Anne de Green Gables (TV)

Una de las mejores series de tv que he visto en mi vida... Preciosos paisajes, personajes entrañables interpretados por actores que lo bordáron, en su mayoría actores de teatro; Una serie divertida, sensible y preciosa basada en una maravilla de libros llevados a la pequeña pantalla de la escritora Lucy M. que tuvo una vida bastante desdichada y que creó el personaje de esta huérfana pelirroja, inteligente, rebelde y a veces bastante repelente... Las mejores partes son las dos primeras, en "La historia continúa" no entiendo como pudiéron reunir a los actores de nuevo y no sacarles jugo, es mucho más floja que las anteriores y el final no convece... ¡¡¡Desde luego en las dos primeras si quisiéron divertirnos y hacernos llorar lo consiguiéron!!!!. ¿A quién no le gustaría visitar Avonlea,Tejas verdes y ver esos maravillosos paisajes de Canadá ?.

Guardo muy buenos recuerdos de esta serie infantil que se emitió allá por los años 80 a pesar de no haber leído el libro. No se han vuelto a filmar series televisivas como ésta, de gran calidad artística y gran contenido moral. Mis recuerdos me hacen valorarla mucho y desearía algún día leer la novela.

Altamente recomendable para todo tipo de público y muy bien ambientada. Tenemos mucho que aprender de la televisión canadiense.

En contraste con lo que se emite hoy día por televisión esta serie presenta personajes ciertamente entrañables y situaciones llenas de poesía cotidiana. El día a día de una huérfana en una granja en la que todo es nuevo para ella. Su proceso de adaptación no resultará fácil, pero a base de encanto y ternura sabrá ganarse el afecto de sus parientes adoptivos.

Una serie para revisitarla en estos días aciagos.

Recuerdo cuando de jovencita vi por primera vez Ana de las Tejas Verdes en televisión, la huérfana pelirroja que tras una infancia penosa en diferentes casas de acogida, finalmente conocerá lo que es un hogar en la granja de las tejas verdes, junto a los hermanos Marilla y Matthew.
Lo que más me llamó la atención de Anne fue su sonrisa, su curiosidad, su tremenda imaginación y sobretodo sus ganas de no conformarse con lo que dictaban los estrictos convencionalismos victorianos de la época.
Tiempo después en una nueva reposición, ya en mi madurez, compruebo que la pequeña pelirroja me sigue cautivando y que su mensaje sigue vigente: ser uno mismo y saborear todo aquello que nos ofrece la vida.
Mencionar los evocadores paisajes de la campiña canadiense que tan bien quedan retratados, así como la música y un buen plantén de actores que hacen de Ana de las Tejas Verdes una serie única.

Sí me preguntaran ahora mismo que dos películas infantiles/juveniles vienen a mi memoria, serían Tarzán y Ana de las Tejas Verdes.

Impresionante Megan Folows, como consiguió con su personaje embrujarnos a todos con su caracter voluntarioso y sensible a la vez, con su imaginación desbordada que le hacía más asequible la vida.

Cómo alegró la vida de dos viejos cansados. Aunque me hubiera gustado que le diera un poco mas de cancha al pobre Gilbert.

Una delicia para los sentidos es esta serie que nos muestra las vivencias de la huérfana Ana, (que no ha sido muy bien tratada durante sus primeros años de vida), desde su llegada a la granja de los Cuthbert. El personaje de Ana fue creado por L.M. Montgomery, una dama canadiense con muchos puntos en común con el personaje de Ana, y que a su vez recrea en el libro muchas vivencias que parecen inspiradas por Mujercitas, de L.M. Alcott.
Realmente es una serie con un personaje que aguanta bien todo el peso de la obra, pues Megan Follows se desenvuelve bien y las frases y ocurrencias de la protagonista hacen el resto. La acompaña Colleen Dewhurst, que trabajó con Woody Allen en Annie Hall y que también compone un personaje memorable. Y los paisajes canadienses hacen el resto y son un verdadero protagonista, pues es estupendo poder contemplarlos en todo su esplendor.
Si les gustan este tipo de historias sentimentales y con valores, con personajes sencillos pero ocurrentes, bonitos paisajes, ropajes de época, y ambientes rurales no contaminados por el consumismo, no les defraudará.