Es increíble lo absolutamente patético que puede llegar a ser un hombre que ama a una mujer que ha dejado de amarle o que, sencillamente, nunca le ha amado.
Ellas no tienen problema: No es raro que una mujer llore, que se muestre débil, que quede con el amigo pagafantas para contarle que su exnovio es un capullo y que la ha dejado, que se acerque a otro chico para recibir cariño. Y además probablemente tengan a sus amigas alrededor apoyándola emocionalmente y acercándolas a nuevos chicos con el animo de: A por ellos!
Nosotros sin embargo, aunque podemos sentirnos igual de mal que ellas o peor (Podríamos hablar de los instintos de propiedad masculinos), no debemos mostrarnos llorosos, ni débiles, ni faltos de autoestima ni orgullo. Si le explicamos a alguna chica con la que quedemos sobre nuestra ex, ella pensará que somos unos capullos. Nuestros amigos nos apoyaran, con una mano en el hombro y diciendo "animo" (Y seguirán compitiendo por conseguir alguna de las chicas monas que se acerquen al grupo). Nadie vendrá a darnos cariño a menos que, precisamente, nos mostremos duros, sólidos y enteros. Es decir, como los prestamos bancarios: Nos darán cariño si no lo necesitamos.
No es lo mismo que una chica no tenga las ideas claras o no quiera estar contigo, a que sea el chico el que no tiene las ideas claras, no ve clara la relación o no quiero estar con ella. Nosotros quedamos en muy mal lugar si cometemos errores en ese sentido, mientras que ellas... ellas probablemente vean como el mundo se compadece de su duda.
Esa es la miseria de los hombres en el amor. Es como una enfermedad en que no te puedes poner malo, ya que no hay medicinas. La única cura es no querer ponerse malo.
Una gran película sobre el tema, probablemente la mejor. Toda una terapia para el desamor, para verlo desde fuera y pensar: venga, tío... ¿Que película te has montado en tu cabeza? ¿Magia, destino, casualidad? No, solo dos personas eligiéndose o rechazándose... Un gran esfuerzo, un castillo de naipes que puede caerse en cualquier momento y que, con toda la fuerza de nuestro interior, habrá que volver a empezar a construir si se ha derrumbado... cuando sea el momento adecuado.