Mary y la flor de la hechicera

Hay obras de fantasía juvenil que huelen a sábado lluvioso por la tarde, a pasatiempo ligero y mágico que tiene la facultad de transportarnos a otra etapa de nuestras vidas, a una edad y forma de aproximarnos al cine, especialmente el de animación, que cada vez empleamos con menor asiduidad. No volvamos la mirada hacia atrás ni comparemos 'Mary y la flor de la Bruja' con el grueso de producciones de los Studio Ghibli en que Hiromasa Yonebayashi trazó su hoja de ruta creativa porque, si las ponemos frente a frente, además de obviar su notoria influencia, tanto aquí como en casi la totalidad de la animación -dentro y fuera de Japón- producida en los últimos 30 años, y sobre todo en el primero de los dos trabajos firmados por Yonebayashi para Ghibli ('Arietty & El Mundo de los Diminutos'), cualquier discípulo de Hayao Miyazaki llevaría siempre las de perder. Contentémonos comprobando cómo, en mayor o menor grado de poso autoral para quien aborde títulos con mimbres similares, continúa vivo el legado de aquella animación tradicional que disfrutábamos a la hora de la merienda, repleta de colores vivos, tonos preciosistas y líneas de contorno suaves cuyo único objeto era dotar de vida y alma a unas criaturas mágicas mientras desconectábamos del mundo real. Creedme si os digo que, hace no tantos años, el cine de animación consistía precisamente en eso. Le deseo una larga y próspera vida a Studio Ponoc.

Una buena película de animación que recuerda a las clásicas del estudio Ghibli pero sin la desbordante imaginación de ésta lo que convierte a Mary y la Bruja de las Flores en una película más comprensible para el público no japonés. Una bonita historia, magia, personajes amables y malvados y seres curiosos. A los más pequeños les encantará.

Una propuesta infantil, algo tediosa y sin demasiado sentido. Una niña que cobra poderes gracias a unas flores y entra a una escuela de magia, al estilo Hogwarts, donde se realizan experimentos macabros. La historia en si carece de profundidad y no logra atraparte en ningún momento, solo es rescatable la hermosa fotografía animada, con colores vivos y abundancia de flora y fauna. Muy aburrida.

Primera película del estudio Ponoc fundado por Hiromasa Yonebayashi y compañía.

El comienzo de la película es genial, empezar así me hizo pensar que a partir de ahí todo iría para arriba, pero en referente en acción, eso es lo mas alto que tiene. Y me parece un error, porque no se puede empezar una película de esa manera y después dar un bajonazo tan grande que te puedes llegar a aburrir (y yo no suelo aburrirme en el cine, no me imagino ver esto en casa).

En cuanto a dibujo y animación mantiene la esencia de Ghibli sin necesidad de usar efectos por ordenador, siguen con el espíritu artesanal. No se cuantos dibujos harían para lo de la fuente de agua.

Lo mejor de la película es la canción del final de Sekai no owari mientras pasan las imágenes.

Buena película y para ser la primera de estudio ponoc, está muy bien.

En esta etapa posterior al cierre de Ghibli sale una película con sus características formales pero sin la magia del estudio que es el punto que los convirtió en leyenda.
Del director de la excelente Arrietty y esa joya llamada El recuerdo de Marnie llega Mary y la flor de la bruja una película entretenida pero cliche en muchos sentidos ademas aquí no hay un soundtrack que te haga soñar con un vals eterno o una cancion que te haga sentir melancolía ante el relato que concluye

Lo bueno:
- La animación es preciosista y muy detallada
- Algunos momentos de la banda sonora
- El potente inicio
Lo malo:
- No hay profundidad de personajes en contraposición de personajes excelentemente desarrollados como Anna o Marnie de El recuerdo de Marnie
- La trama se estanca en varios momentos y es cliche
- Los villanos se sienten muy acartonados

Conclusión: 7.9/10