Margot en la boda

Vantage, sello independiente de la Paramount, produce esta cinta coral centrada en la historia de Margot y Pauline, dos hermanas enfadadas entre sí, que se reúnen ante la inminente boda de la última con Malcolm (un inusual y sorprendente Jack Black).

Con un rigor rohmeriano, Noah Baumbach (Una Historia de Brooklyn) desencadena una seguimiento de situaciones tan comprometedoras como absurdas basadas en el fundamento de las dos hermanas que se quieren de corazón juntas, pero a ojos de sus próximos se despotrican a más no poder. Aunque la palma se la lleva Kidman, neurótica, bipolar y más derecha que el árbol en que se sube y que es incapaz de bajar. Los problemas crecen con alguien que reúne estas características.
El film es un círculo vicioso que van de los secretos desvelados a través del boca oreja a la confesión y explosión de rabia y arrepentimiento. A modo de acordeón apreciamos el acercamiento con la confianza mútua (ellas conversando sobre la infancia) y la lejanía demostrada por la capacidad (sobretodo por la Kidman) de mandar a parir a la parienta.

Lo Mejor: Nicole Kidman
Lo Peor: su tardio estreno

En su siguiente película tras la muy superior Una historia de Brooklyn, Noah Baumbach vuelve a centrarse en un núcleo familiar en el que las relaciones entre los personajes vuelven a ser complejas. Si en la anterior era una pareja divorciada y sus dos hijos adolescentes, aquí son dos hermanas que se encuentran, después de un tiempo alejadas física y sentimentalmente, ante la boda de una de ellas.
Jennifer J. Leigh es la hermana que se va a casar. No tiene claro que Jack Black, su pareja, sea en hombre adecuado. Nicole Kidman es Margot, su hermana, que después de mucho tiempo sin hablarse acude a la boda en compañía de su hijo adolescente, dejando atrás un marido del que se quiere separar. La falta de química entre Margot y su futuro cuñado no hace sino acrecentar las dudas de su hermana, que acabará responsabilizándola de sus desgracias. La presencia de unos vecinos de lo más siniestro, y de un antiguo conocido de Margot solo servirán para enrarecer aun más las relaciones entre los personajes.
En su anterior película, pese a los errores que cometían, los personajes se ganaban al espectador. Y ese es precisamente el gran problema de Margot y la boda. Ninguno de los personajes principales de la película ofrece algo en lo que apoyarse. La relación entre las dos hermanas resulta mas complicada que compleja. El cuñado, al que Jack Black intenta dar gracia sin suerte, es un cretino integral. La presencia de los extraños vecinos solo sirve para perturbar gratuitamente el ambiente. Solo la confusión y las dudas del hijo adolescente de Margot ante la fauna que le rodea consigue acercarse a lo que es un ser humano medianamente centrado.
Esta vez la cámara naturalista de Noah Baumbach no ayuda a que los dramas, mas o menos superficiales, de estos personajes se acerquen al espectador. El punto fuerte de la película seguramente sea la presencia en los dos papeles protagonistas de dos buenas actrices como son Nicole Kidman y Jennifer J. Leigh. La primera se despoja de todo glamour para hacer una Margot aspera y un tanto resentida, mientras que la segunda se esfuerza por hacer un personaje más positivo pese a lo confundida que está. El resultado de la película no ayuda a que sus trabajos brillen especialmente pero ellas por lo menos se esfuerzan.
Noah baumbach es un director a tener en cuenta, pero en esta ocasión debería haberse mostrado mas compasivo con sus personajes, como ya lo hizo de forma notable en su anterior película.

No es una mala película, sin embargo, llega un momento, después de media hora, donde yo ya quería que se acabara rápido. Si bien es cierto que al comienzo pensé "es como afrancesada", no se me paso por la cabeza Rohmer, sino más bien Chabrol. No digo que la última comparación sea correcta pero indudablemente está lejos de Rohmer. Básicamente por algo, en Rohmer hay belleza y sutileza. Viendo uno a Rohmer dice "esta gente tan loca se parece a mi", mientras que con Baumbach uno dice "qué gente tan loca". Básicamente los personajes son interesantes pero están allá, lejos, dentro de una película muy gringa.

A través de un relato de estructura circular, y secundado por un reparto de auténtico lujo, Noah Baumbach se acerca de nuevo con suma delicadeza a la intimidad de las familias disfuncionales y al quehacer cotidiano de un puñado de neuróticos con tendencias depresivas. No defrauda la última propuesta del director de Una historia de Brooklyn, pero tampoco sorprende. Little Miss Sunshine, Junebug, Entre copas, Happiness, Lars y una chica de verdad, Juno... son algunos de los ejemplos que se me ocurren a la hora de pensar en ese dramatismo cómico, poblado seres “raritos”, que el Cine Indie americano se empeña en repetir una y otra vez, y que N. Baumbach reproduce con corrección académica. Lo preocupante es que si dicho Cine Indie no cambia de rumbo, corre el serio peligro de llegar a ser tan o más convencional y previsible que el hollywoodiense.

Una familia disfuncional, llena de rencores, que afloran en el reencuentro a raíz de la boda de una de las hermanas. Un guión bastante retorcido, un ritmo un tanto abúlico para mi gusto, la película no llega a brillar, a pesar de las buenas actuaciones. Se deja ver una vez.