte.

La trama cada vez se va haciendo más atractiva, y la última media hora desde mi punto de vista es además de terrorífica intrigante. Se acerca bastante a "Al final de la escalera", pero sin llegar a la perfección de esta.

Si hay que citar algún defecto es la sangre, que más bien parece tomate, pintura o ketchup.

En definitiva, una película entretenida y bonita.