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España España · Madrid
Voto de Lis:
7
Terror. Thriller. Fantástico En una ciudad de Colorado, en los años 70, un enmascarado secuestra a Finney Shaw, un chico tímido e inteligente de 13 años, y le encierra en un sótano insonorizado donde de nada sirven sus gritos. Cuando un teléfono roto y sin conexión empieza a sonar, Finney descubre que a través de él puede oír las voces de las anteriores víctimas, las cuales están decididas a impedir que Finney acabe igual que ellas. (FILMAFFINITY)
29 de junio de 2022
32 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aterra ver a esos niños protegidos solo con su pequeña coraza y su valor inquebrantable pese al miedo, pese a los matones del cole que a su vez cargan con mochilas de fanfarronería impostada para ocultar carencias y otros temores que no alcanzan a entender.
En la película, los dos hermanos esconden lo que son. El niño, una sonrisa suave bajo una fina piel que oculta moratones y miedos. La niña, una mirada intensamente triste que en su corazón sabe lo que quiere a pesar de las amenazas, que es fuerte a pesar de los golpes.
Película que recuerda en su angustia y también en su camaradería a Stand by me y a otras de pactos secretos, a voces que surgen de la nada y nos dicen que no estamos solos en nuestra desolación, pero que hay que aceptar el mundo adulto compuesto también de viejos niños que crecieron fuera de la comprensión de sus mayores.
Estos niños, adolescentes, se hacen querer porque no abundan en el capricho ni en la rebeldía sin causa de los que estamos acostumbrados a ver lloriquear por nimiedades.
Estos afrontan lo que son, asumen que tienen un mundo hostil al que enfrentarse y lo hacen solos, porque saben que ese mundo no es el de los adultos y porque a su enemigo hay que vencerle en el mismo terreno de luchas y de juegos.
La pareja protagonista está muy bien, especialmente la niña. Ethan Hawke, eficaz como siempre. Al papel del padre le falta quizá alguna explicación, pero no es importante. Trasluce lo que ocurre en casa la mirada trémula y callada de su hija. Y se entiende esa mezcla de devoción y repulsión por lo intangible, ese don de dios o del diablo.
En definitiva, terror sencillo pero que penetra como un estilete en el estómago, sobre todo cuando ves al monstruo sentado en la silla, con el torso desnudo y el cinturón en la mano.
Lis
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