Haz click aquí para copiar la URL
España España · Logroño | Madrid
Voto de Jorge Pardo:
6
Documental En 2015, al cantante Pau Donés, de 'Jarabe de Palo', le diagnostican un cáncer con el que convivió durante 5 años. Veinte días antes de morir llamó a su amigo Jordi Évole desde el hospital, y le dijo: "Me quedan muy poquitos días de vida y quiero pasarlos en mi casa del Valle de Arán. Me gustaría que subieses, pudiésemos tener una charla, que la grabes y hagas con ella lo que quieras". 'Eso que tú me das' es el resultado de esa charla. (FILMAFFINITY) [+]
15 de octubre de 2020
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en que si uno paseaba por los pasillos de mi instituto, en Logroño, en esas escapadas al baño o para perder el tiempo –si es que no era lo mismo–, y coincidía con que algún curso estaba dando clase de música era muy posible que escuchase 'Grita'. A todas horas y con mejor o peor suerte, más o menos desafinada. Eso fue hace 16 o 17 años, pero todavía hoy, en 2020, sigo sin saber tocar algo, a excepción de este tema y con la flauta –nunca fuimos virtuosos en algo–.

Cuento esta pequeña anécdota porque a raíz de 'Eso que tú me das' y lo que comenta Pau Donés sobre la música, sobre la importancia de la impronta que deja cada uno cuando muere, es lo más parecido o lo que más se acerca a lo que el cantautor buscaba, ese trascender a través de la obra y que lo que quede sean solo las canciones. Lógicamente, mi acercamiento a Jarabe de Palo no fue con 'Grita', sino, como la gran mayoría, con 'La flaca', cuando todavía era un crío. Pero es esa asociación con algún recuerdo del pasado, aunque no sea especial o trascendente, lo que convierte un tema en algo más que una anécdota o salto en la playlist de turno.

Sobre el documental, que no es más –ni menos– que una entrevista y no aporta nada cinematográficamente –ni es su intención–, tengo alguna que otra reticencia porque, aunque fue voluntad del propio Pau Donés, no sé hasta qué punto me provoca rechazo el prestarse a presentar a alguien en su condición. Luego escuchas hablar al protagonista y lo único que te invade con el paso de los minutos es la templanza de alguien que espera con una capacidad pasmosa a que le llegue su hora –pasaría dos semanas después de la grabación–. Así que, como en todo, imagino que las sensaciones dependen de según cómo se mire.
Jorge Pardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow