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El idiota

Drama Adaptación de la novela homónima de Dostoievski. Kameda, condenado a muerte por crímenes de guerra, en el último momento se salva de ser fusilado. La conmoción le provoca durante cierto tiempo fuertes ataques epilépticos; pero, al mismo tiempo, se produce en él una profunda transformación que algunos consideran "idiotez", pero que no es más que sencillez, bondad y una gran capacidad de amar. En un viaje a Hokkaido conoce a la joven ... [+]
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
20 de setiembre de 2005
16 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptar una obra de tal magnitud es siempre complicado, aunque cuando uno está crecido tras un Oscar y un León de Oro, siempre está más “echao palante” y creo que esto es lo que ocurre en esta película.

Un tipo bondadoso y aquejado de epilepsia, Kameda, es el protagonista de esta obra, que relata las relaciones sentimentales del propio Kameda con dos mujeres, la enigmática Taeko y la insoportable Ayako. Por supuesto, tanta alternancia (provocada, no obstante, por las propias féminas) conlleva los celos de los pretendientes de las mismas, Kayama y Akama (genial Toshiro Mifune, sin duda el mejor de la película)

La primera hora he de reconocer que es bastante atractiva, el problema es que, tras esa hora hay todavía 1 hora y 45 minutos más, que son cada vez más y más lentos, más y más eternos.

Viendo esta película recibo la sensación de que el propio Kurosawa estaba perdido, experimentando con diferentes métodos narrativos a lo largo de la película (alternancia de textos e imágenes; cortes de escena rápidos cuando Kameda va a visitar a Ayako en días sucesivos), pero sin encontrar ninguna continuidad. La experimentación queda de lado y permanece la cuasi eternización de las secuencias, alargadas hasta más allá de lo soportable.

El problema no es la deficiencia técnica, el guión o las interpretaciones, sino lo largo que se hace cada plano, cada escena, cada secuencia… me he aburrido soberanamente y casi me quedo dormido, cosa muy poco habitual en mí.

Si tienen especial interés en conocer la obra de Kurosawa, háganse con esta cinta. Si no, confíen en mi y escojan cualquier otra cosa.
Txolo
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4 de mayo de 2006
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kurosawa demuestra su arte en esta gran película y no lo tenía nada fácil, porque la novela de Dostoievski está concebida como una sublimación de la belleza interior muy difícil de contar en la pantalla.

El libro me dejó una honda impresión y, años despues, cuando vi la película, volví a percibir el espíritu del príncipe Liov Nikoláyevich Mischkin. Una personalidad exclusivamente mística en la que Dostoievski proyecta su propia enfermedad, la epilepsia.

Igual que el autor en su novela, Kurosawa ha sabido captar la grandeza de espíritu del príncipe y su bondad. Una bondad pura, una bondad que está concebida como la mostraba Cristo. Es mas, el príncipe en su comportamiento tiene algo de Cristo.

Kurosawa expresa muy bien la figura del príncipe como algo grandioso, magnifico, que se mueve entre lo sublime y entre la triste enfermedad.

Memorable película que debe verse después de leer la novela para captar mejor todos aquellos matices que, por la limitación del tiempo de la película, Kurosawa tan sólo deja sutilmente esbozados.
milkas
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31 de marzo de 2021
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre (Kameda) en un tren le dice a otro (Akama) "soy idiota" y se hacen mejores amigos. Love. Queda rarísimo en una peli vieja japonesa un hombre diciéndole a otro "Vamos Akama" Me recuerda inevitablemente a Tojeiro y su "y era cuando ellas tenían ese interés en ir a cama".

Impresionante fotografía en blanco y negro, nieve a cascoporro y suspense: alguien está llamando a las diferentes casas de Hokkaido y no nos explican ni el cómo ni el porqué. Eso pensaba yo, pero resulta que es un personaje: Kayama. El señor Kayama.
Me entero cuando la madre dice: "llama a Kayama" e inevitablemente me acuerdo de aquel temazo "tengo una llama y llama se llama".

Cuando veo al prota de "Vivir" me preocupo por reconocer actores de reparto en una peli asiática de los años 50. El timbrazo de un telefonillo en una cabaña de bambú de ese Japón casi feudal me despierta de mis pensamientos y me vuelvo a emocionar viendo ese pueblo oscuro aplastado por la nieve y una musiquita que intenta hacerse estérea.

Todo esto en apenas veinte minutos. El comienzo más pretedor de una peli en mucho mucho tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sines Crúpulos
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7 de julio de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
240/07(07/07/09) El Gran Kurosawa adapta de forma irregular una obra del ruso Dostoievski, irregular pues posee escenas de una tremenda fuerza visual, es un film pero que transmite pasión, sentimientos, pero el conjunto se me ha eternizado, la historia no da para 2 horas y 3 cuartos, se alarga en demasía, se reitera demasiado, redunda en exceso, supongo que quería ser fiel a la novela pero esto es cine y hay que condensar para hacer ágil el relato y que enganche. Es de esos trabajos que la tijera hubiera sido muy necesaria pues te por momentos y son muchos te aburres. El argumento gira en torno a un soldado, Kameda (Masayuki Mori), que vuelve a su hogar después de la guerra, en ella ha sufrido un trauma que le ha hecho sufrir ataques de epilepsia y su comportamiento ha derivado en una bondad desbordante, es una persona que no esconde sus sentimientos, dice lo que siente, esto la gente lo interpreta como una anomalía y lo consideran "El idiota". Cuando llega a su pueblo se ve envuelto en un terremoto de sentimientos al sentirse atraído por dos mujeres muy diferentes, de una de ellas está enamorado un amigo suyo muy violento Akama (Toshiro Mifune, actor fetiche del realizador), lo que dará origen conflictos en los que la limpieza de espíritu, la generosidad, la sencillez de “El idiota” hará a muchos ver su propio egoísmo, la codicia y se sientan mal ante él. Esta es una historia compleja donde los silencios hablan más que las palabras, donde una mirada es la expresión que todo lo dice. La cinta está adornada por una banda sonora bellísima de Fumio Hayasaka que nos intenta deslizar por la película cual si fuera un ballet. Grandes interpretaciones de Mori y Mifune, consiguen traspasar la pantalla en sus antagónicos roles que como si dos imanes se tratara los polos opuestos se atraen. Recomendable a los seguidores de Kurosawa. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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17 de setiembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considero a Kurosawa un héroe, un ídolo, le admiro profundamente. Para mí, la mejor filmografía es suya. Para mí, es el mejor director de la historia. Para mí, hizo lo que nadie ha hecho y seguramente nadie hará porque fue un ser humano único. Pero por más que sea Akira Kurosawa, su film El Idiota no funciona, hace aguas por todas partes.

Hablando de historia

Un jovencísimo Kurosawa sorprendía como director en Japón en su primera película La leyenda del Gran Judo en 1943. Una película que a pesar de su escaso presupuesto dejaba ver un talento especial en su director. Dicho talento no pasó inadvertido para el gobierno y le encargaron el film propagandístico La más Bella en 1944, que a pesar de estar controlado por el gobierno dejaba ver que que joven Kurosawa tenía algo especial en el apartado artístico y como director. En 1945 le siguieron La nueva leyenda del Gran Judo y Los hombres que caminan sobre la cola del tigre, films con muy poco presupuesto y con gran dificultad para realizarlos debido a los últimos coletazos de la II Guerra Mundial. Mejoró con su film No añoro mi juventud de 1946 y dio otro pequeño salto en 1947 con Un domingo maravilloso, en la que se veían intentos de explotar todo su talento. Fue en 1948 cuando realizó su primera gran obra, El ángel ebrio, y a partir de ahí se vería un Kurosawa imparable ejecutando obras maestras como El perro rabioso u obras muy buenas, como Duelo Silencioso, ambas de 1949. Ya en 1950 apareció la más discreta pero decente película El Escándalo y dejó boquiabierto al planeta entero con Rashomon, en 1950. Tras ver Rashomon Kurosawa dejó de ser un desconocido lejos de tierras niponas, hasta consiguió poner en primer plano mundial el cine nipón.

1951

Kurosawa era amante de la literatura rusa y la inglesa, entre otras, admirando profundamente a Dostoievski y a Shakespeare. Llevaba un tiempo pensando en plasmar una obra de Dostoievski y escogió El Idiota. El Idiota es una obra muy densa y con mucho diálogo y Kurosawa quiso ser demasiado fiel a la obra con la dificultad añadida de hacerla japonesa y fue su más estrepitoso fracaso, artísticamente hablando. El Idiota tiene demasiado diálogo y se queda entre el cine y el teatro, con muchas escenas largas y absurdas en las que los protagonistas dialogan mientras los presentes miran como si fuese una obra de teatro. Técnicamente impecable como siempre, pero no está dotada del gran simbolismo en sus fotogramas al que nos acostumbró. La película se hace pesada, se habla mucho y se dice poco, queriendo ofrecernos a un ser puro que es demasiado irreal y confuso.

El aprendizaje

Kurosawa supo de su error y aprendió. ¿Alguien lo duda? Fue una película que ya en su momento no obtuvo buena crítica, pero esto no hundió al maestro, sino que lo fortaleció. ¿Alguien lo duda? Pues yo les refresco la memoria: Vivir (1952), Los siete samuráis (1954), Crónica de un ser vivo (1955), Trono de sangre (1957), Los bajos fondos (1957), La fortaleza escondida (1958). Y sólo escribí las de la misma década.

¿Aprendió Kurosawa? Por supuesto que sí. En primer lugar decir que cuando adaptó en el Japón feudal las 2 obras de Shakespeare, se convirtieron en auténticas leyendas del cine instantáneamente. Sí, hablamos de Trono de sangre (1957) y de RAN (1985). ¿Regresó lamoportunidad al maestro? Desde luego. Tras su intento de suicidio tras el estrepitoso e injusto fracaso de la infravaloradísima Do-des-ka-den los rusos rescataron al maestro cuando ya nadie creía en él. Le ofrecieron adaptar una obra rusa con actores rusos y en suelo ruso y éste aceptó el reto y aprovechó la oportunidad. Volvió a la carga con su proyecto de adaptar a un personaje de la literatura rusa que fuese un ser humano puro y ese no fue otro que el increíble Dersu Uzala. Kurosawa hizo una película increíble basada en la obra de Vladimir Arseniev con al que obtuvo el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Y a raíz de aquella oportunidad que le dieron los rusos otros directores como Coppola o George Lucas también le dieron oportunidades y terminó encadenando otras obras maestras como Kagemusha (1980), RAN (1985) y Los Sueños (1990).

Errar es humano y los genios como Kurosawa aprenden de sus errores más que de sus aciertos. No es malo admitir que Kurosawa tiene algún punto negro en su carrera, de los cuales siempre aprendió. Su filmoteca siempre será la mejor y la más impresionante, le pese a quien le pese. Yo, personalmente, me alegro de que se equivocase con El Idiota por todo lo que nos regaló después.
Jab
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