Haz click aquí para copiar la URL

Eso que tú me das

Documental En 2015, al cantante Pau Donés, de 'Jarabe de Palo', le diagnostican un cáncer con el que convivió durante 5 años. Veinte días antes de morir llamó a su amigo Jordi Évole desde el hospital, y le dijo: "Me quedan muy poquitos días de vida y quiero pasarlos en mi casa del Valle de Arán. Me gustaría que subieses, pudiésemos tener una charla, que la grabes y hagas con ella lo que quieras". 'Eso que tú me das' es el resultado de esa charla. (FILMAFFINITY) [+]
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
2 de octubre de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una figura mediática como Pau Donés (Jarabe de Palo) se muestre en un proceso terminal respirando "Vida" es un testimonio de lujo para los "vivos". El proverbio dice que cuando estamos muriendo nos hacemos sabios. Quizás.

De lo que no hay duda, es que estos "sabios" que somos todos en los últimos días, si es que hemos tenido la oportunidad de hacernos a la idea, como sucede cuando se sufre de una larga enfermedad como el cáncer, no podemos expresarlo en una sala de cine.

Pau Donés dialogando con Jordi Evolé lo ha hecho y nos lega una hora llena de reflexiones sentidas a través de una vida intensa. Desde un espacio querido, acompañado de su familia y gozando cada uno de los instantes, como lo prueba esta emotiva entrevista.

Uno puede ser o no fan de la música de Jarabe de Palo. Pero, de lo que no hay duda, es que este documental es para visionar más de una vez. No pararíamos de transcribir reflexiones vitales. Dejo una sólo: "la pareja es el cementerio del amor". Pero su ex, con la que tuvo una hija muy amada, estaba aompañándole en su último viaje terrenal.

Artículo elaborado por Funeral Natural
https://www.funeralnatural.net/peliculas/
Funeral Natural
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de octubre de 2020
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en que si uno paseaba por los pasillos de mi instituto, en Logroño, en esas escapadas al baño o para perder el tiempo –si es que no era lo mismo–, y coincidía con que algún curso estaba dando clase de música era muy posible que escuchase 'Grita'. A todas horas y con mejor o peor suerte, más o menos desafinada. Eso fue hace 16 o 17 años, pero todavía hoy, en 2020, sigo sin saber tocar algo, a excepción de este tema y con la flauta –nunca fuimos virtuosos en algo–.

Cuento esta pequeña anécdota porque a raíz de 'Eso que tú me das' y lo que comenta Pau Donés sobre la música, sobre la importancia de la impronta que deja cada uno cuando muere, es lo más parecido o lo que más se acerca a lo que el cantautor buscaba, ese trascender a través de la obra y que lo que quede sean solo las canciones. Lógicamente, mi acercamiento a Jarabe de Palo no fue con 'Grita', sino, como la gran mayoría, con 'La flaca', cuando todavía era un crío. Pero es esa asociación con algún recuerdo del pasado, aunque no sea especial o trascendente, lo que convierte un tema en algo más que una anécdota o salto en la playlist de turno.

Sobre el documental, que no es más –ni menos– que una entrevista y no aporta nada cinematográficamente –ni es su intención–, tengo alguna que otra reticencia porque, aunque fue voluntad del propio Pau Donés, no sé hasta qué punto me provoca rechazo el prestarse a presentar a alguien en su condición. Luego escuchas hablar al protagonista y lo único que te invade con el paso de los minutos es la templanza de alguien que espera con una capacidad pasmosa a que le llegue su hora –pasaría dos semanas después de la grabación–. Así que, como en todo, imagino que las sensaciones dependen de según cómo se mire.
Jorge Pardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de octubre de 2020
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actualmente, nuestra cultura y maneras de relacionarnos con la muerte, hace que el morir pase inadvertido a los amigos y familiares.

Pero no siempre fue así. Me permito recordar algunas citas literarias que nos servirán para conocer cómo era cuando la muerte habitaba entre las personas como algo natural. Decía Jorge Manrique (1440-1479) en las “Coplas por la muerte de su padre -“tanto famoso y tan valiente”: “Así, con tal entender,/ todos sentidos humanos/ conservados,/ cercado de su mujer/ y de sus hijos y hermanos y criados,/ dio el alma a quien se la dio/ (el cual la dio en el cielo en su gloria),/ que aunque la vida perdió/ dejónos harto consuelo su memoria.”

Y es igualmente la pena, la rabia, el profundo pesar y el corazón roto que tan magistralmente expresa el gongorino, contemporáneo y naturalista Miguel Hernández (1910-1942), en otra de las grandes elegías poéticas de la lengua castellana, la dedicada en Orihuela (“su pueblo y el mío”), a su amigo Ramón Sijé (“muerto como el rayo”), “con quien tanto quería”: “Yo quiero ser llorando el hortelano/ de la tierra que ocupas y estercolas,/ compañero del alma, tan temprano (...) No hay extensión más grande que mi herida,/ lloro mi desventura y sus conjuntos/ y siento más tu muerte que mi vida”.

En este nuevo siglo, la muerte es cada vez más ignorada, diferente de los penares y emociones de los poetas de antaño. Antes las cosas eran más próximas, se entendía de una manera más natural este designio de vida que es el morir.

Évole ha dicho algo que para mí es sustancial como elemento formativo: “Creo que un chaval de doce años puede ver la pieza. Y puede ser muy útil para que encare la muerte como nuestra generación no la ha encarado, porque igual nadie nos ha hablado de la muerte así”.

De dónde parte la idea

Pau Donés llamó a Jordi Évole para que lo entrevistara y dejar su testamento, su visión del mundo y de las cosas. Como díjo J.E. “Él es el que me llama, el que elige el sitio, el que decide luego subir a la montaña… Le faltó pasarme un cuestionario. Así que, si la peli no gusta, la culpa es de él”.

Pau Donés es un hombre muy enfermo, delgadísimo, conmueve verlo en esa situación y eso se le nota a Évole; normal, entrevistar a alguien que se va a despedir de la vida da cosa un poco de… miedo tal vez; e incluso J.E. parece no saber cómo empezar y así lo expresa: “es que no sé ni qué decir ¿Qué has hecho esta mañana?”.

Un documento aconsejable que alecciona

Évole ha afirmado de la entrevista: “(…) había que hacerla. Y eso que tenía dudas. Yo no soy oncólogo, no sabía qué tipo de consecuencias podía tener este tipo de entrevista en un paciente con cáncer”. Esta es la razón de que la primera conversación que se oye en el documental es la de la médica de Pau con Jordi al teléfono en la que le asegura que todo va a salir bien.

Lo que viene es puro testimonio y pura sinceridad de un Pau muy delgado, entubado, con un hilo de voz pero hablando con seguridad, a veces con humor, otras con algo de nostalgia, a veces con crudeza, pero siempre con una sinceridad que se sale por la pantalla y recorre la médula del espectador. Eso sí es saber morir, pensé. Sin desesperación, sin angustia desmedida, sin hastío. Vitalmente y dando gracias por lo ya vivido, por una existencia plena, contando anécdotas y pareceres, algunas de ellas cómicas, como cuando afirma que la sardana es muy aburrida, dando su espacio al entrevistador, con respeto a todo el mundo, pidiendo que se acabe el odio y la mala leche que no hace más que enconar y destruir; muchos temas que van fluyendo como un torrente por la debilitada voz de Pau, al que se le nota mucho que está en el límite de la vida.

Un famoso psicoanalista de nombre Heinz Kohut afirmó que las personas “sabias” afrontan la muerte sin conceder mucha importancia a ellos mismos y respondiendo a la impermanencia con un “dilatado sentido del humor”. Una claudicación que en la pantalla se convierte en pura luz por la sonrisa y las risas de un Pau Donés que ya camina con su guitarra por el algodonoso cielo de los ángeles.

Pau Donés es un ejemplo y una inspiración. Se traslucen en él las cualidades de una persona sabia que sabe estar en calma en una manera que a muchos habrá de resultar incomprensible. Pero Pau no hace una “negación” psíquica de su situación, tampoco está lleno de ira, ni se le ve derrumbado. Pero afirma que llora, que le gusta llorar, que le “encanta” llorar y que cuando da un abrazo pregunta: “¿con lloro o sin lloro?”.

Desde luego no es un documento lacrimógeno ni sensiblero. Sí inspiración, lucidez, tristeza –claro-, y la extraordinaria impresión de escuchar una débil voz justo a un músico y cantante que nos enseñó a gritar y a bailar.

No hay espectáculo oscuro, lamentable, trágico o triste. Prueba de ello es que Pau Donés se ríe mucho a lo largo de la entrevista y eso es alentador, bonito, algo que alegra el dolor que flota.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi voto fue un 10. Y he estado preguntándome por qué. Podría parecer que se trata de una cuestión puramente emocional, pero lo cierto es que es una valoración razonada también, no sé si justa, no sé si correcta, pero razonada. Seguramente no se trate de mi documental favorito. Ni siquiera creo que catalogarlo como documental responda a una exactitud incontestable: está a medio camino entre el género documental y el de la entrevista, que en gran medida es lo que es. Y diría que entre mis entrevistas favoritas tampoco figura. Quizá sí sea la más especial que he visto. No lo sé. No importa. Según la escala de valoraciones de este sitio, un 9 habría sido una nota muy digna. Un 8, también. Un 7, por qué no. Notas buenas todas, aplicando filtros y exigencias. ¿Por qué un 10, entonces?

Nunca fui seguidor de Jarabe de Palo. Es posible, incluso, que en ocasiones haya mostrado desinterés y hastío hacia una parte de su obra musical. No obstante, hay una época que resuena en un territorio agradable de mi memoria. “Depende” y “Agua” en particular, y también “La flaca”, son canciones que me trasladan con eficacia a mis años en el instituto, en la segunda mitad de los 90. Me recuerdan las caras y las voces de personas jóvenes con las que cruzaba la puerta abierta de la adolescencia. Me recuerdan conversaciones, olores de laboratorio de química, sonidos de mañanas de sábado viendo “Del 40 al 1”. Si me concentro lo suficiente, me traen a la memoria historias de mí mismo que no sabía que guardaba. El viaje en el tiempo es uno de los hermosos poderes de la música.

Esto supone un contexto complementario, pero no me enfrento al documental desde la nostalgia, sino que lo hago, sobre todo, desde el interés sincero en los temas que trata: la vida, la enfermedad, la muerte. Lo hago con tensión en el cuerpo, a sabiendas de que toparse con una persona desmejorada no es un trago fácil. Pero esto ha de ser lo de menos. Como Pau, tengo mucho interés en la vida. Y en la salud. Se me ocurre que en una época de la historia en la que el conocimiento sobre salud aumenta al mismo tiempo que empeoran muchos marcadores, tener acceso a una parte de la intimidad cotidiana de una persona enferma, que literalmente vive sus últimos días, me parece un regalo de valor incalculable, un regalo que procede de un gesto tan artístico como social y humano.

Pau Donés murió siendo artista —puede que sin pretenderlo—, porque murió expresándose, mostrándose vital, sabio e inspirador. Dijo adiós con elegancia, sin recurrir a la metáfora, siendo coherente consigo mismo y, por encima de todas las cosas, deseando que pudiéramos verle como lo que afirmaba ser: una persona corriente, una más.

Baso mi razonamiento, por tanto, en la belleza de lo anómalo, de lo infrecuente de la exposición pública en su estado, en lo que implica la voluntad de animarse a construir cuando ya no quedan fuerzas, abierto a mostrarnos su verdad más noble. Que podamos tener acceso a un documento como este, tan absolutamente inusual, tan distinto, tan único, es para dar las gracias sin más. Está muy cerca de lo irrepetible, así que merece ser visto al menos una vez en la vida.

No sé si publicaré otras reseñas, esta es la primera. Pero si vuelvo a sentir el deseo de expresarme, tal vez lo haga, sí, del mismo modo que seguiré haciendo todo aquello que me hace feliz y amo. Porque ahora que estoy vivo puedo.
nuts
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de octubre de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Eso que tú me das" es un documental en el que el cantante Pau Donés concede su última entrevista a su amigo y periodista Jordi Évole, grabada dos semanas antes de fallecer a causa del cáncer que padecía. Cuando me dirigía a ver este documental con mi pareja, iba un poco desanimado pues sabía que lo que me iba a encontrar no era plato de buen gusto para todo el mundo.

Tenía una visión pesimista y triste sobre la misma y pensaba que la muerte iba a ser el argumento principal entorno a la que giraría la entrevista. También me sorprendió porque pensé que iba a centrase mayoritariamente en su carrera artística y sus grandes éxitos. Nada más lejos de la realidad, "Eso que tu me das" es un anhelo a la esperanza, la vida, los amigos y el amor que siente uno mismo por su familia.

No le pongo el 10 porque desde mi punto de vista, esta entrevista se le podría hacer a cualquier persona con una enfermedad terminal. En definitiva, vivamos al máximo mientras estemos en este mundo y no tengamos miedo a decirle a alguien a los ojos que le queremos. Disfrútenla.
Pallende
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow