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Cosmópolis

Drama Adaptación de una novela de Don DeLillo. Con el capitalismo a punto de extinguirse, los disturbios se extienden por Nueva York. El joven multimillonario Eric Packer se dirige en su limusina a cortarse el pelo en su peluquería favorita. Eric descubre que alguien quiere asesinarle a la vez que el caos se apodera de su imperio. (FILMAFFINITY)
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Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2012
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás tras finalizar el film uno se pregunte si ha perdido su maravilloso tiempo o si por el contrario ha sabido captar la esencia de “Cosmopolis”. Es posible que no nos hayamos enterado de por qué el protagonista tiene esa obsesión por el Yen y que desconozcamos al igual que él, qué significa tener una próstata asimétrica. Si como digo, usted ha sido de los que ha sabido captar dónde reside la virtud del film, se habrá dado cuenta de que lo destacable de la película está en Eric Packer (Robert Pattinson) y los personajes que van apareciendo en el transcurso del film, con los que mantiene algo más que diálogos interesantes. Conversaciones que te hacen reflexionar, dudar, temer e incluso desconcertarte en algunos momentos y quedarte con dudas una vez finaliza este trabajo de David Cronemberg (“Un método peligroso”, 2011).

La trama gira en torno a Eric Packer, un joven multimillonario que tiene como objetivo cortarse el pelo en la otra punta de la ciudad en limusina, haciendo caso omiso a su guardia de seguridad, quien le advierte de que la ciudad va a estar colapsada por la llegada del Presidente de Estados Unidos, el funeral de un famoso cantante y una violenta manifestación. Creo que Robert Pattinson ha sabido caracterizar a ese tipo de personaje que es asquerosamente rico, al que le importa ocho que ochenta perder cientos de millones en bolsa porque ya lo ha tenido todo casi todo en su vida. Sí, casi todo. Es aquí donde expongo mi visión de lo que me ha parecido comprender. A la conclusión que he llegado es que el protagonista del film carece de algo más importante que el dinero y todo lo material: carece de alma. Es algo que por lo menos a mí me ha transmitido al percibir una clara falta de sensaciones y emociones de las que el protagonista admite que carece, por lo que empieza de algún modo a realizar una especie de búsqueda de ello.

No titubea ante la muerte ni ante situaciones extremas, como si viviera en una burbuja, siendo inmune a lo que sucede fuera. El personaje que interpreta Pattinson está además dotado de una gran inteligencia y locura, lo que le da a su rol más imprevisibilidad a la hora de saber cómo va a reaccionar. Kevin Durand da vida a Torval, el guardia de seguridad de Packer, quien a pesar de no coincidir en las decisiones de a quién ha de proteger, acata las ordenes sin rechistar. Buena interpretación de Durand como secundario.

Howard Shore (“Jó, qué noche”, 2011) vuelve a colaborar de nuevo con Cronenberg, realizando unos temas bastante acertados y caóticos con la situación que se vive en el film. Es destacable el tema “Mecca” y “White Limos” del principio.

“Cosmopolis” es una obra compleja, diferente y no tan alejada del genero de David Cronenberg, prueba de ello es su desenlace final, muy semejante al que ya nos dejó en “Un método peligroso”. Sin duda, la narración tiene un peso importante, siendo clave en momentos determinados del film para comprender su esencia. Aunque también cabe decir, que la película peca de intentar ser una adaptación tan fiel a la novela de Don DeLillo que es fácil perderse en algunos momentos en los que parece que hablan en clave, siendo el espectador incapaz de descifrar algunas cosas a no ser que haya leído el libro.
SCuenca
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11 de octubre de 2012
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás la cantidad de críticas negativas se debe a que tenemos en la cabeza un nivel de exigencia muy alto hacia David Cronenberg (y quizá que no estamos acostumbrados a este estilo tan personal que tiene en sus últimas películas). Pero podemos dejar de lado esto, y la película, analizada como tal -sin compararla tampoco con el libro de DeLillo en que está basada-, puede resultar (no a primera vista) impresionante. La limusina del protagonista avanza lentamente, pero puede llegar a faltar tiempo para captar como absolutamente todo diálogo -y todo otro detalle- proporciona, de forma a menudo metafórica, un panorama de un mundo -el nuestro- como no habíamos visto antes.
Y porque creo que la "cosmovisión" que se propone es realmente brillante y original, y conseguir esto es un gran logro del cine, la película vale mucho la pena.

Ahora bien, es complicado procesar en un solo visionado la complejidad del discurso propuesto. Lo complejo del contenido -y su forma de mostrárnoslo, bella, pero no explícita- hace que la película no se aprecie fácilmente. Igual que con sus últimas películas (especialmente "Una historia de violencia" y "Un método peligroso"), hay un estilo realmente personal y con una profundidad mucho mayor de la meramente aparente. (Y que conste que suelo detestar los que venden humo bajo un halo de aparente profundidad, pero estoy convencido de que Cronenberg es todo lo contrario)
Tyler
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26 de setiembre de 2012
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo que el Cronenberg de “Promesas del este” tiene de realista, aquí lo tiene de surrealista. No entiendo a la mayoría de la crítica, que casi unánimemente califica a esta película como regular o mala, porque si bien no es una obra maestra, es un film interesante. Creo que la metáfora es simple, el protagonista, ahora sin colmillos aunque mucho más peligroso que cuando era vampiro, representa al capitalismo, es una alegoría del mismo. Que intenta justificarse, de modo injustificable; que luce lujoso, pero se está pudriendo… y el final del film… bueno, el final parece predecible, pero tal como ocurre en la realidad, todavía, en el momento histórico actual, queda en expectativa… podemos imaginarnos que va a suceder, pero no estamos seguros de ello…
ElRatónSurrealista
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10 de octubre de 2012
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imposible llegar en un momento más idóneo, quizá el 16M, justo un día después de las protestas indignadas que clamaban por un nuevo orden. Cosmópolis aterriza en un contexto de lo más favorable para su mensaje. Cuando el status quo económico y político están más cuestionados que nunca llega Cronenberg y adapta para la gran masa un clásico moderno del pensamiento crítico. Pero que nadie espere la denuncia asequible de Inside Job o las lecciones de economía utópica que proyectaban los megáfonos de aquellas asambleas en la Puerta del Sol. Cosmópolis ni denuncia ni pregona. Tan sólo diserta.

Si el libro de Don DeLillo ya era difícil de digerir, la película se convierte en todo un reto para el espectador, aturdido por la avalancha de verborrea que desprenden sin contemplación cada uno de los personajes. Sentencias estudiadas al milímetro para sentar cátedra, encadenadas con rebuscado ingenio, que buscan más la profundidad que la comprensión. En ese sentido, nadie puede cuestionarle a Cronenberg su impecable adaptación. Cosmópolis es tan peñazo en pantalla como en papel.

“Una palabra puede hacerte escalar, una sílaba te puede hundir”, “El talento es más erótico desperdiciado”. Son el tipo de frases lapidarias que tan pronto servirían de eslogan publicitario como de cabecera diaria de El mundo y que el protagonista de este viaje a la destrucción va soltando con la misma imperturbabilidad de su rostro. Con la misma frialdad con la que el público las recibe agasajado en su butaca. Con esa arrogancia de “mira qué listo soy que tan poco me comprendes”.

La maraña de ideas es casi tan amplia y caótica como las propuestas que se fueron gestando en las distintas manifestaciones ciudadanas, evidentemente sin la misma buena intención. Reflexiones filosóficas sobre el poder se van alternando con lecciones sobre el cibercapitalismo y otros conceptos incomprensibles. Lo que parece una crítica al poder, que no está en manos de los políticos sino de los poderosos, luego se justifica como un problema inherente a la condición humana, de manera que tras el bombardeo de sentencias iluminadas uno percibe de todo menos la luz.

Para colmo, es de muy mala leche poner semejante palabrerío en boca de un ídolo de quinceañeras como Robert Pattinson. Las pobres acudirán al cine esperando reencontrarse con Edward Cullen y a cambio se toparán con un billonario ininteligible y putero que decide arriesgar su vida por un corte de pelo. Por mucho que sea el mejor trabajo del actor, esto no hay fanática hormonada que lo resista. Lo mismo podría aplicarse a los seguidores de Cronenberg. Su pericia visual es la única salvación del filme. Avisados quedan. Con tanta disertación, Cosmópolis sólo puede derivar en masiva desertación.
polvidal
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7 de octubre de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película presentada en la última edición del prestigioso Festival de Cannes, es dirigida por David Cronenberg. Cronenberg también adaptó el guión, basándose en la novela del escritor Don DeLillo con el mismo nombre.

La película, la primera vez que empecé a verla, tuve que quitarla a los 20 minutos porque me pareció insoportable. Además de que pensé que posiblemente se debía a la irregular versión que estaba observando. Decidí darle una segunda oportunidad con una mejor versión (aunque sabía que no era relevante), y valió mucho la pena la segunda oportunidad. Aunque en efecto, el filme no inicia de la mejor forma, es una película bastante intermitente e increíblemente “simétrica”. ¿Por qué? Muchas escenas valen la pena y otras no. Unas cuantas actuaciones son destacables y otras no. Sin embargo, debo confesar que la adaptación del libro de DeLillo que ha hecho Cronenberg a su más puro estilo, me ha gustado.

Toda la historia transcurre en un día. El escenario más recurrente en el filme es la limusina, en donde desfilan la diversa gama de personajes, quienes van planteando cada uno de los dilemas, elementos y efectos del capitalismo, como el consumismo, el dinero, el poder, el sexo, la tecnología, etc.

El filme es una fiel adaptación del libro de DeLillo. Es uno de esos casos curiosos, cuando el estilo, la atmósfera y los escenarios del libro coinciden y se relacionan de cierta forma con la visión y la particularidad del director. Cronenberg no hace grandes modificaciones al libro, allí radica en parte algunos puntos positivos y negativos del filme. Los positivos, porque recrea fielmente el ambiente, la historia y los diálogos. Lo negativo, recae en que esa alta fidelidad posiblemente lo cohibió un poco, esa retención al tratar de no cambiar nada del significado del libro hizo que muchos fragmentos fueran utilizados y adaptados literalmente, sobre todo las extensas conversaciones y monólogos, que en su gran mayoría, son los mismos del texto original. Es posible, que el director no haya querido tocar mucho la obra, pero pudo hacerlo más llevadero en algunas partes, y principalmente para utilizar y aprovechar al máximo el gran contenido simbólico que se encuentra a través de toda la obra. En este mismo punto, creo que Cronenberg, incluso, pudo superar la obra de DeLillo.

En cuanto a las actuaciones, varias críticas apuntaban a que el protagonista Robert Pattinson hacía una excelente interpretación, pero lamentablemente esa gran actuación yo no la vi por ningún lado. Su actuación me pareció bastante irregular. En unas contadas ocasiones resulta creíble, pero en la gran mayoría del metraje se nota desubicado y no resulta creíble. La frialdad del personaje le ayuda en esos momentos que destaca, pero también lo sepulta cuando no logra cambiar de registro. Otra de las apariciones lamentables es la de la gran actriz Juliette Binoche, que hace un papel prescindible. En contraste, dos de las actuaciones que más destacan son las de la actriz Sarah Gadon, que interpreta a la esposa de Pattinson. En las escenas en donde sale alumbra la pantalla. Y ya en la parte final la aparición de Paul Giamatti, que se encarga de opacar en escena a Pattinson.

A pesar de todo, el filme me ha gustado, eso sí, no creo que sea una obra maestra. Me gustó, ya sea por la estética, la fotografía, la ambientación y los momentos en que Cronenberg se luce con este retrato interesante y premonitorio del capitalismo salvaje y su posible caída, que no alcanza a ser redondo.

http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2012/10/cosmopolis-david-cronenberg.html
Alejandro
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