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El caftán azul

Drama Halim lleva mucho tiempo casado con Mina, con quien regenta una tienda tradicional de caftanes en la medina de Salé, una de las más antiguas de Marruecos. La pareja vive desde siempre con un secreto que Halim ha aprendido a ocultar, pero la enfermedad de Mina y la llegada a la tienda de un joven aprendiz amenazan con perturbar este equilibrio. Unidos por el amor, cada uno tratará de ayudar al otro a enfrentarse a sus miedos. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
6 de noviembre de 2022
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosa coproducción nada menos que entre cuatro países, Marruecos, Francia, Bélgica y Dinamarca, que narra un drama de amor y dolor entre tres personajes entrañables por su gran humanidad, respeto y cariño, amén de mostrar también sus miedos y deseos.
Con enorme pudor, la realizadora Maryam Touzani logra un film de gran belleza, emotivo, desgarrador, elegante.
Muy sutil en el trato y trazo psicológico, las interrelaciones de los personajes, se muestran de forma poética en ocasiones, dura en otras,con algunos toques divertidos, sobre todo en los diálogos cómplices entre el matrimonio.
Excelentes interpretaciones, destacando Lubna Azabal, ganadora del premio a la mejor actriz en la reciente Seminci 2022, dúctil realización y quizás, algo más larga de lo requerido, al alargar un tanto el tramo final.
Pero eso no menoscaba una cinta que logra conmover por su verdad, su suavidad y exquisitez, dejando un gran poso en el espectador por la forma tan púdica y decorosa con que se le ha rebelado una maravillosa historia de amor y dolor.
Muy buena y por lo tanto, totalmente recomendable.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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14 de noviembre de 2022
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2019 pudimos ver la anterior película de Maryam Touzani, “Adam”. En “Adam” había una relación triangular entre una que mujer que hace bollería en su casa para ganarse la vida, su hija, y una chica embarazada que necesitaba un techo y un trabajo porque había tenido que huir de la casa paterna. Una mujer que en una sociedad tradicional tiene que trabajar para sobrevivir y otra que tiene que huir de su casa porque ha transgredido una norma social y religiosa, nos descubrían las intenciones de la directora: retratar a los olvidados.

En “El caftán azul”, vuelve a haber un triángulo formado por un hombre, sastre en la medina de Salé (Marruecos), su mujer, que también trabaja en la sastrería, y un ayudante o aprendiz. El elemento perturbador es, en este caso, la pulsión homosexual del marido y las tensiones que la llegada del aprendiz provoca en el matrimonio.

Maryam Touzani elabora guiones muy pendientes de los detalles, llenos de las pequeñas cosas de la vida cotidiana y laboral: las comidas y sus platos, o la labor del marido en la sastrería mientras cose a mano ese caftán azul que da título a la película. De igual manera, la cámara de la directora sigue esos pequeños gestos, se detiene en los rostros, y busca en general los espacios domésticos o, como mucho, las calles que rodean la sastrería o la vivienda del matrimonio.

Las emociones para el espectador surgen de esa intimidad desvelada, contadas con un ritmo sosegado, y de los pequeños conflictos y de la forma de resolverlos. En esta película, el inicial conflicto producido por la pulsión homosexual del marido y la llegada del aprendiz se transformará en otra cosa, como ocurría en “Adam”, cuando un hecho más grave trastoca la vida de todos.

En “Adam” conseguía emocionarnos plenamente. En “El caftán azul” hay mementos en que lo consigue, pero hay otros de menor intensidad, de cierto desistimiento. Aún así es una excelente película, muy valiente, pues cuestiona la moral pública tradicional de una sociedad como la marroquí al hablar de la homosexualidad en el ámbito del matrimonio, o al romper tabúes como en el entierro que aparece en la película. “Lo que importa es amar”, les dice Mina, la protagonista, a los dos hombres, no la forma de amar, añado.
GonzaloyGracias
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8 de marzo de 2023
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Sentimientos a través de acciones y pocas palabras

El caftán azul es una película cuidadosa, compasiva y silenciosamente cautivadora, con situaciones sin duda muy tensas. Pero la película en sí no se rinde a la tensión. Representa pasiones rebeldes que agitan la vida de personajes cautelosos y prudentes. Ellos interactúan y se acercan entre sí en silencio, creando estímulos susceptibles y sensuales en la narración sin forzar la trama con emociones reprimidas o exageraciones sentimentales.

La caída y las pérdidas del negocio relacionado con la falta de tela muestra a una Mina expresando sus resentimientos a veces de una manera muy mezquina. Al mismo tiempo, Mina toma la determinación de disfrutar un poco más de la vida, de actuar con cierta espontaneidad antes del fin de su existencia. Mina pasa de ser una severa jefa a una amante vibrante y juguetona, que encuentra su mayor optimismo cuando está más enferma.

El caftán azul muestra todo esto y mucho más. No hay discursos. Los personajes viven en una sociedad que no fomenta la auto expresión desbordada como se hace en Occidente. Los sentimientos se expresan a través de acciones y pocas palabras, como cuando vemos a Halim hacerse cargo de la cocina del hogar una vez que Mina está demasiado enferma para trabajar, o cuando Youssef se vuelve a unir a Halim y a la tienda después de un breve distanciamiento.

Y mientras tanto, Halim trabaja en el caftán azul que da el nombre a la película, encargado por un cliente quisquilloso. Al mundo ya no le importa su oficio: quieren resultados inmediatos (un cliente impaciente explica que apenas se nota la diferencia entre los caftanes hechos a máquina y los hechos a mano) o caftanes más ajustados, sin importar el material. Sin embargo, Halim pasa una puntada tras otra con suma paciencia y sensibilidad, con un cuidado trascendental, en donde cada puntada es una acción individual y distintiva que, una vez realizada, nos encontramos con una prenda hermosa y única.

*Sobre el amor, la sexualidad y la mortalidad

Es una historia matizada y empática sobre la sexualidad y la mortalidad. En última instancia, El caftán azul celebra el amor en todas sus formas, ya sea heterosexual u homosexual, conyugal o platónico, sin que ninguna sea más débil que la otra. Sobre el amor entre un hombre y una mujer y sobre el amor entre un hombre y un hombre, que está terminantemente prohibido en Marruecos. También hay un amor por el oficio tradicional de la sastrería, y en una escena en un establecimiento de comida y bebida abarrotado, un amor por el fútbol. Y eso que se rodó mucho antes de que Marruecos llegara a las semifinales de la Copa del Mundo.

Siguiendo los patrones de una cierta marroquinidad, El caftán azul se sirve de símbolos, metáforas, insinuaciones, fuerzas vernáculas de un país con mil y una tradiciones que se pierden en la noche de los tiempos. Primeros planos de dedos practicando costura. Sensualidad de los tejidos elegidos. En los caftanes, formas casi bizantinas aliadas a las de Oriente. En una inspección cercana, una herencia marroquí o influencias musulmanas y judías se manifiestan sin estados emocionales. Todo lo que se necesita es un movimiento de la mano, un toque dado a la costura, una relación entre la tela elegida, su color y el producto terminado.

En toda esta algarabía de juegos modestos, Halim es quien, a través de sus silencios, sus incertidumbres y sus sobresaltos existenciales, consigue, precisamente, imponer una mirada luminosa.

*Conclusión

Técnicamente hablando, El caftán azul es impecable. La fotografia altamente atmosférica de Virginie Surdej hace un excelente trabajo al jugar con los claroscuros y los pequeños espacios del taller, las calles de la medina y el apartamento de la pareja. Los cuerpos y rostros también son filmados con una sensibilidad excepcional, aportando mucha credibilidad e intensidad a las escenas más íntimas de la película.

La paleta cromática está compuesta mayoritariamente por colores arena –marrones claros, cafés, ocres y amarillos oscuros– que encajan con la naturaleza terrosa de esta cinta y crean un agradable contraste visual con el azul del caftán y las tonalidades luminosas de los otros trajes que los personajes cosen en su taller.

La historia empática no dirige una crítica social cautelosa contra los conceptos de creencia, sino sobre el control invasivo de un sistema corrupto.

Escrito por Eduardo Gil
Cinemagavia
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22 de marzo de 2023
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Narrada con elegancia y sensibilidad esta historia de amor, a tres, hace de la simplicidad el mejor de los espectáculos pasando, eso sí, por la majestuosidad de unos tejidos que con su esmerada confección y bordado se suman a lo anterior. Y los actores lo bordan también siempre al servicio de los sentimientos que, como bien dice su directora, se expresan más en lo que callan que en lo que muestran. ¡Pero que silencios tan bellos y que elocuentes son!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rebeca
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14 de marzo de 2023
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los silencios, lo que no vemos en pantalla, la historia que sucede en las elipsis narrativas son la gran narración que se esconde en esta película. La directora ha elegido la sutileza de los actos y omisiones para que el espectador llene esos huecos de la forma más sencilla posible y sin explicaciones directas. Maryam Touzani ofrece todas las herramientas necesarias para intuir, sentir y comprender ese viaje compartido de los protagonistas. Llena de delicados gestos, intensas miradas y actitudes de pesadumbre toda la película para un espectador ávido de entender, sentir y, hasta compartir, la pesada carga que se insinúa en cada secuencia que portan los protagonistas.

La perspicaz y delicada gestión de los sentimientos que sus protagonistas asientan en cada trama se ve compaginada por la variabilidad de sus incongruencias. Esa mezcla de contradicciones hace que entendamos sus necesidades y dolencias, sus anhelos y sus miedos hasta llegar a asentar el puzle sentimental que conforma la película. Ausencias, negaciones y compañías que mantienen viva la esencia, las distintas formas de amar, entenderse y comprenderse con el otro, bien sea desde el amor más profundo como de la rabia más ínfima... al final entender ayuda a empatizar.
Bolseiro
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