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En el barrio

Musical. Romance. Drama. Comedia Basado en el musical de Broadway, sigue a un grupo de vecinos del barrio Washington Heights, en Nueva York. El principal es Usnavi (Anthony Ramos), el simpático dueño de una bodega, criado por su abuela, que sueña con volver algún día a su República Dominicana de origen; la abuela Claudia, que desempeña el rol de abuela para muchos de los vecinos del barrio; Vanessa, de quien Usnavi está perdidamente enamorado; y Nina, una vieja amiga ... [+]
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
14 de enero de 2022
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El bueno de Anthony tiene un papelón por delante, porque vaya por delante que el papel no era fácil y había que tener integridad moral para desempeñarlo, pero finalmente y como por arte de birlibirloque el empuje necesario aparece en todo su esplendor y restalla en la pantalla como pocas veces se ha visto.
En el siglo xxi, todas las cosas que importan como la vanidad, el dinero y la codicia vienen bien reflejadas en el film, siendo consecuentes con la historia que quieren contar y sobre todo con las ganas y el ansia de dólares.
Asi pues, y sin espoiler, el final es obligario de visionar y por eso le pongo un merecido 6.
micaela
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17 de junio de 2021
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
In the Heights se estrenó por primera vez como musical de Broadway en 2008, aunque su escritor, Lin-Manuel Miranda, empezó a trabajar en el proyecto casi una década antes, en 1999. El musical fue nominado a trece premios Tony en el momento de su debut. Y finalmente, se llevó cuatro: a la mejor música original, mejor musical, mejor coreografía y mejor orquestación.

A pesar de que ese mismo 2008 se inició el proyecto para trasladar la obra a la gran pantalla, han tenido que pasar trece años para que sea una realidad.

La producción de John M. Chu consigue mostrar con maestría la realidad de las comunidades latinas en Estados Unidos: víctimas de la gentrificación que los desplaza de sus barrios, de las injusticias raciales demasiado presentes en el país americano, de la falta de oportunidades por el simple hecho de tener raíces distintas, etc. Sin embargo, Chu no pretende hacer un retrato victimista en absoluto; más bien al contrario, nos presenta sujetos con una fuerza vital admirable y contagiosa, dispuestos a afrontar cualquier adversidad con tal de hacer realidad sus sueños.

Las brillantes interpretaciones del elenco nos permiten no solamente disfrutar de canciones originales y pegadizas, sino que además despiertan una sincera empatía en el espectador.

En este sentido, es beneficiosa la representación de diferentes generaciones de migrantes, ya que facilita que el público se identifique con los individuos por algún motivo u otro. Sorprende también la capacidad de los guionistas para desarrollar suficiente la trama de los personajes, tanto como para entender su pasado y sus metas de futuro, pero no tanto como para resultar confusas o agobiantes para una audiencia que intenta procesar seis o siete historias al mismo tiempo.

Por otra parte, es muy interesante la forma en que se juega con diversos estilos musicales –hip-hop, baladas y boleros, entre otros– que, combinados con el sonido de las calles del barrio y el silencio, conforman una banda sonora original y especial. Aunque en ocasiones puede ser un poco agobiante a nivel auditivo, y algunos números musicales están un poco fuera de lugar, esto permite que la audiencia sea especialmente consciente del silencio, que tiene un gran potencial expresivo.

Así, con un simbolismo político fundamental en el contexto histórico actual, la cinta se convierte en la mayor superproducción latina de Hollywood de los últimos años, mientras pone de relieve el sentimiento de orgullo de pertenecer a esta comunidad, celebra sus tradiciones y su lucha (ese llegar hasta dónde están) y reivindica el lugar en el mundo que les corresponde.

En conclusión, la película supone una dosis de esperanza, confianza y alegría con un lema muy apropiado que se mantiene a lo largo del metraje: paciencia y fe.

www.contraste.info
Revista Contraste
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28 de junio de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este musical, adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es lo que Lin-Manuel Miranda podría haber hecho con Hamilton el año pasado (no sé si no quiso o no pudo).

Washington Heights es un barrio latino en la periferia de New York que corre riesgo de desaparecer, no geográfica sino identitariamente. En el mismo vive el protagonista de esta historia, Usnavi, un joven que sueña con volver a República Dominicana para reflotar el parador de playa que fuera de su padre, pero también veremos a otros personajes, como la abuela Claudia, una mujer sin hijos que “adoptó” a muchos jóvenes del barrio, Vanessa, el interés romántico de Usnavi, quien añora triunfar como diseñadora y Nina, de las primeras que ha logrado asistir a una renombrada universidad gracias al sacrificio de su padre.

La película se esfuerza por resaltar la importancia de mantener las raíces, a través de varios números musicales donde predomina el hip hop con influencias latinoamericanas. Nada para objetar, pero tampoco mucho por destacar, respecto a las cualidades de canto de todos los intérpretes, aunque sí es impresionante el nivel que se despliega en lo que a danza se refiere. Las coreografías son espectaculares, sobre todo aquellas donde hay un gran despliegue de producción con enorme cantidad de extras. Y si bien el film supera las dos horas, la buena música ayuda para que no se sienta tal extensión (a mí me encantó que hayan colado en un fragmento el estribillo de la canción del Rey George de Hamilton).

El relato en sí no es algo fuera de lo común, pero está llevado de forma correcta, su estructura coral hace que se desenvuelva amable y vaya focalizando en distintos personajes para no cansar y resuelve todas las tramas con decencia. Chu vuelve a optar por un gran despliegue de colores saturados y una puesta en escena que transmite el ambiente veraniego, como lo ha hecho con Crazy Rich Asians, y por momentos hasta parece una producción de Ryan Murphy.

Como resultado tenemos una entretenida historia, que expone alegrías y penurias de la cuestión inmigratoria en los EEUU, a partir de un atractivo lenguaje como el musical.
Max Musimessi
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3 de enero de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de meses de sufrimiento, por fin se podía ir al cine. Y que mejor retorno a los cines con un musical, verdad? Bueno...

Antes que nada, hay que aplaudir a Jon M. Chu por saber dirigir un musical con tanto tacto y saber dirigir los números musicales de una manera impresionante. Realmente no se puede creer que esto sea del mismo director que la saga de "Step Up". Las coreografías son majestuosas, y me parece curioso que en casi todos los números musicales, haya un plano general de TODOS los personajes haciendo la misma coreografia, con una perfección que da miedo. Mis aplausos a los coreografos. Las canciones son normalmente buenas, aunque después del subidon que produce "In the Heights", la calidad de las canciones va bajando progresivamente (la que se salvaría sería la canción de la abuelita, luego hablaré de ella). Ahora bien, ya se ha dicho que las canciones son buenas aunque van bajando el nivel y que la magnitud de los números musicales es gigantesca, pero hay que hablar del resto. Las actuaciones, o por lo menos de Anthony Ramos, no son malas, pero realmente tampoco llegan a ser buenas. Para al final de la película, casi ningún personaje ha logrado su "sueñito" , lo que muestra una gran involución por parte de los personajes, haciendo pensar que todo ha sido para nada. Volviendo a la abuela Claudia, tengo entendido que en el musical está mucho mejor trabajada y que sus momentos están mejor distribuidos, pero como no he tenido el placer de presenciarlo, solo puedo decir que es incomprensible que el barrio de Washington Heights sienta tanta admiración por ella, incluso la llegan a nombrar como "la luz que guia al barrio y a todos sus habitantes". ¿Por qué? ¿Qué ha hecho esa señora para ganarse el respeto de un barrio entero? Simplemente no nos lo explican. Nos dicen que es una abuela súper tierna e inmigrante cubana y ya, los únicos motivos por los que la gente puede llegar a admirarla es por sus frases que se suelen repetir al largo de la película :"el sueñito" y "paciencia y fe". Habiendo comentado por encima el tema de la immigración, me gustaría volver a repetir que no he tenido el placer de ver el musical, pero me parece vergonzoso que cambiaran la letra de algunas canciones como "96.000" simplemente para meter el tema de la inmigración de la manera más forzosa posible, cambiando las canciones.

Como musical, "In the Heights" es un musical hermoso, con unas coreografías que dejan a cualquiera boquiabierto, pero con personajes que no evolucionan, además de unos cambios en las canciones imperdonables.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
EricDiaz646
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15 de junio de 2021
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Sueñitos y mucha fe

Dicho a grandes rasgos, esta obra de Lin-Manuel Miranda es una carta de amor en clave musical, a sus raíces latinoamericanas y al barrio neoyorkino que le vio nacer. Vemos la unión, fuerza y dignidad del pueblo latinoamericano, que no entiende otra manera de afrontar la vida que no sea la de tirar para adelante cueste lo que cuente y la de celebrar la vida a través de la música y el baile. Es un film lleno de emotividad y ritmo, que consigue retratar a la perfección a las distintas generaciones de latinos que emigraron a Estados Unidos en búsqueda de una vida mejor.

Yendo de los detalles más pequeños y simbólicos a la impresionante producción con la que cuenta, En un barrio de Nueva York (In the Heights) genera una mezcolanza de emociones en el espectador, que se le hacen muy cuesta arriba de describir. Es como presenciar un concierto de tres horas de Bruce Springsteen donde pasas de la alegría al llanto y viceversa, en cuestión de segundos. Una celebración de la vida, que hace que las dos horas y media de duración se queden en nada. Algo que dice mucho también del gran trabajo realizado por Jon M. Chu, a la hora de adaptar este musical de Broadway a la gran pantalla.

*Mucho talento latinoamericano

Aunque resulte una obviedad decirlo, merece la pena resaltar una vez más la virtuosidad y talento de los distintos artistas latinoamericanos. Un trabajo coral impresionante el que se ha hecho para esta película, eligiendo a actores y actrices tremendamente carismáticos. Aunque podríamos considerar a los personajes de Anthony Ramos y Melissa Barrera como los protagonistas, en realidad todos juegan un papel importante y que genera el mismo interés en el espectador.

Entre muchas de las historias, me he visto enternecido por la historia de amor entre Benny y Nina, me he reído con el ritmo fiestero de las chicas de la peluquería y se me ha derretido el corazón con el personaje de la Abuela Claudia. Todos y cada uno de los personajes de En un barrio de Nueva York acaban por enamorarte, queriendo saber más y más de ellos.

Luego están los números musicales que llegamos a presenciar, que son absolutamente magistrales, dejándote con la boca abierta durante todo el transcurso del film. Si ya te obsesionaste con los números musicales de Hamilton, espera a ver lo que te tiene guardado Lin-Manuel Miranda en esta ocasión. Pura energía y ritmo de carnaval, que te hará querer levantarte de tu butaca y bailar al son del ritmo de la salsa y el merengue de la banda sonora.

*Una experiencia musical única

Es más difícil de lo que uno se piensa adaptar una obra musical al cine. De hecho, en los últimos meses hemos podido ver varios exitosos musicales, siendo adaptados al cine sin mucho éxito. No obstante, aquí contamos con el virtuosismo de Lin-Manuel Miranda que ha conseguido trasladar un milagro musical al séptimo arte. El ritmo no decae en ningún tramo de la cinta, en parte por su gran montaje y dirección. La película cuenta con unos planos secuencia maravillosos, que hacen que el espectador pueda acompañar a la acción que está viendo en pantalla.

La dirección artística y de vestuario tampoco se queda atrás, haciendo de cada escena una explosión de colores incapaz de dejarte indiferente. Por último me gustaría destacar su increíble fotografía, haciendo un excelente uso de la iluminación según es requerida en la trama. Saltamos de escenas lúgubres e intimistas, a escenas llenas de luz y floridas. Dicho todo esto, queda evidente de que En un barrio de Nueva York ha superado con creces las altas expectativas con las que partía. No hay nada que pueda reprochar o criticar de esta maravillosa producción, más de que resulta demasiado corta aun durando un total de dos horas y media.

*Conclusión

En un barrio de Nueva York (In the Heights) es la experiencia musical y cinematográfica del año. Una cinta que saca a relucir con mucha alegría y arte, el orgullo y modo de encarar la vida de la comunidad latinoamericana. Un milagro musical que Lin-Manuel Miranda ha trasladado a la gran pantalla, que es todo un canto a la vida. Cuenta con varios de los mejores números musicales que hemos podido presenciar en este tipo de género en la última década. Una cinta que destaca y entusiasma en todos los aspectos técnicos, tanto en su dirección artística como en el resto de aspectos técnicos previamente analizados en esta crítica. En definitiva, una película de ensueño a la que cuesta sacarse de la cabeza una vez se ha salido del cine.

Escrito por Daniel Jimenez
Cinemagavia
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