Ben-Hur

Magnífica película histórica más o menos bíblica.

Película con un grandísimo guión y maravillosa puesta en escena en la que se narra la vida de Juda Ben-Hur, un hombre que empieza teniéndolo todo y que cae a lo más bajo.

Charlon Heston borda su papel con su sobriedad habitual. Si bien no ha gozado de demasiados buenos papeles en su carrera en está película y en los diez mandamientos está insuperable.

Además de todo esto la película cuenta con un magnífico villano desencadenante de toda la historia.

Y por si fuera poco tiene una de las mejores escenas de acción jamás rodada: La famosa carrera de cuadrigas que tanto y tanto ha sido plagiada en videojuegos y otras pseudópelículas.

Lo ideal sería poderla ver en el cine, pero como no se puede, vedla de todas maneras. Muy muy recomendable. Aunque por su larga duración se recomienda verla en una butaca cómoda.

Esto es arte, la máxima expresión sobre cómo contar una bonita historia perfectamente entrelazada, narrada, decorada e interpretada. Tras su visionado queda un poso en el que da la impresión de haber asistido a una película perfecta, que puede gustar más o menos (aquí ya entran otros factores) pero en todos los sentidos y teniendo en cuenta la época, en muchos aspectos Ben Hur es una película insuperable.
La interpretaciónde Charlton Heston es memorable, impresionante, tanto en sus momentos trágicos como en los románticos o de acción.
Quedarán siempre en la retina algunas de las escenas y momentos más recordados en la historia del cine con justo merecimiento (la escena del tejado, la de las cuádrigas y delfines, la de las galeras...), que en suma suponen una auténtica joya, la más global de un director al cual quería dedicar un poco de mi tiempo ya que me ha hecho disfrutar mucho viendo la mayoría de sus películas.
No voy a entrar a comparar sobre el número de Oscars, en mi opinión merecidos los 11 para ésta, puesto que también influye el nivel de la competencia. En definitiva, lo que perdura es una película colosal atemporal.

Esta obra de arte es única (y siempre lo será) en el mundo, es, la capilla sixtina del cine, construida por el grán WILLIAM WYLER. Todos los apartados brillan en lo más alto, sobre todo la fuerza de las imágenes y el poderio de las interpretaciones de todos, repito, TODOS los actores del film. No por mas escribir la voy a alabar más, así que finalizo idolatrando la obra cumbre del séptimo arte, la cual brillará por siempre en el firmamento de las MAS GRANDES!!! (por citar algunas: Los 10 mandamientos, La pasión de Cristo, El retorno del rey, Titanic, Avatar...).

Podemos tener la duda razonable de que un tipo tan conservador como Charlton Heston se percatase de la ambigüedad de las miradas que le brinda un brillantísimo Stephen Boyd, con ese personaje tan fascinante que es el de Mesala. La metáfora de las lanzas al principio es elocuente, nos encontramos ante uno de los romances-odios más inquietantes de la historia del cine, en el clima de una película de corte clásico y que sigue arrasando en sus reposiciones en Semana Santa, momento en el que nació para emitirse.

Proyecto que pasó por varias manos hasta la decisión definitiva de William Wyler, creándose toda una epopeya que más allá del sentimiento religioso, es una de las mejores cintas de todos los tiempos dentro de su género, donde la carrera de aurigas en el circo de Jerusalén es una de las verdaderas maravillas de montaje y una cosa revolucionaria para su época.

Charlton Heston se echa el peso de la narración en sus anchas espaldas, realmente estaba muy capacitado para este tipo de papeles y es muy creíble en todas las motivaciones de su personaje, igual que ocurre con el Marco Antonio interpretado por Marlon Brango, su magnetismo arrastra desde su aparición en la pantalla.

Una trama de venganza y redención, con secundarios que nunca han estado mejor, destacando un divertidísimo Hugh Griffith, al que también que hacer sobresalir por su doblaje al español, realmente meritorio.

Para ver una y otra vez. Tal vez demasiado endiosada en los Oscars de su momento, es indudable que estamos ante una pieza maestra, desde sus estupendos títulos de crédito iniciales.

Magnífica película y magníficos actores para un argumento excelente -sobre la novela de Lewis Wallace- en el que se entremezclan varios dramas, incluidos el del protagonista y el de la pasión de Cristo, latente en toda la película. Son igualmente magistrales los escenarios, el vestuario y la ambientación en general, complementos excelentes para una historia bien narrada y unas interpretaciones que hacen reales a los personajes. ¡Atención a la banda sonora que subraya los acontecimientos! Para seguir viendo en cada oportunidad. Yo ya he perdido la cuenta de las veces que la he disfrutado. Si se estrenara hoy, sería de nuevo un éxito. La recomiendo.