Siete chicas preparan su fiesta de graduación en la casa donde viven pero su dueña lo prohíbe y les advierte que deben marcharse de allí cuanto antes. Hartas de la antipática anciana, deciden gastarle una broma un tanto pesada...Lo que no saben es que la broma acabará en tragedia y posteriormente, en una pesadilla sangrienta.

Antes de nada conviene decir que el slasher que se nos presenta es bastante digno, y con digno me refiero a que está bastante cuidado en cuanto a historia, efectos, personajes y trama, lo que irremediablemente lo diferencia de todos esos slashers malos de solemnidad a los que uno está acostumbrado a ver en la televisión.
Recuerda mucho a la estupenda "Navidades Negras", también protagonizada por jóvenes de una hermandad acechadas por un misterioso asesino que interrumpe sus festejos.

Y si aquella se caracterizaba por su elegancia y su dominio de la atmósfera con poca sangre, esta es mucho más truculenta.
Y si la de Clark hacía hincapié en el suspense y dejaba la acción y las sorpresas para el tramo final, esta es considerablemente más frenética, porque desde que las cosas se ponen feas, la película no para de ofrecernos tensión, un poco de intriga, persecuciones y asesinatos, por lo que se puede pasar en un suspiro.

Realmente no tengo nada que objetar salvo alguna muerte en la que se nota que se utilizan extremidades de mentira o secuencias en las que la música no se corresponde bien con lo que está ocurriendo.
Pero en conjunto es un slasher disfrutable y poco previsible de principio a fin.

El secreto de un buen slasher es poner atención en las muertes y las persecuciones, que suelen ser los puntos álgidos esperados de un slasher, sin renunciar a darle personalidad al asesino y crear una buena base de intriga, y esta película reúne esos ingredientes esenciales.

6,5/10