Lukas

Van Damme se aleja de los bajos fondos de Hollywood y regresa a Europa con vistas a encontrar un proyecto que eleve el nivel... y lo encuentra. Un thriller competente y sólido, con economía de recursos pero buen pulso narrativo, con una puesta en escena más que correcta y un inesperado respeto por el espectador en el desarrollo de la trama, elevando por encima de la media la calidad de un producto entregado con oficio dentro del género.

Lukas es un hombre que intenta pasar desapercibido. Inmerso en la cincuentena, trabaja como portero en una discoteca de Bruselas y vive por y para su hija de 8 años, Sarah. Debido a un incidente en el trabajo, es despedido y se ve obligado a aceptar un empleo en un club de striptease. Allí empieza a adentrarse en un submundo cada vez más peligroso.

Magistral película dirigida por Julien Leclerq con guión de Jérémie Guez. Es de destacar la magnífica fotografía en tonos fríos y oscuros de Robrecht Heyvaert y la sobriedad con la que está rodada. También se pueden mencionar multitud de escenas, como por ejemplo la que contiene una de las peleas mejor ejecutadas – y más seca y realista – de la historia del cine o un plano secuencia digno de estudio.

Todas ellas dentro de un guión, sí, visto infinidad de veces, – al que lo único que se le puede achacar es la sobreutilización de su banda sonora por parte de Jean-Jacques Hertz y François Ray. Lo cual no quita que incluya piezas creadas para la película realmente atmosféricas y guiños a los aficionados a la música electrónica – pero sin fisuras.

Comentario aparte merece el reparto. Ningún personaje desentona; no dan la sensación de estar metidos con calzador. Destaca la parca actuación de Jean-Claude Van Damme (que también ejerce como productor) en el papel de Lukas y entre las secundarias, Sveva Alviti como Lisa, revindicando que las mujeres pueden interpretar personajes relevantes y nada cosificados en este tipo de historias y por último, Alice Verset dando vida a Sarah, regalándonos momentos de gran ternura, pero para nada sentimentaloides junto al ya mencionado Jean-Claude Van Damme.

Para terminar, Lukas es una película de culto instantáneo que recuerda al cine del danés Nicolas Winding Refn, como por ejemplo, Pusher: un paseo por el abismo (1996) o Drive (2011), – sin nada que envidiar a está última, también, obra maestra – y que todo aficionado al cine disfrutará, pero que, curiosamente ha pasado desapercibida hasta el extremo de no estrenarse en salas españolas.

Un Van Damme maduro y sorprendentemente sobrio en comparación con a lo que nos tenía acostumbrados da vida a un portero de discoteca que vive solo con su hija y todo el problema que se genera a raíz de un percance en el trabajo. Mucho más alejado de la acción y más enfocado en el drama, Lukas es bastante sobria e interesante, y aunque caiga en numerosos tópicos o situaciones mil veces vistas, es entretenida y su protagonista está en el papel más convincente que se le recuerda.

Básica, directa, contundente, atrevida, salvaje, elemental, violenta, incómoda, serena, intrigante, enigmática, escalofriante, emocionante, emotiva y sorprendente producción de acción que combina drama familiar con suspense, emociones, violencia, terror y gore de serie B, logrando dejar unas lecturas muy interesantes sobre la supervivencia en el mundo en el que nos movemos en la actualidad.
Lukas, se convierte en un regreso inesperado y sorprendente, del mejor Van Damme. Puede que no sea una gran película, pero tengo que decir que Lukas, me ha devuelto al mejor Van Damme.
Lukas, queda como una de esas producciones de serie B con acción, suspense, drama, violencia y emoción, que consigue dejar buenas sensaciones. A mi personalmente me ha tocado la fibra y ha llegado a conquistar, grande Van Damme!

No es un mal ejemplo de cine negro. No esperéis al señor Van Damme pegando mamporros o con su famosa abertura de piernas. Aquí está más contenido de lo habitual sin ningún tipo de histrionismo pero las escenas de acción las arregla con contundencia callejera , usando una historia de lo más superficial para adentrarnos en un submundo criminal dramático.