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Contra lo imposible

Drama. Acción Se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario automovilístico Carroll Shelby (Damon) y su conductor británico Ken Miles (Bale). Henry Ford II y Lee Iacocca les dan la misión de construir desde cero un nuevo automóvil con el fin de derrocar el dominio de Ferrari en el Campeonato del Mundo de Le Mans de 1966. (FILMAFFINITY)
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Críticas 116
Críticas ordenadas por utilidad
20 de enero de 2020
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
13/13(19/12/20) Inane drama automovilístico dirigido por James Mangold, una obra con más fama en nominaciones en la temporada de premios del que merece. Guionizado por Jez Butterworth (“Al filo del mañana”), John-Henry Butterworth (“Caza al espía”) y Jason Keller (“La Jungla: Un buen día para morir”), basándose libremente en se cuenta en el libro de 2009 de AJ Baime “Go Like Hell: Ford, Ferrari, y Su batalla por la velocidad y la gloria en Le Mans”, versando sobre cómo la compañía automovilística Ford decidió entrar en el mundo de las carreras de autos, construyendo un coche para intentar ganar a la italiana Ferrari, habitual vencedora en este Grand Prix, siendo los protagonistas Matt Damon y Christian Bale, en los roles del ingeniero de autos Carrol Shelby y el piloto Ken Miles. Este es un clásico film deportivo sobre la superación personal, en este caso en el jugoso mundo de las competiciones de automóviles, pero más allá de esto no hay nada, la cinta se sostiene en el vibrante rodaje de las escenas de las carreras, gracias a una edición electrizante (del trío Andrew Buckland, Michael McCusker y Dirk Westervelt son acreditados como los editores de la película) que hace diáfanas las secuencias. Pero la maestría en este campo no puede contrapesar la sensación de ir al ralentí (nunca mejor dicho), de una cinta sin alma, la veo con sus irregularidades de ritmo, con un desarrollo reiterativo, que subraya demasiado, y cuando termina no me deja un mínimo poso para pensar en ella. Ken Miles podría ser un gran piloto y Shelby un gran constructor de coches, pero tras ellos sus vidas no resultan interesantes, tanto que del primero su vida familiar resulta anodina, con una mujer florero, y con un hijo cariñoso, del segundo no sabremos nada de su vida íntima, y es que no hay matices, ni dilemas morales, unas vidas sin dimensión humana, donde la amistad entre Miles y Shelby me es acartonada, sin profundidad, sin indagar en su psique, meros arquetipos, sus disputas fruto de la pasión e individualidad de uno frente al pragmatismo del otro, me son artificiosas (ejemplo la penosa pelea enfrente de la casa del primero). La épica que se quiere imprimir me es manufacturada, y es que no he llegado a sentir empatía por los protagonistas, me da igual lo que les pase, no hay mínima comunión con el espectador, sumándose su previsibilidad y un metraje que se estira más un día en el desierto son agua. Tampoco es satisfactorio que nos quieran vender la película como una contienda entre Ford vs. Ferrari, cuando esto es accesorio, y además para ello se debería haber dado carácter a los dos contendientes, y los dos caricaturizados, Ford es representado por un presidente caprichoso, pero es peor en el lado de Ferrari, pues su presidente es visto como un capo de la mafia, soltando lenguaje obsceno sin sentido. En el apartado de las actuaciones no hay premio, pues Matt Damon actúa en un rol con escaso jugo en primera marcha, o sea plano, y Christian Bale parece desatado en un sinfín de histrionismo en sus ademanes de tics. A pesar de sus taras (según mi modesta opinión) ha habido muchos que no la han visto igual: Ha sido elegida por la National Board of Review como una de las diez mejores películas del año, y recibió cuatro nominaciones en los Oscar, incluida la Mejor Película. Por su actuación, Bale fue nominado para el Premio Globo de Oro al Mejor Actor- Drama y el Premio Screen Actors Guild a la actuación sobresaliente de un actor masculino en un papel principal.

Tiene varias sub capas la película, como es la rivalidad Ford vs Ferrari (no sientes que sea la eterna lucha de David vs Goliat, los son Goliats, con lo que ninguna te genera simpatías, si caso solo desde el lado patriotero USA), retratada de modo simplista, por imperativo del guión, ejemplificada en un tramo ridículo nada creíble, cuando una delegación de Ford va a intentar comprar a Maranello en Italia a Ferrari y el dueño Enzo Ferrari (mafiosillo Remo Girone), se comporta como el padrino de la Cosa Nostra, y luego los Ford’s dan la respuesta a su jefe. Todo ello en modo infantiloide, cual niños en el recreo enfundándose. El colmo de la vergüenza ajena son las ridículas “trampas” (el robo de cronómetros y la tuerca dejada en su pit) que Carroll Shelby hace a los Ferrari en Le Mans; La otra vertiente es la batalla por la integridad entre los ejecutivos de Ford y el equipo para construir el bólido comandado por Shelby. Esta me es idiotesca, tirando de clichés cartón piedra; Otra es la amistad entre Carroll y Ken, donde realmente se pone más el argumento, pero esta es un naufragio más estrepitoso que el Titanic, llevada por senderos más trillados que la Via Appia, nada hay que llame la atención, con diálogos y situaciones ordinarias; Y está la vertiente de la acción en las carreras de coches, de las que no soy nada fan. Pero he de reconocer que están muy reflejadas, siendo el zenit el tramo de la carrera de Le Mans, donde la velocidad, las frenadas, el riesgo, los accidentes, son vividos casi en primera persona, gracias a un montaje prodigioso que cambia hábilmente de una visión a otra, pero siempre haciendo que el espectador se entere de todo lo que acontece, la tensión se rasga, también apoyándose en la cinematografía fulgente de Phedon Papamichael (“En la cuerda floja” o “Nebraska”), aportando tomas de gran intensidad, con tonos granulados para llevarnos a ese tiempo, llevándonos por curvas, rectas, miradas en adelantamientos unos a otros, una cámara que en estos trances se convierte en co-protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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17 de noviembre de 2019
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar analizando fría y rápidamente la película:
Tanto a nivel interpretativo, (refiriéndome principalmente a los protagonistas) como de sonido, me parece soberbia. Fotografía, montaje, guion... todo de muy buena factura. La credibilidad de algunas escenas... puede que se alarguen de forma algo artificial en según que partes.
Pero ahora bien, y esto es una sensación personal, el sentimiento y la pasión que me transmite la película... sin palabras. Como apasionado del mundo del motor he de decir que ya era hora que se hiciese una película para nosotros, que muestran carreras, pasión, humor y sobre todo que valoren como un personaje más a lo más importante, el coche.
Imagino que se habrán tomado sus licencias a la hora de escribir el guion, y que nos pintaran como mejor les convenga según que cosas, pero seamos realistas, no he venido a ver un documental, quiero ver cine, y vaya si lo he visto!! Era uno con Ken Miles cuando conducía el gt40, y cambiaba con él cuando apuraba por encima de las 7000 rpm. Tengo claro que mi locura por el mundillo de los coches y las carreras, hace que no sea imparcial a la hora de analizar la película, pero no busco que esta crítica le sea útil a un experto en cine, quiero que si alguien como yo tiene alguna duda de si va a ver lo que espera... pues SI!! definitivamente SI!!
Es probable que el 9 sea una nota algo exagerada, pero a mí me ha dado justo lo que esperaba ver y mas, así que le voy a dar una nota basada en lo que me ha hecho sentir, y ya esta.
Ahora bien, y me pasa siempre que veo algo ambientado en el pasado del mundo de las carreras, la esencia de este deporte se está perdiendo, eso sí que son carreras de verdad!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Máximo Décimo Meridio
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22 de junio de 2020
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Predecible, larga... muy larga, para contar una historia que de haberse resumido en montaje, hubiera dado un mejor trabajo... aunque ciertos espectadores, tan acostumbrados a las series largas y vacías, han desarrollado un instinto para valorar con nota elevada esos productos que se alargan para conducirnos al tedio que producen estas historias resueltas en lo común...

Christian Bale es un actorazo, para mí el mejor de su generación en Hollywood. Posee un elevado registro, para acometer con solvencia papeles muy alejados entre sí. Creo que es, con diferencia lo mejor de Le Mans 66.

Matt Damon en su línea, apoyado en esa forma de trabajar tan suya, efectiva aunque sin sorpresas. El resto un juego con algunas escenas brillantes, donde algunos espectadores perdemos interés por su excesivo metraje sin resolución.
ALIENTO
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19 de noviembre de 2019
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en que la determinación personal y el talento de unos cuantos elegidos era capaz de protagonizar grandes gestas. En todos los órdenes de la vida. Después, el avance tecnológico, la inteligencia artificial, eso que se ha dado en llamar ”La gran Ciencia”, dejó obsoletos esos loables esfuerzos solitarios. Ahora se requiere la participación de grandes equipos, de máquinas cada vez más sofisticadas, de extensísimas colaboraciones y de ingentes cantidades de dinero. Por supuesto que es un avance sustancial para la humanidad. Pero se pierde esa parte romántica tan proclive a la hora de hacer cine de tres amigos, encerrados en un garaje, dando forma a lo que después sería una gran multinacional; un Einstein desentrañando los secretos de la gravedad con lápiz y papel; o un genial matemático rompiendo los códigos alemanes durante la guerra. ‘Lemans 66’ explota el trabajo de orfebrería, con meticulosidad artesanal, de un reducido grupo de apasionados del automovilismo que emprendieron la ardua tarea de hacer de Ford un rival para Ferrari, la legendaria marca de El Cavallino Rampante.

Matt Damon como Carroll Shelby y Christian Bale como Ken Miles, protagonizan un duelo interpretativo de altura en una carrera mítica. De espartano carisma uno, de carácter montaraz otro, hacen llegar el vértigo frente a las curvas y el subidón de adrenalina ante la velocidad, con coches exprimidos al máximo, dando la sensación de poder desmantelarse en cualquier momento conforme el cuenta revoluciones se tambalea.

También trasciende el peligro, la amargura del fracaso en un contexto dónde la victoria no encuentra alternativa. Ellos serán los principales artífices de llevar a una marca de masas como Ford, a poder codearse con la elitista Ferrari.

El director James Mangold no se sale de un guión recurrente a la hora de plasmar proezas, que por el destino amargo de alguno de los protagonistas desemboca en épica. Trabajar duro, no desfallecer frente a la adversidad, acompañar tus cualidades con decidida determinación asegura el éxito. Como ven todo muy americano. Sigue un patrón idealista, exaltando los valores liberales de los que hacen gala.

‘Lemans 66’ es una cinta de carreras. Aquello que se le presupone lo ejecuta con destreza. Emoción, poderosas imágenes de pilotos al volante, una conducción casi suicida y ajustados elementos dramáticos que no eclipsan los propósitos sustanciales.
Juan Pablo
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20 de noviembre de 2019
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ford v. Ferrari está dirigida por James Mangold y nos sitúa en el año 66, donde Ferrari domina y Ford se dedica a vender coches en masa. Henry Ford II decide competir con el mejor constructor de coches deportivos del mundo, Enzo Ferrari, y para ello pedirá ayuda a Carroll Shelby (Matt Damon). Este, junto a su equipo, encontrará a un piloto excéntrico y poco sociable, Ken Miller (Christian Bale), quien pondrá a punto el coche mientras en la Ford su comité se pregunta si es un piloto acorde a la imagen de su marca.

LE MANS '66 es una película adrenalítica, más de dos horas y media de película que pasan a toda velocidad gracias a la gran interpretación de Damon y Bale, pero también a las grandes carreras que se muestran. Es una delicia ver los coches compitiendo y la calidad de sus escenas y coreografías. Además, como buen biopic, se toma su tiempo para mostrarnos la vida de Ken Miller, quien con 45 años, y un talento deslumbrante para poner a punto un coche, luchará contra el imperio Ford para ganarse un puesto en el asiento del coche forjado entre él y el equipo de Carroll Shelby.

LE MANS '66 es un derroche de adrenalina que hará que el espectador disfrute como nunca y, sobre todo, en ningún momento se aburra. Lucha, superación y moralidad en una película en la que Bale brilla, como siempre, al igual que Damon. Es una gran película deportiva, y eso no abunda, plagada de elementos técnicos de gran calidad. Ni se os ocurra perdérosla.
XuCoOo
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