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Yo, Tonya

Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
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Críticas 154
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2018
29 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Basura blanca... Con ellos todo vale. Se puede. Barra libre. Nadie se quejará. Ninguna organización o gobierno les defenderá jamás. Nadie reclamará. Todos aplaudirán. A nadie le importará. Que les jodan. Si da igual)
(¿Se atreverían a hacer eso mismo con otras razas, de color, del que sea, con la negra por ejemplo, se lo permitirían, les acusarían de algo si lo hicieran, de una palabra algo conocida que rima con manierismo, les darían el visto bueno? ¿Qué creéis, amigos?)
Abusar de los débiles. Reírte de los tontos. De los mamarrachos y majaderos. Es un buen deporte, seguro, no hay peligro. Todos lo practicamos, tarde o temprano.
Pero el resultado no es agradable, es plano, palmario, bruto, crudo, incómodo.
Lo fácil es unirte al coro, celebrar, carcajearte a modo. ¿Pero no sería más decoroso buscar un enemigo protegido, alguien más poderoso, establecido, ir a por él y no a por estos bobos?
Bueno, cada película, situación o trozo de vida debería tener su mirada más adecuada, su punto de vista más idóneo. Todos valen. Todos son posibles. Peo no igual de acertados.
En este caso se elige la burla, la broma, el sarcasmo macabro. La agresividad, el histrión, la música sonando a todo volumen, todo el rato, los personajes sin apenas matices, espantajos, las situaciones lo más extremas posibles, los idiotas que sean de baba, las exageraciones a todas horas, los golpes, la sangre, las palizas, el ruido, la histeria, todo ese barullo.
Y es una opción, lícita, como decíamos.
Pero a mí no me convence, me parece la salida más obvia y simple, la menos iluminadora, la menos compasiva y comprensiva, la menos arriesgada, valiente u honesta. Es la opción que recurre a las sensaciones más gruesas y primarias, al estrambote, la sal fuerte, al descojone de los tarados botarates y sus aberrantes aventuras, en su conjura de los necios.
Yo hubiera preferido enterarme de más, mejor, de algo por lo menos. No de lo ya conocido por la leyenda (esa agresión forma parte de la cultura popular, muchos ya la conocíamos en forma de nebulosa borrosa, confusa, sórdida, como la dolorosa memoria de un acto nefando, culpable, no precisamente deportivo, su otra cara, tan tapada), no de todos los tópicos mostrencos sobre la vida de los paletos blancos de medio pelo con su violencia endogámica, su burricie, su incultura, barbarie y estupidez, su autodestrucción cazurra.
Eso ya lo habíamos visto.
Yo quería que me humanizaran esas personas, descubrirlas en su particularidad, lo que les hace únicos a esos arquetipos, a esos seres, al fin y al cabo, de nuestra especie (aunque los observen como si fueran marcianos o australopithecus). Que me los explicaran de verdad, sin tantos gritos ni puñetazos todo el rato, con un poco de calma, tiento y gusto.
Pero claro, eso es pedir demasiado, un imposible. El cine no está al alcance de la mano, no es una carta de restaurante, es casi siempre plato único, rancho que llena y no quita el hambre. Hay que conformarse.
Ella, Margot Robbie, productora (o te buscas tú un buen papel o te ponen de florero. Bien. Un buen vehículo para su lucimiento. Puesto por el ayuntamiento, por ella como alcaldesa), actriz, valerosa, entregada, vibrante, fuerte, guapa, ingobernable. No le quiero poner pegas ni restar méritos, que los tiene. Pero tampoco. Ella es mucho mayor (respecto a la edad adolescente en la que Tonya comenzó a destacar), más grande, pesa más, más alta, más volumen, más bella, más todo. Su cuerpo poco tiene que ver con el de una patinadora profesional de (tanta) élite. Ni por muy garrula que nos quieran hacer ver que era la Tonya original. Lo cual confirma que su aspecto deportivo, el más luminoso, les interesa poco, lo justo. Clama al cielo cuando tiene que hacerse pasar por una niña de unos 16 años. Por Dios. Si parece su madre. Ella no.
La forma. Las entrevistas. Tampoco me convence ese recurso si lo sumas a los hechos y lo metes todo en una coctelera de humor grueso que no para de acumular grasas en un cuerpo muy adiposo, a punto de reventar de brutales excesos, de monstruoso sobrepeso.
Y esa suma infinita de canciones y músicas, desde Dire Straits a Vivaldi, a presión, al mogollón, como si no confiaran en el espectador del montón y su atención de ratón.
Y lo quizás mejor se contradice hipócritamente durante su propia narración. Me refiero a las bromas "metaficcionales" (cuando se ríen de su propio cuento, ya sea al compararse con Rocky en los ridículos métodos de entrenamiento o en algún comentario de la madre sobre el peso de su personaje) y, sobre todo, a una especie de crítica al sueño americano y a sus tentáculos groseros en forma de medios de masas, que hacen como de lado pero que tristemente les devuelve su propio reflejo, es decir, la utilización de pobre gente, miserable, pequeños monstruos como carne de cañón para el entretenimiento más burdo de toda la nación, de cómo hay que dar continua carnaza a un público embrutecido que pide sangre, una realidad con colores chillones, gente a la que idolatrar u odiar, un mundo reducido al más romo hueso. Eso es justamente lo que hace la película. Los vuelve a echar al barro no para reivindicarlos o entenderlos como seres humanos, con sus luces y sombras, no, lo contrario, para hacer chanza, escarnio, para cagarse (siempre con mucho cariño) en ellos, para, desde arriba, ridiculizarlos y no parar de despreciarlos. A este respecto el caso del gordo podría ser el ejemplo perfecto.
Spoiler:
Un momento lamentable:
- Cuando después de haber asistido con indudable desagrado a las mil y un hostias ocurridas durante ese matrimonio (se supone que muy especialmente propinadas por él, eso se da a entender aunque ella también algo haga), ella, tras haberse separado y vivir en lugares distintos, debido a esa convivencia insoportable y llena de tanta violencia, coge el teléfono y le llama pidiéndole que por favor vuelva con ella, que le necesita, que es indispensable para estar lista de cara a los juegos olímpicos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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25 de febrero de 2018
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando tienes un sueño desde niña y ves que tu familia es una mierda y sigues adelante, tu pareja es una mierda y sigues adelante, tu vida es una mierda y sigues adelante, pero también te das cuenta que aunque te empeñas en seguir adelante todo esta en tu contra y hagas lo que hagas tu destino sera una mierda. Una peli que como siempre la he ido dejando para el final porque no me convencía y como siempre me ha fascinado porque como siempre he encontrado algo en la vida de Tonya que me ha recordado a mi. Una peli preciosa con toques de humor porque si no no hay cristo que la digiera. No entiendo como han nominado a Déjame Salir a mejor peli y a Yo, Tonya la dejan fuera...
Dorian
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29 de diciembre de 2017
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo de disfrutar un montón con una película sobre un deporte que no me interesa especialmente. El patinaje artístico siempre me pareció algo hortera y afectado, aun que es cierto que las piruetas y la velocidad en esa especia de pecera que es la pista molan. Con este único bagaje, mi relación con el patinaje sobre hielo se limitaba a este recuerdo de más de 20 años atrás, recuerdo que había quedado amontonado entre otros recuerdos intrascendentes. Todo esto lo cuento para señalar el logro de la película, pues va más allá de una historia en plan Estrenos TV y despliega un retrato social que trasciende el mero relato deportivo, y que cuestiona, en esencia, esa manida idea tan americana -y hoy en día universalmente promovida y aceptada- del "querer es poder". Pues no. Querer no siempre es poder. Especialmente en un mundo competitivo y desigual como el de la alta competición (que al fin y al cabo, funciona como una metáfora del progreso social). Es cierto que quizá Tonya hubiera preferido más amor de su áspera madre (espléndida actriz) antes que tantas horas de patinaje, pero al fin y al cabo, su limitado mundo de chica de suburbio solo se ilumina un poquito en el hielo de la pista. Y a pesar de que sobre las cuchillas es todo carácter, técnica y fuerza, su única voluntad no le va a servir para triunfar. Sus habilidades son pocas, sus recursos escasos, sus compañías, peor amuebladas que ella,.... Una víctima más del capitalismo sangriento estadounidense. Y es así como pasará de ser una celebridad a una pieza sobrante. cuya vida languidece en los márgenes del sistema.
No se puede negar que la película tiene un ligero bache de ritmo en el segundo acto, pero tiene un muy buen ver gracias a las interpretaciones y a lo esperpéntico de muchas de sus situaciones. Margot Robbie está espectacular en su papel, fuerza y debilidad al mismo tiempo en unos arrebatos de desquicio profundo. (Iimpagable cuando nos acercamos a la actuación final en los JJOO). La galería de secundarios también es digna de estudio, especialmente su marido y el patán que lo acompaña, tremendos ejemplos de miseria moral y limitaciones cognitivas.
El tópico pero necesario epílogo nos muestra una vez más que los tan cacareados "valores" del deporte tan sólo son, en muchas ocasiones, otra cantinela más para vender un producto que, al desenvolverlo, resulta ser bastante menos beneficioso de lo que reza su propaganda.
Jules Lemoire
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20 de mayo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Margot Robbie, después de haber lanzado su carrera al estrellato con "El lobo de Wall Street", y antes de deleitar al mundo ya como consagrada en "Érase una vez en Hollywood", se embarcó como coproductora en este proyecto basado en hechos reales conocidos internacionalmente y sobre todo en Estados Unidos (fue el primer gran escándalo deportivo, antes de O.J. Simpson y de Oscar Pistorius).

El resultado fue magnífico: la bella Margot demostró su enorme categoría como actriz, candidatura al Óscar incluida, y la película tuvo una muy buena y merecida acogida entre crítica y público, llevándose otra nominación por el excelente montaje, y el premio como secundaria para una impresionante Allison Janney.

El trabajo de casting es sencillamente perfecto (Paul Walter Hauser ya demostraba lo que luego confirmaría en un papel protagonista en "Richard Jewell"), y el guion de Steven Rogers es buenísimo, pues lleva todo el tiempo las riendas de la poliédrica historia manteniendo alto el interés y el entretenimiento del espectador. La dirección de Craig Gillespie es muy acertada, dotando al film de momentos a lo "Fargo", otros a lo "Cisne negro", y otros muy de Scorsese.

Técnicamente competente y con muy buena música, es una de las cintas destacadas de su año.
Antonio
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7 de enero de 2018
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debe ser difícil hacer una historia coherente sobre una historia con tantas aristas. Lo entiendo. Aún así, me parece un desastre la dirección y el guión. Porque en un momento no sabés si estás viendo un drama, una comedia o qué. Hay momentos que no dan para un chiste pero se lo toma como una gracia. Los momentos cómicos de la historia verdadera no son efectivos porque están interpretados de una manera lamentable por los actores. Sumale que los diálogos no ayudan. También hay partes que quieren ser graciosas con actores hablándole a cámara en medio de una escena.No se entiende quién tiene tan mal gusto de hacer algo así. Hablando de mal gusto. Entiendo que está de moda musicalizar con canciones de los 80... pero es necesario meter canciones en dónde no corresponde?? A Margot Robbie se la vé muy preparada para el papel y me parece que es una muy buena actriz. Una decepción la película. Ojalá algún día le hagan justicia a Tonya y hagan una película sobre su vida como realmente lo merece una mujer que pasó por tantos abusos, sin reírse sobre eso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nahuel
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