El equipo M vuelve con más integrantes y la misma sed de la primera, ya sin factor sorpresa, pero con buenos golpes sobre sus carreras, sus efectos y sus defectos, sin duda su humor proporciona el elemento característico entre tanta sangre que no es derramada por gusto, sino que se hace con potencia y descaro, viejas glorias dando sus últimos golpes sin caer en el ridículo de sus formas físicas y con el acompañamiento del número uno en la actualidad, Staham es, desde hace algún tiempo, el relevo generacional de toda esta "manada" de los 90.

Si bien son actores más viejos que otras películas actuales de acción y violencia, también es verdad que sus armas son más grandes y sus pretenciones más aceptadas en general, se permite que se elija cualquier país en conflicto o alguna mafia o terrismo ya visto hasta la muerte, da igual, también se perdona que creen un personaje-víctima, uno de esos de cortar y pegar para clamar venganza, más que nada parece que ninguno de ellos quería caer preso de la patada de Van Damme con cuchillada en el corazón...

Lo que sí me parece que tendría que haber aparecido para ser una buena película es la presencia de algo que se pueda llamar guión, un metraje más alargado en el que apareciera una traición o algo por el estilo, y es que la historia es tremendamente plana y con poca solidaridad política a pesar de hablar de arrasar pueblos rústicos como mano de obra barata para las minas.