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Margot en la boda

Drama. Comedia Margot Zeller (Nicole Kidman), además de ser una inteligente escritora de relatos cortos, es una mujer neurótica y manipuladora. Se presenta por sorpresa, con su hijo Claude (Zane Pais), para asistir a la boda de su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), a la que no ha visto en mucho tiempo. En cuanto conoce a Malcolm (Jack Black), el futuro marido de su hermana, empieza a sembrar cizaña para frustrar la boda, consiguiendo que poco a ... [+]
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
1 de octubre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy irritante película que te choca, aturde y acaba mareando, a puntito de la gran vomitona.
Si la mayoría de las historias tienen sus valles y montañas, descansos y atajos, esta no, esta mantiene el mismo tono todo el rato en alto, agudo como una cuchilla que te abre el cráneo, un histrión desaforado, una histeria empingorotada y crispada que te cala los huesos y te pringa la sangre de pegajosa palabrería inflacionada y adulterada. No baja ni se detiene nunca, noventa minutos a la carrera de exabruptos, miserias y derrengamientos.
Se entiende por donde va, por el retrato de personajes, el aire viciado, enfermizo, psiquiátrico que nos muestra, pero el modo, ay la manera, es tan grosera por lo machacona y explicada, tan hablada y farragosa que casi no se soporta. Cada sensación o sentimiento dichos y redichos hasta el infinito, al retortero y a la revuelta de cada puta miga, retortijón o cuita, al detalle de cada minúscula minucia, vaivén o indecisión, qué dolor de frenopático, qué kao en el cogote, qué puñado de desafueros y neurosis y cirrosis y psicosis y apocalipsis, now, por favor.
Margot es el monstruo, sí, de vocación temprana y de cuerpo entero. Pasiva agresiva, o más bien agresiva agresiva, toda la película jodiendo la marrana a todo el mundo, se ensaña. Una de esas personas que te ve un grano de mosquito y rápidamente te aconseja, muy preocupada, que mejor que te vayas al médico corriendo, no vaya a ser, lo dice por tu bien, tiene toda la pinta a su parecer, que sea un bulto canceroso, terminal. El tópico del artista desequilibrado que vive la vida a flor de piel, en carne viva, sin filtros ni mareas, a las bravas y a las claras; que se siente una basura y mezquina (lo es), sola, desesperada, insegura y otras dudas y que, para compensar y joder, se dedica a destruir con terca insistencia la santa paz y felicidad de todos los demás, muy especialmente los de más alrededor para que así estén o se sientan todos igual que ella de mal, para igualar y que estén todos a su igual (bajo) nivel, mal de muchos, consuelo de arpías. Y, para rematar el gol, además, al ser escritora, vampiriza/canibaliza los relatos de todos, sus penas e interioridades, con lo que casi que alienta/desea las desgracias ajenas, las espera/jalea y hasta quizás incluso provoca, para así engordar su viscoso material creativo. Muy bien Kidman, recuerda algo a la Virginia Woolf de las horas.
Pauline. El espejo o reflejo debilitado de su hermana, de la escritora exitosa, a la que adora, a la mala bruja, y a la vez tanto teme, sus crueles juicios y muchas iniquidades. Es la cara buena. La patita fea, la que se conforma con menos y asume una vida de menor relumbrón. No es escritora, solo maestra. La llegada de Margot, su gran amiga-enemiga (más bien), le pone la vida boca abajo y patas arriba. Estupenda Leigh.
Malcolm. Grotesco personaje. No se pueden juntar más miserias y fealdades a lo bruto. Cobarde, traicionero, ridículo, mentiroso, garrulo, vago, mantenido, mastuerzo y desagradable además de tripón, feo y tonto. Se les fue la mano con el elemento. No sirve ni como bufón, no hace ni de reír. Insufrible Black.
Claude. Pasaba por ahí. El cliché del niño que se hace mayor y se vuelve zangolotino. Pasmado e irresoluto. Sensible e indefinido; inocente y observador. La mirada virginal ante tanta locura.
Los demás. Jaula de grillos que aumenta la sensación de pandemónium y disloque. Un coro penoso y aturdidor.
El tema podría ser la enfermedad mental. O la derrota vital. O la envidia fraternal. O la familia. O los escritores.
Nerviosa, vidriosa y agotadora. Bastante chunga finalmente en su pretenciosidad gritona y alarde tosco.
Se quiere/imagina tragicomedia de altos vuelos e inmediatez frenética y acaba siendo barullo cansino y atolondrado, exhibicionismo repelente y embotado.
Ferdydurke
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22 de junio de 2008
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ironizar a estas alturas con las bodas no solo es algo difícil, sino incluso imposible: desde las comedias clásicas -en las que podemos recordar desde "Luna Nueva", "Cuatro bodas y un funeral" y otras tantas...- hasta la reciente "La boda de mi novia", cientos e incluso miles de películas han glosado (con mayor o menor acierto) ese ritual que cambia la vida no solo de los que se casan, sino de las dos familias de ambos, que se unen irremisiblemente e inevitablemente. El caldo de cultivo que Baumbach prepara en este film es demoledor: una famosa escritora que viaja hasta la casa familiar en la playa para la boda de su hermana con un verdadero patán, vago, gordo y malhablado. A partir de entonces todas las asignaturas pendientes de las dos mujeres irán paulatinamente saliendo a flote hasta que se forma el rosario de la Aurora... Además de una narración pausada y tremendamente efectiva, el mayor activo del film son las monumentales interpretaciones no ya de Nicole Kidman y Jennifer Jason Leigh (que por cierto, es la esposa del director) sino de todo el reparto, incluyendo al histriónico Jack Black, que probablemente haya hecho la gran interpretación de su vida. La triste reflexión de que tu pasado familiar siempre terminará lastrando cualquier expectativa de futuro tiene dentro una luz de esperanza, tratada con gran habilidad puesto que a pesar de la visceral repulsión que ambas hermanas protagonistas se tienen (y que abarca temas tan dispares como el éxito sexual, el prestigio profesional e incluso el amor de su propia madre...) no pueden pasar la una sin la otra, aceptando sus propias personalidades. Para mi gusto, la fotografía de "Margot y la boda" podría haber sido algo más estilizada, sobre todo en la paleta de colores, que quedan algo desvaídos y fríos -por otra parte, ideales pera la historia-. El uso de la banda sonora y de subrayados podría haberse mejorado notablemente, sobre todo en el nudo central de la historia. Aunque pudiera sorprender, este es un enfoque totalmente nuevo sobre las bodas, las reuniones familiares y los reencuentros, que al final no tienen ese componente tan dramático como pudiera pensarse porque quizás... todo queda en casa.
Federico_Casado
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27 de junio de 2008
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Noah Baumbach es el nuevo director indie de moda y aunque me gustó bastante 'Una historia de Brooklyn', en 'Margot y la boda' se le va la mano snob y discursiva, aunque, eso sí, nos regale las interpretaciones de Jennifer Jason Leigh (¿siempre va a bordar los papeles esta chica?) y una Nicole Kidman como a mi me gusta: desprejuiciada, neurótica y desgarrada.

Es la versión folkie de 'Los Tennenbaums', una comedia marciana a la que le sobra extravagancia (hay momentos de Jason Black que no se sabe como cogerlos) y su cavilado discurso espontáneo y sincopado carece de sentido (cuantas tramas paralelas que no acaban de venir a cuento).

Al Baumbach guionista le gustaría ser un Rick Moody manejando con bisturí el tema de la sexualidad latente dentro de la cúpula familiar pero su escritura va perdiendo todo interés a medida que el final se acerca.

Desde que triunfa en Sundance Baumbach parece empeñado en preparar una historia lo más cercana posible al espíritu de 'La tormenta de hielo' de Ang Lee pero con el toque posmoderno de Wes Anderson y según sugiere este, su último, trabajo, parece más pendiente en sus pretensiones que en el meollo de la cuestión: la historia en sí.

Me gusta que juegue con el punto de vista y que las dos hermanas protagonistas se pongan a rajar a la espalda de cada una de ellas, pero me parece que Baumbach ha querido llegar demasiado lejos sin tener asegurada una base férrea.
Migue Muñoz
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20 de setiembre de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me es grato ver que la figura de Eric Rohmer esté presente todavía en tantos directores de la era contemporánea, y no precisamente por la narrativa de sus historias intimistas (que también), sino por la forma tan densa de filmar. Aunque el estilo de esta película no es completamente Rohmeriano, ya que Baumbach le añade un par de cosillas "cosecha propia":
-Las relaciones familiares deben ser tan crudas como la espesa y oscura fotografía.
-Anular todo lirismo posible.
Al igual que en la notable "The Squid and the Whale", toda la película es un largo y profundo psicoanálisis de cada personaje, lo cual se agradece hoy en día cuando el único cine intimista que se proyecta es telenovelesco y vulgar.
En el reparto todo el mundo destacaría una de las únicas apariciones de Kidman en territorio indie o el primer papel serio de Black, pero yo sin ninguna duda me quedo con la cruda y realista interpretación de Jason Leigh.
Tavel
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19 de diciembre de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He dejado pasar varios días antes de escribir la crítica de "Margot y la boda" pensando en ordenar mis sensaciones y creo que he perdido el tiempo porque para ser sinceros, el problema de fondo es que no he entendido lo que la película quería contar. O, mejor dicho, es que aún no sé si realmente quería contar algo.

Fijaos si tendré las cosas poco claras que, aunque generalmente me gusta participar en debates sobre si una película es buena o no, no he querido pronunciarme sobre esta... ¿obra?. He oído de todo y, por lo general, nada bueno. Bueno, en realidad eso de 'en general' sobra porque lo cierto es que no he oido NADA bueno. Las opiniones van todas en el mismo sentido: desde un elegante 'no tiene ni pies ni cabeza' hasta un castizo 'vaya pedazo de mierda'. Y no lo discuto porque como digo, puedo entenderlo. Sin embargo, he leído en ciertos medios que se trata de una de las películas de la temporada (en el buen sentido, no como cuando yo hablo de "truño del mes") y también puedo entenderlo.

Y el caso es que a mí no me ha disgustado en el fondo. Analizando escena por escena la factura es impecable, las interpretaciones meritorias y resulta fácil meterse en los papeles de todos y cada uno de los personajes. Hay situaciones simpáticas, situaciones en las que odias a algún protagonista y situaciones que hacen hervir la sangre. El problema es que también hay situaciones que provocan la más absoluta indiferencia y situaciones que indignan porque parecen estar de relleno.

Ya digo que no sé. La sensación general es como que han querido hacer una película, pero sin hacerla. Una cosa "dogma", pero sin ser "dogma". Como si se hubiesen puesto a escribir escenas sueltas, a rodarlas por separado y luego pretendiesen mezclarlo todo y que saliese una película coherente, pero sin mucha coherencia. Una cosa con mensaje pero sin moraleja, un conjunto de retratos psicológicos, pero sin psicología. Ni fú, ni fá; ni sí, ni no.

En resumidas cuentas, un sinsentido en la forma (ya digo que no hay hilvanado de escenas sino un simple copy-paste de situaciones más o menos pensadas) aunque en el fondo me agradó verla. Estoy convencido de el final es denunciable en un juzgado, pero es una peli que merece la pena aunque sólo sea por ver otra vez a Nicole Kidman actuando en serio después de sus últimos truños.
OsitoF
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