Haz click aquí para copiar la URL

Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable

Aventuras. Comedia. Fantástico. Drama. Animación El niño que se embarcó en innumerables aventuras en el bosque de los Cien Acres con su banda de animales de peluche, ha crecido y… ha perdido el rumbo. Ahora les toca a sus amigos de la infancia aventurarse en nuestro mundo y ayudar a Christopher Robin a recordar al niño cariñoso y juguetón que aún tiene dentro. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
31 de octubre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El oso antropomorfo de los libros familiares de Alan Alexander Milne acapara las pantallas de todo el mundo en compañía de sus amigos para una aventura más. Esta vez ambientada en la Inglaterra de mediados del siglo 20, la historia persigue la imaginación catatónica de un adulto Christopher Robin; ahora ya todo un hombre, sumergido en su trabajo, alejado de su familia, alejado de las tardes grisáceas que arullan los bosques de Ashdown, ha dejado atrás los años mozos, pero ¿quién le asegura que no pueden regresar?

Claramente, Greg Brooker y Mark Steven Johnson han escrito un drama destinado a un público mayor, aquel que creció con los libros y las adaptaciones de The Walt Disney, dejando un espacio limitado para las nuevas audiencias que deseen enamorarse por primera vez de los personajes. Se topa con notorias comparaciones con la franquicia “Toy Story” de John Lasseter y la oscarizada “Inside Out” de Pete Docter con respecto al tratamiento argumental. Aun así, el filme consigue aplicar una buena cantidad de humor, carisma y vitalismo propio a las situaciones a fin de que los más pequeños no se sientan desatendidos o perdidos en este viaje en retroceso, de la adultez a la niñez. El filme de Forster trabaja en la misma línea que “The Good Dinosaur” de Peter Sohn, principalmente por la sencillez de la historia.

Escrito a seis manos (Allison Schroeder, Tom McCarthy y Alex Ross Perry), el guion está cargado de puchlines inocentemente efectivos, proporcionados principalmente por el oso Pooh, que lo convierten en una especie de adorable comic-relief para la historia.Tigger y su carácter explosivo iluminan y animan cualquier secuencia en la que participa; la taciturnidad y el desaliento de Eeyore inyecta un tipo de ternura que beneficia el golpe emocional del personaje; la timidez de Piglet juega en un campo diferente a la de Igor, pues es su impoluta inocencia la que engancha al espectador a la aventura; personajes como Rabbit, Kanga, Owl y Roo sorpresivamente se abstienen en un segundo plano, cediendo tiempo en pantalla a los cuatro animales más reconocidos de la familia. Aunque cada vez que los personajes de felpa entran en escena tienden a robarse toda la atención, es Christopher Robin a través de quien debemos vivir la experiencia. Un adulto de clase media ahogado por su trabajo, un padre de familia que se ha olvidado de soñar es el medio ideal para narrar esta historia de retro-maduración. Un personaje bien diseñado, mucho mejor interpretado, que pasa por las fases exigidas de transformación y, al final, termina en un nivel superior del que se encontraba al empezar, es decir que su rol como protagonista cumple el cometido.

Mucha atención al peculiar estilo de animación, un hibrido hiperrealista entre CGI y live-action que le brinda a la propuesta una apariencia empáticamente única, incluso manteniendo la idea durante toda la proyección de que no son seres vivos, sino animaciones de felpa que encuentran vida en los movimientos y gestos; otra belleza artística de Disney. El diseño de producción es visualmente loable, recreando la Inglaterra de mitad del siglo XX verazmente, impregnando a cada cuadro de la moribunda hostilidad que dejó la Segunda Guerra Mundial, por supuesto, pasada por el tradicional filtro de la compañía. Sin embargo, deciden desarrollar gran parte de la historia en los umbríos campos británicos, en donde la tenuidad baña hasta el más mínimo elemento. La cinematografía de Matthias Koenigswieser podría considerarse como la más oscura pero igualmente cautivante en un filme de este tipo, desbancando así a Dean Semler por “Maleficent,” pues esa lugubridad y melancolía que emanan las imágenes crean escenarios con precisión histórica, más cercanos a la realidad que a la fantasía. El soundtrack de Geoff Zanelli y Jon Brion respira magia momentáneamente, piezas que adornan, más no que resaltan, los cuadros; un trabajo bien hecho, sin muchas sorpresas, que compagina bien con las imágenes.

El elenco vocal no podría estar mejor, albergando entre sus filas a estelares como Jim Cummings, Toby Jones o Peter Capaldi, actores que con sus voces inmediatamente nos remontan al pasado, a tiempos no tan desesperados. Los rangos vocales y sus correspondientes matices representan correctamente a cada personaje, lo que permite que la historia cobre vida y adquiera un toque de nostalgia que anima al espectador a quedarse. Ewan McGregor, sin excusa, entrega un buen Robin, experimenta un proceso de transformación de mediana calidad, y sin embargo, pese al medido carisma y la adustez, su interpretación es aun interesante pero improbablemente premiable. Hayley Atwell es un completo desperdicio con un papel secundario que nos hace pensar que luego de la cancelación de “Marvel’s Agent Carter,” esta gran actriz británica necesita dar con un papel que le haga honor, uno que la haga brillar y que no la deje como otra sombra de una figura masculina.

“Christopher Robin” de Marc Forster es un filme cetrino, rápido y directo que olvida ambiciones con una premisa que pudo haber creado una espectacular re-imaginación de uno de los clásicos más emblemáticos del entretenimiento infantil. Aún así, el poderoso carisma de los personajes animados, sus ocurrencias y la divertida secuencia final proveerá una experiencia agradable que deposita en sus dos primeros actos una construcción dramática imperfecta pero requerida. Forster parece ceñirse enfáticamente al guion que han escrito para él, tal vez fue su oportunidad para ser parte de la familia Disney o tal vez fue un proyecto personal que no logró conectar con el público tan bien como esperaba. Un live-action de magnificencia medida que extrañamente no se aferra a la nostalgia pero tampoco a dignas nuevas propuestas, un reboot que se extravía del camino apenas empezando y que recupera su horizonte demasiado tarde, cuando ya Pooh ha desaparecido.
Felipe Critic
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de diciembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiempo antes de ver la película me la imaginaba demasiado infantil, como destinada a un público de corta edad. Creía que no sería acorde a mi status actual, alejado bastante de esa época, y estaba un poco reacio a verla. Anoche le di la oportunidad y, debo admitir, durante los primeros minutos de metraje seguía pensando lo mismo. Para mi sorpresa, con el paso del tiempo, la película me empezó a convencer y llegué a atisbar algo que no pensaba que encontraría en una cinta como ésta.
Si algo sobresale por encima del resto, más allá de los famosos personajes que todos conocemos en mayor o menor medida o sobre unos efectos especiales muy logrados, se encuentra el mensaje, esa moraleja que nos quiere transmitir a nosotros, el público. Un significado, transmitido a través del personaje de Christopher Robin, pero cuyo destinatario final somos nosotros. Ahí reside la mayor virtud de la cinta.
La historia nos cuenta, desde el mismo inicio, quienes son los personajes protagonistas, el lugar donde están y demás. Funciona a modo de resumen para aquellos que, como yo, nunca fuimos tan de la mano de Pooh y compañía; ya sea por tema de edad o gustos personales. Después del prólogo introductorio, una vez arranca la 'nueva' vida adulta de Robin, la película mejora bastante, porque se aprecia un desarrollo del mismo bastante fuerte. Hilar el mundo juguetón e inocente del 'Bosque de los Cien Acres' con el Londres moderno y adulto funciona estupendamente, creando algunos momentos soberbios. Alrededor de todo esto, de la madurez y el dejar de lado la niñez, gira toda la trama.
Tiene un ritmo bastante correcto, ofreciendo de primeras algo pausado, sin apresurarse, sobre todo para empatizar con el protagonista. Al fin y al cabo, todos nosotros, pasamos la etapa de Robin, dejando de lado los juguetes, los peluches y, en resumidas cuentas, nuestra niñez. Me ha gustado mucho la forma que tiene de plasmar este aspecto.
El reparto ha sido una gran elección. Todo el peso interpretativo recae sobre Ewan McGregor, que hace de Christopher Robin, un actor que me gusta mucho y con un gran talento. No solo cumple con el rol que realiza, sino que, bajo mi punto de vista, lo borda. Le acompaña la guapísima Hayley Atwell como su esposa, entre los cuales hay una química bastante buena. Y destacar también a la niña, la cual creo que está muy correcta. El resto, aunque no menos importantes, están los personajes de trapo, todo en CGI, pero son adorables.
En lo referente al apartado técnico, los efectos especiales, hay que decir que son mejores de lo que aparentaba. Está muy bien hecha, ofreciendo a Pooh, Tigger y compañía un aspecto realmente creíble y positivo. Acompaña muy bien al nivel de la cinta, yendo totalmente de la mano.
En resumen ''Christopher Robin'' es una película que quizás no sea para todo el mundo, pero cuyo mensaje deberían escuchar todos. Para mí ha sido una grata sorpresa, mejor de lo que esperaba y desde luego la recomendaría ver tanto a jóvenes como a adultos. Puede ser una gran ayuda para que, quienes estén en dicha situación y como le pasaba a Robin, puedan recuperar ese espíritu de la niñez que tan pronto abandonamos.

Lo mejor: Es entretenida, los efectos especiales, el papel de McGregor y sobre todo el mensaje que transmite.
Lo peor: Nada importante.

* Un 7 *
John Kramer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de noviembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En honor a la fidelidad de las emociones he de decir que me sorprendió "Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable" (2018) y recuerda en su trasfondo a otras cintas como "Saving Mr. Banks" (2013), con gen de Disney, donde aunque se trate de personajes infantiles va dirigida a los más grandes que extrañamos a ese niño soñador del cual nos alejamos con el paso del tiempo.

Como indicaba Luciano Sívori, "la película funciona más para el adulto nostálgico que para la nueva generación". Winnie Pooh de hecho es un personaje que junto a todos sus amigos son en realidad desconocidos para los millenials, por lo que redescubrirlos es más bien una tarea que se encomienda a los nuevos padres sobre un osito tan tierno que claramente representa otra época, con infancias más prolongadas y sin vergüenza de aceptar la niñez como una etapa disfrutable.

Ewan Mc Gregor y su interacción con los personajes de fantasía recreados en el vacío demuestran una vez más su versatilidad y aunque esta película estuvo lejos de arrasar en taquilla y tuvo un tibio paso por la cartelera, su cursilería se hace entrañable desde la memoria emotiva personal, con todos sus clichés, esos que hoy están en extinción y aparecen como un producto exótico - clásico en medio de otras ofertas más de estos tiempos.

Conocer a Christopher Robin aparece entonces como un deber de nostalgia, una necesidad que incluso puede ser percibida como de "cerrar ciclos" y a su vez de tributo a personajes infantiles "de verdad" con la opción de reposicionarlos en un segmento infantil cada vez más acotado e injustamente valorado en su pureza. Cada palabra que sale de la inocente boca de Pooh es seguida de sentida reflexión, una daga blanca y pura hacia el corazón de nuestro niño interior y ante esa lección cuesta no mostrar alguna reacción

Por todo lo anterior, hará más sentido en los treinteañeros en adelante por sobre el resto. En el caso de jóvenes no alcanzarán a percibir el fondo de la reflexión que propone y los niños -salvo la simpatía por los personajes- la hallarán larga y sin entender el viaje de descubrimiento que marca el protagonista. Para estos últimos, los más chicos, sin duda puede que existan otras instancias anexas mejores para conocer el Bosque de los Cien Acres.

Recomendación:
Interesante a buena. Una sensible reflexión para treinteañeros en adelante.

=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
buyinski
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de diciembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo de niño vi Winnie the Pooh y las aventuras que tenía con sus compañeros del bosque de los cien acres, pero no la vi demasiado, pero igualmente esta película me ha devuelto un poco a mi niñez representando a dichos personajes de la manera más adorable posible. Como película de Disney realiza lo que tiene que realizar sin innovar dentro de lo que la productora está acostumbrada a hacer. Una película para ver en familia, con primos o hermanos pequeños y que alguna que otra sonrisilla te saca con algunas idioteces que sueltan los personajes. En 2019, se vienen mucho más live action de dibujos animados de cuando eramos pequeños, puede ser un gran año si realizan lo mismo que aquí o pueden cargarse algunas franquicias de dibujos, ya veremos.
Adrián Wulf
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de octubre de 2018
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El niño que se embarcó en innumerables aventuras en el bosque de los Cien Acres con su banda de animales de peluche, ha crecido y… ha perdido el rumbo. Ahora les toca a sus amigos de la infancia aventurarse en nuestro mundo y ayudar a Christopher Robin a recordar al niño cariñoso y juguetón que aún tiene dentro.


Este nuevo estreno para toda la familia está inspirado en los libros de Winnie The Pooh del autor Alan Alexander Milne (1882-1956) -recomiendo que vean la historia de cómo se creó porque es muy llamativo y el nombre que da el titulo al film existió en la vida real- y es una adaptación en acción real de la franquicia Disney del mismo nombre, ahora en noviembre nos llega su nueva propuesta: El Cascanueces Y Los Cuatro Reinos (que también la espero).

Yo ansiaba ver Christopher Robin desde que apareció el primer adelanto, me gustaba como se veía, pero demoro en llegar a nuestro país. Tuvo su estreno en Burbank, California el 30 de julio y en Estados Unidos vino el 3 de agosto, a nosotros el 11 de octubre. Yo crecí conociendo al personaje del osito que come mucha miel y sus amigos pero en fotos nada más, nunca mire un proyecto completo (cine o televisión).

Ya habiéndolo visto un día después del estreno (viernes 12) a la única función de las 18 hs concluí que es una muy buena propuesta, ya sea para chicos y grandes.

El director suizo Marc Forster realizo un gran trabajo tomando su tiempo y cada escena es un disfrute, maneja la cámara muy bien con planos que son muy preciosos, la calidad con tonos muy grises funciona a las mil maravillas, logra una excelente reconstrucción de época… Por suerte tiene un buen guion en sus manos.

Alex Ross Perry, Tom McCarthy y Allison Schroeder (argumento de: Greg Brooker y Mark Steven Johnson) desarrollaron una historia no original y simple… pero muy entrañable. Me gusto que decidieran narrarlo con un estilo muy clásico, como si estuviéramos en los 60. El humor es un poco diferente, se basa más en los diálogos que están bien ejecutados, algunas frases llegan a ser muy metafóricas. Trata temas muy interesantes y hace más rica la experiencia: el regreso a la infancia, los conflictos familiares, problemas laborales, hechos históricos (por ejemplo, La Segunda Guerra Mundial), entre otros. Las escenas con Pooh, Tigger, Piglet, Igor (saco las mayores carcajadas del público en la sala ese día), Conejo, Cangu, Rito y Búho están muy conseguidos, los efectos y la textura son muy parecidos a los dos films de Paddington. Usaron muñecos reales y los movimientos son digitales.

Y como lo vi en latino me encanto el doblaje, sobre todo la elección del gran Humberto Vélez (famoso por hacer la voz de Homero Simpson durante 15 años) como Winnie The Pooh me pareció muy acertado, en algún momento no lo reconocí porque aquí escucharemos otro tipo de voz al que siempre nos tiene acostumbrado, acá habla muy bajo y desanimado.


La única contra que le puedo dar a Christopher…, como me paso con El Buen Amigo Gigante del 2016 (también de Disney), es que me pareció un poco larga y eso puede dividir al público, creo que los adultos la van a disfrutar más porque el film decide ir por el rumbo lento (y eso esta bueno) y tal vez a los niños les parezca muy pesado y pregunten a cada rato: ¿Cuanto falta? Eso ocurrió en algunas ocasiones.


Pero Christopher Robin: Un Reencuentro Inolvidable es otra muy buena película de Disney que merece verse. Al principio le pensaba dar un 7… pero después cuando estaba en casa me quedo grabado muchas escenas y le subí puntos. Tiene similitudes con Hook (El Regreso Del Capitán Garfio) de 1991 porque son muy parecidos entre sí, llegan a tener la misma temática central. Así que este film es una gran recomendación para todo el público, vallan, disfruten… y recuerden que Lo Mejor Que Hay Que Hacer, A Veces, Es Nada…

Dato extra: Hay una escena durante los créditos que vale la pena.

Nota: 9/10
Verde, Pulgar Arriba.
Mauricio Bravo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow